Ustedes serán odiados por mi causa; pero el que persevere hasta el final, será salvo.
Hebreos 3:6 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia pero Cristo, como Hijo superior en la familia de Dios, se responsabiliza de la casa, nosotros somos esta casa; somos la familia de Dios siempre y cuando nos mantengamos seguros y confiados de testificar la esperanza que tenemos. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza. Biblia Nueva Traducción Viviente pero Cristo, como Hijo, está a cargo de toda la casa de Dios; y nosotros somos la casa de Dios si nos armamos de valor y permanecemos confiados en nuestra esperanza en Cristo. Biblia Católica (Latinoamericana) Cristo, en cambio, está en su casa como el Hijo, y nosotros somos la gente de su casa, con tal que sigamos esperando con firmeza y entusiasmo. La Biblia Textual 3a Edicion pero el Mesías, como Hijo sobre su Casa, la cual casa somos nosotros, si nos aferramos a la confianza y a gloriarnos en la esperanza.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cristo, por el contrario, en su calidad de Hijo, está al frente de su propia casa: casa que somos nosotros, con tal de que mantengamos [firme hasta el final] la confianza y la gozosa satisfacción de la esperanza. Biblia Reina Valera Gómez (2023) pero Cristo, como hijo sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y la gloria de la esperanza. |
Ustedes serán odiados por mi causa; pero el que persevere hasta el final, será salvo.
Y yo también te digo: tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y el reino de la muerte no la derrotará.
Por tanto, consideren la bondad y la severidad de Dios: severidad hacia los que cayeron y bondad hacia ustedes; porque si ustedes, los no judíos, no se mantienen en su bondad, también serán desgajados.
Alégrense en la esperanza, tengan paciencia en los sufrimientos y sean constantes en la oración.
Que el Dios de la esperanza los llene de toda alegría y paz a través de la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo.
también por medio de Él, y a través de la fe por identidad, tenemos acceso a esta gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo, y nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios.
¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios vive en ustedes?
¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo y que el Espíritu Santo habita en ustedes? Entonces, ustedes no son dueños de su cuerpo,
¿Qué comunión hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos templo del Dios viviente. Como Él ha dicho: “Viviré en ellos y caminaré con ellos. Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo”.
Así pues, siempre que tengamos oportunidad, hagamos el bien para con todos, y especialmente a los que pertenecen a la familia de la fe.
Siempre hagamos lo bueno, nunca nos cansemos de hacer el bien, porque en su debido tiempo, si no desistimos, cosecharemos.
en quien tenemos la fe por identidad, que nos asegura el libre acceso a Dios con confianza.
Si permanecen verdaderamente firmes y fundamentados en la fe por identidad, de manera que nada los inestabilice o los confunda, más bien manténganse constantes mediante la esperanza del Evangelio que recibieron, esta buena noticia que fue proclamada en todo el universo, este mensaje que transforma toda la existencia humana, del cual, yo Pablo, soy ministro.
Que el mismo Señor Jesucristo y nuestro Dios Padre, que nos amó, que nos dio consuelo eterno y una esperanza fundamentada en la gracia, que es vivir la vida de Dios en Cristo,
pero, por si acaso me atraso, con esta carta tú sabrás cómo comportarte en la comunidad de Dios, la cual es la Iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.
pero en esta etapa final, nos ha hablado de forma muy clara y directa a través de su Hijo, quien también es el heredero de todo y por medio de quien hizo el universo.
Hermanos, podemos entrar con toda confianza al Lugar Santísimo por la sangre que Jesús derramó.
Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hizo la promesa.
Así que no pierdan la confianza que tenían antes, pues tendrán una gran recompensa.
Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de las realidades que no se ven;
Porque nosotros hemos llegado a tener identidad en Cristo, con tal que permanezcamos firmes y obedientes a Dios hasta el final, tal como lo hicimos desde el comienzo.
Esforcémonos, pues, por entrar en ese descanso, para que ninguno se pierda por la desobediencia, como hicieron los israelitas.
Por lo tanto, teniendo a Jesús, el Hijo de Dios, como nuestro gran Sumo Sacerdote que ha atravesado los cielos, aferrémonos a la fe que profesamos.
Entonces, acerquémonos con confianza al trono de la gracia de Dios, para que recibamos misericordia, bondad y gracia para ayudarnos cuando lo necesitemos.
Queremos que cada uno de ustedes siga esforzándose por vivir plenamente la vida cristiana hasta el fin, siendo fortalecidos por la esperanza,
Hay dos realidades inmutables: la promesa y el juramento; y hay dos cosas imposibles: que Dios mienta y que no cumpla lo que promete. Esas dos cosas nos dan confianza y consolación, fortaleciéndonos para continuar firmes en la esperanza que Dios nos da;
No logró perfeccionar nada. En cambio, ahora tenemos una nueva esperanza, mediante Cristo nos acercamos a Dios.
Aunque ustedes nunca hayan visto a Jesús, lo aman con el amor sacrificial y también tienen una fe de identidad en Él y esto genera una alegría pura y glorificada;
También ustedes, sean edificados como piedras vivas para que así se conviertan en un templo espiritual para un sacerdocio santo, con el fin de ofrecer sacrificios espirituales para Dios a través de Jesucristo con sus propias vidas.
Pues ya es el tiempo de Dios para su juicio, que va a empezar con los cristianos, y si somos los primeros en ser juzgados, ¿cuál será el fin de los que desobedecieron el Evangelio de Dios?
Escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: esto dice el Hijo de Dios, el que tiene los ojos como llamas de fuego y los pies como bronce brillante fundido:
Basta que mantengan su constancia y retengan con firmeza lo que ya tienen hasta que Yo venga.
Al vencedor, que guarde hasta el fin mis obras, es decir, permanezca fiel hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones,