1. Sustancia cuyas moléculas están formadas por la combinación de un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno, líquida, inodora, insípida e incolora. Es el componente más abundante de la superficie terrestre y, más o menos puro, forma la lluvia, las fuentes, los ríos y los mares; es parte constituyente de todos los organismos vivos y aparece en compuestos naturales.
2. Licor que se obtiene por infusión, disolución o emulsión de flores, plantas o frutos, y se usa en medicina y perfumería.
Líquido que constituye uno de los componentes principales de toda la materia viva. Jehová es el creador de este líquido esencial para la vida humana, animal y vegetal. (Apocalipsis 14:7); (Éxodo 17:2, 3); (Job 8:11) «¿Crece el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua?»; (Salmos 105:29) «Volvió sus aguas en sangre, Y mató sus peces»; (Isaías 1:30) «Porque seréis como encina a la que se le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas». Él lo proporciona y puede controlarlo. (Éxodo 14:21-29); (Job 5:10) «Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, Y envía las aguas sobre los campos»; (Salmos 107:35) «Vuelve el desierto en estanques de aguas, Y la tierra seca en manantiales». Dios les suministró agua a los israelitas de manera milagrosa cuando la necesitaron (Éxodo 17:1-7); (Nehemías 9:15, 20); (Salmos 78:16, 20); (Isaías 35:6, 7); les dio una tierra en la que abundaba el agua (Deuteronomio 8:7) «Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes». y les prometió bendecir su suministro siempre y cuando le obedeciesen. (Éxodo 23:25) «Mas a Jehová vuestro Dios serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti».
Jehová fue quien dispuso que en un principio la tierra se regase por medio de una neblina que subía del suelo, y también fijó las leyes que rigen la evaporación del agua y su precipitación en forma de lluvia. (Génesis 2:5, 6); (Job 36:27) «El atrae las gotas de las aguas, Al transformarse el vapor en lluvia»; (Amós 5:8) «buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre»; véanse LLUVIA; NEBLINA; NUBE). En el segundo día creativo, produjo una expansión haciendo que parte del agua quedase sobre la tierra y al mismo tiempo elevando un gran dosel por encima del globo. Debió ser la precipitación de ese dosel lo que dio lugar al Diluvio del día de Noé, con el que se destruyó a los inicuos. (Génesis 1:6-8).
La Ley dada en el monte Sinaí prohibía hacer imágenes de cosas que estuvieran “en las aguas debajo de la tierra”, al parecer una referencia a las criaturas acuáticas que hay en las aguas de la tierra, las cuales están por debajo del nivel del terreno. Esto incluiría los ríos, lagos, mares y aguas subterráneas. (Éxodo 20:4) «No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra»; (Deuteronomio 4:15-18).
Como ilustración y en sentido figurado. En las Escrituras muchas veces se alude al agua como ilustración y en sentido figurado. A las personas, en especial a las masas agitadas y alejadas de Dios, se las compara a aguas. Se dice que Babilonia la Grande se sienta “sobre muchas aguas”, refiriéndose a su dominación mundial, y en la visión de Juan sobre esta gran ramera se explica que estas aguas “significan pueblos y muchedumbres y naciones y lenguas”. (Apocalipsis 17:1, 15); compárese con (Isaías 57:20) «Pero los impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo».
Debido al poder destructor del agua (anegando, derrubiando, etc.), se suele utilizar este término como símbolo de fuerza destructiva. (Salmos 69:1, 2, 14, 15); (Salmos 144:7, 8). En (Jeremías 47:2) «Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra». Se usa para representar una fuerza militar.
El agua se empleó en el tabernáculo tanto para la limpieza física como de un modo simbólico. Cuando se instaló el sacerdocio, se lavó con agua a los sacerdotes y, simbólicamente, se salpicó sobre los levitas “agua limpiadora de pecado”. (Éxodo 29:4) «Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua»; (Números 8:6, 7). Los sacerdotes se lavaban antes de ministrar en el santuario de Jehová y antes de acercarse al altar de la ofrenda quemada. (Éxodo 40:30-32). Se empleaba el agua para lavar los sacrificios (Levítico 1:9) «y lavará con agua los intestinos y las piernas, y el sacerdote hará arder todo sobre el altar; holocausto es, ofrenda encendida de olor grato para Jehová». y en las purificaciones ceremoniales. (Levítico 14:5-9), (Números 19:1-22); véase LIMPIO, LIMPIEZA. El “agua santa” usada en caso de celos —cuando se sospechaba que la esposa había cometido adulterio— debió ser agua pura, fresca, en la que se disolvía un poco de polvo del tabernáculo antes de que la mujer la bebiera. (Números 5:17-24).
Agua dadora de vida. Jehová es la “fuente de agua viva”. Los hombres solo pueden recibir vida eterna de Él y por medio de su Hijo, Jesucristo, el Agente Principal de la vida. (Jeremías 2:13) «Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua»; (Juan 17:1, 3). En una ocasión, Jesús le dijo a una mujer samaritana que estaba junto a un pozo, cerca de Sicar, que el agua que él daría se convertiría en quien la bebiera en ‘una fuente de agua que brotaría para impartir vida eterna’. (Juan 4:7-15).
El apóstol Juan registra su visión de “un nuevo cielo y una nueva tierra”, en la que vio fluir desde el trono de Dios un “río de agua de vida”. A ambos lados de este río había árboles que producían fruto, y sus hojas se utilizaban para la curación de las naciones. (Apocalipsis 22:1, 2). Finalizada esta descripción, Jesús le explicó a Juan por qué le había dado la visión mediante el ángel. Entonces Juan oyó la proclamación: “Y el espíritu y la novia siguen diciendo: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que oiga, diga: ‘¡Ven!’. Y cualquiera que tenga sed, venga; cualquiera que desee, tome gratis el agua de la vida”. Los siervos de Dios extenderían esta invitación para que los sedientos empezasen a beber de las provisiones divinas a fin de conseguir vida eterna por medio del Cordero de Dios. (Juan 1:29) «El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». Obtendrían lo que actualmente está disponible de esta agua de vida. La invitación tiene que extenderse a todo el mundo, aunque no con fines lucrativos, pues todo el que la desee puede tomar de ella gratis. (Apocalipsis 22:17) «Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente».
Antes de su muerte y resurrección, cuando Jesús mencionó que sus seguidores iban a recibir espíritu santo a partir del Pentecostés del año 33 E.C., dijo que de sus partes más interiores fluirían “corrientes de agua viva”. (Juan 7:37-39). En las Escrituras Griegas Cristianas se halla abundante prueba de la inmensa labor que realizaron los apóstoles y discípulos, impulsados por la fuerza del espíritu de Dios, al llevar las aguas dadoras de vida a otras personas, empezando en Jerusalén y llegando con el tiempo a todo el mundo conocido de aquel entonces.
Nutrición de la palabra implantada. El apóstol Pablo usó una figura diferente cuando escribió a la congregación de Corinto, al comparar la obra del ministro cristiano a la de un labrador, quien primero planta la semilla, la riega y la cultiva, y luego espera que Dios la haga crecer hasta alcanzar la madurez. Pablo llevó las buenas nuevas del Reino a Corinto, plantando así la semilla en el “campo” corintio. Después llegó Apolos, quien con su enseñanza nutrió y cultivó la semilla que se había sembrado, pero fue Dios quien produjo el crecimiento con su espíritu. El apóstol utilizó esta ilustración para recalcar el hecho de que ningún ser humano en particular es importante en sí mismo, sino que todos son ministros que trabajan juntos como colaboradores de Dios. Él es el Único importante, y bendice este trabajo altruista y unido. (1 Corintios 3:5-9).
La palabra de verdad de Dios. La palabra de verdad de Dios se asemeja al agua que limpia. La congregación cristiana está limpia a la vista de Dios, como una novia casta a quien Cristo ha limpiado “con el baño de agua por medio de la palabra”. (Efesios 5:25-27). Al dirigirse a sus compañeros cristianos que tienen la esperanza de ser subsacerdotes de Cristo en los cielos, Pablo se expresa en términos similares. Cuando se refiere al tabernáculo, donde los sacerdotes tenían que lavarse con agua antes de entrar en el santuario, pasa a decir: “Puesto que tenemos un gran sacerdote [Jesucristo] sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazones sinceros en la plena seguridad de la fe, pues [...] los cuerpos se nos han lavado con agua limpia”. (Hebreos 10:21, 22). Esta limpieza no solo abarca el conocimiento de la Palabra de Dios, sino también su aplicación en la vida cotidiana.
El agua del bautismo. Jesús le explicó lo siguiente a Nicodemo: “A menos que uno nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. (Juan 3:5) «Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios». Al parecer, Jesús hablaba del agua del bautismo, cuando la persona se arrepiente de sus pecados, se vuelve de su anterior proceder en la vida y se presenta a Dios por medio del bautismo en el nombre de Jesucristo. (Compárese con (Efesios 4:4, 5), donde se habla de “un bautismo”.)
Después el apóstol Juan escribió: “Este es el que vino por medio de agua y sangre, Jesucristo [...]. Porque hay tres que dan testimonio: el espíritu y el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo”. (1 Juan 5:5-8). Cuando Jesús vino al “mundo”, es decir, cuando empezó su derrotero ministerial y de sacrificio como el Mesías de Dios, se presentó ante Juan el Bautista para ser sumergido en agua (no en señal de arrepentimiento de pecados, sino como presentación de sí mismo a Dios para cumplir Su voluntad). (Hebreos 10:5-7). Después, el espíritu de Dios descendió sobre Jesús como testimonio de que era el Hijo de Dios y el Mesías. (Lucas 3:21, 22). Por lo tanto, el agua de su bautismo, la sangre de su sacrificio y el espíritu de Dios “están de acuerdo” para testificar unánimemente en cuanto a esta gran verdad sobre Jesús.
Otros usos figurados. David dijo sobre los inicuos: “Disuélvanse como en aguas que van corriendo”. (Salmos 58:7) «Sean disipados como aguas que corren; Cuando disparen sus saetas, sean hechas pedazos». Puede que haya pensado en los valles torrenciales de Palestina, muchos de los cuales se llenan amenazadoramente de agua como consecuencia de una lluvia torrencial repentina, para luego bajar con rapidez y desaparecer, y de nuevo dejar el valle seco.
Los israelitas atacaron la ciudad de Hai con una pequeña fuerza militar y fueron derrotados. Esta derrota tuvo un efecto desmoralizador en ellos, pues el relato explica que el corazón del pueblo de Israel “empezó a derretirse y se hizo como agua”, con lo que se quiere decir que los israelitas percibieron que habían incurrido de alguna manera en el disfavor de Jehová y no contaban con su ayuda. Josué manifestó una gran preocupación debido a que Israel, el ejército de Jehová, había huido presa del temor delante de sus enemigos, lo que había acarreado reproche al nombre de Jehová. (Josué 7:5-9).
Israel es, en general, una tierra seca, con abundancia de zonas desérticas y un régimen de lluvias escaso. No tiene ríos caudalosos, con excepción del Jordán. Los arroyos generalmente permanecen secos la mayor parte del tiempo y cuando viene la temporada de lluvias vierten su caudal con mucha rapidez. De ahí que el a. sea doblemente preciada y buscada, para lo cual se construyen cisternas y pozos. •Isaac se distinguió por los muchos pozos que cavaba (Jueces 1:15) «Ella entonces le respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Entonces Caleb le dio las fuentes de arriba y las fuentes de abajo».
En el AT los sacerdotes tenían que usar agua para lavar parte de los sacrificios y en otros ritos de purificación (Salmos 93:4-5).
los profetas Dios se presenta como el a. que satisface a todos los que la toman. Así, él será “como arroyos de a. en tierra de sequedad” (Efesios 5:26) «para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra».
(heb., mayim; gr., hydor). El agua es muy apreciada en Palestina debido a su escasez. La falta de agua era muy grave (Joel 1:20) «Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto». Y la lluvia era una indicación del favor divino.
Los ríos de Palestina son pequeños en su mayoría; si tienen algo de agua en el verano es poca. Por tanto, en tiempos bíblicos el país dependía de la lluvia como su fuente de agua. Las cisternas eran necesarias para almacenar agua, pero si el agua quedaba mucho tiempo en ellas se tornaba salobre, sucia y una amenaza para la salud. No había lluvia en verano, de modo que la vegetación dependía de los copiosos rocíos. Donde había suficiente agua, se irrigaba.
Cuando el agua escaseaba, como durante un tiempo de sitio, debía ser racionada. El agua para beber, llevada en cueros de cabra, se vendía a menudo en las calles. Los pozos y estanques eran comparativamente escasos (1 Juan 5:8) «Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan». Ver MINERALES.
en hebr. siempre en plural (mayim). El israelita conoce las aguas del caos primitivo (Génesis 1:2) «Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas». Las superiores o del cielo (Génesis 1:7) «E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así». (Génesis 7:10) «Y sucedió que al séptimo día las aguas del diluvio vinieron sobre la tierra». (Salmos 148:4) «Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas que están sobre los cielos». Y las inferiores (Génesis 1:6) «Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas». O del océano subterrestre (Éxodo 20:4) «No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra». (Salmos 136:6) «Al que extendió la tierra sobre las aguas, Porque para siempre es su misericordia». Y el a. en sus múltiples formas de aparecer en la tierra: el a. del mar (Isaías 11:9) «No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de Jehová, como las aguas cubren el mar». (Amós 5:8) «buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre». Muchas a.: (Ezequiel 27:26) «En muchas aguas te engolfaron tus remeros; viento solano te quebrantó en medio de los mares». (Salmos 28:3) «No me arrebates juntamente con los malos, Y con los que hacen iniquidad, Los cuales hablan paz con sus prójimos, Pero la maldad está en su corazón». (Juan 3:23) «Juan bautizaba también en Enón, junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados». (Apocalipsis 17:1) «Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas». De un río (Josué 3:8) «Tú, pues, mandarás a los sacerdotes que llevan el arca del pacto, diciendo: Cuando hayáis entrado hasta el borde del agua del Jordán, pararéis en el Jordán». (Josué 8:7) «Entonces vosotros os levantaréis de la emboscada y tomaréis la ciudad; pues Jehová vuestro Dios la entregará en vuestras manos». De una fuente (Santiago 3:11) «¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?». De un estanque o de un pozo (Juan 4:7) «Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber». A. de lluvia o de nieve (Job 24:19) «La sequía y el calor arrebatan las aguas de la nieve; Así también el Seol a los pecadores». A. dulce, a. viva o corriente (Génesis 26:19) «Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle, y hallaron allí un pozo de aguas vivas». (Levítico 14:5) «Y mandará el sacerdote matar una avecilla en un vaso de barro sobre aguas corrientes». (Levítico 15:13) «Cuando se hubiere limpiado de su flujo el que tiene flujo, contará siete días desde su purificación, y lavará sus vestidos, y lavará su cuerpo en aguas corrientes, y será limpio». (Jeremías 2:13) «Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua». (Jeremías 17:13) «¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas». (Juan 4:10) «Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva». Las a. del diluvio (Génesis 7:7) «Y por causa de las aguas del diluvio entró Noé al arca, y con él sus hijos, su mujer, y las mujeres de sus hijos». (Isaías 54:9) «Porque esto me será como en los días de Noé, cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré». (1 Pedro 3:20) «los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua». (2 Pedro 3:6) «por lo cual el mundo de entonces pereció anegado en agua». A. de beber, cf. (1 Timoteo 5:23) «Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades».
(heb., mayim; gr., hydor). El agua es muy apreciada en Palestina debido a su escasez. La falta de agua era muy grave (1 Reyes 17:1) «Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra». (Jeremías 14:3) «Los nobles enviaron sus criados al agua; vinieron a las lagunas, y no hallaron agua; volvieron con sus vasijas vacías; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas». y la lluvia era una indicación del favor divino.
Los ríos de Palestina son pequeños en su mayoría; si tienen algo de agua en el verano es poca. Por tanto, en tiempos bíblicos el país dependía de la lluvia como su fuente de agua. Las cisternas eran necesarias para almacenar agua, pero si el agua quedaba mucho tiempo en ellas se tornaba salobre, sucia y una amenaza para la salud. No había lluvia en verano, de modo que la vegetación dependía de los copiosos rocíos. Donde había suficiente agua, se irrigaba.
Cuando el agua escaseaba, como durante un tiempo de sitio, debía ser racionada. El agua para beber, llevada en cueros de cabra, se vendía a menudo en las calles. Los pozos y estanques eran comparativamente escasos (Génesis 21:19) «Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho». (Génesis 24:11) «E hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua, a la hora de la tarde, la hora en que salen las doncellas por agua». (Juan 4:6) «Y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo. Era como la hora sexta». (Juan 9:7) «y le dijo: Vé a lavarte en el estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y regresó viendo». El agua se usaba para lavamientos ceremoniales antes de las comidas y en ceremonias en el templo judío (Levítico 11:32) «Y todo aquello sobre que cayere algo de ellos después de muertos, será inmundo; sea cosa de madera, vestido, piel, saco, sea cualquier instrumento con que se trabaja, será metido en agua, y quedará inmundo hasta la noche; entonces quedará limpio». (Levítico 16:4) «Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua». (Números 19:7) «El sacerdote lavará luego sus vestidos, lavará también su cuerpo con agua, y después entrará en el campamento; y será inmundo el sacerdote hasta la noche». La Biblia la utilizaba como un símbolo del lavado del pecado del alma (Ezequiel 16:4) «Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas». (Ezequiel 36:25) «Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré». (Juan 3:5) «Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios». (Efesios 5:26) «para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra». (Hebreos 10:22) «acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura». (1 Juan 5:6) «Este es Jesucristo, que vino mediante agua y sangre; no mediante agua solamente, sino mediante agua y sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio; porque el Espíritu es la verdad». (1 Juan 5:8) «Y tres son los que dan testimonio en la tierra: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan». Ver MINERALES.
(hebreo mayim, griego hydoµr). En una región del mundo donde el agua escasea, es natural que dicho elemento ocupe lugar prominente en la vida del pueblo de la Biblia. Nada es tan serio para ellos como la ausencia de agua (1 Reyes 17:1) «Entonces Elías tisbita, que era de los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en estos años, sino por mi palabra». (Jeremías 14:3) «Los nobles enviaron sus criados al agua; vinieron a las lagunas, y no hallaron agua; volvieron con sus vasijas vacías; se avergonzaron, se confundieron, y cubrieron sus cabezas». (Joel 1:20) «Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas del desierto». (Hageo 1:11) «Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de manos». y, a la inversa, la lluvia es señal del favor y la bondad de Dios. Amenaza igualmente seria para la vida es el agua que ha sido contaminada o envenenada y por lo tanto se vuelve no potable. Esta fue una de las plagas de Egipto (Éxodo 7:17) «Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre». Los israelitas descubrieron que el agua de Mara era amarga (Éxodo 15:23) «Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara». y en los días de Eliseo (2 Reyes 2:19-22). el pozo de Jericó tenía agua mala.
Era práctica común en época de guerra que el ejército invasor cortara el suministro de agua de las ciudades sitiadas, como hizo Josafat con los pozos de Moab (2 Reyes 3:19-25). y Holofernes en Betulia . Ezequías conjuró este peligro mediante la construcción del túnel que existe hasta hoy en Jesuralén, y que va desde la fuente de la virgen (Gihón), fuera de los muros de la ciudad en esa época, hasta el estanque de *Siloé (2 Crónicas 32:30) «Este Ezequías cubrió los manantiales de Gihón la de arriba, y condujo el agua hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo». En circunstancias en que el agua debía ser racionada (Lamentaciones 5:4) «Nuestra agua bebemos por dinero; Compramos nuestra leña por precio». (Ezequiel 4:11-16). se justificaba el uso de la frase “agua de angustia” o “de aflicción” (Isaías 30:20) «Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados, sino que tus ojos verán a tus maestros». pero el contexto generalmente sugiere castigo (1 Reyes 22:27) «y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a éste en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz». (2 Crónicas 18:26) «y decidles: El rey ha dicho así: Poned a éste en la cárcel, y sustentadle con pan de aflicción y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz».
Frecuentemente el agua es símbolo de la bendición de Dios y de refrigerio espiritual, como en (Salmos 23:2) «En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará». (Isaías 32:2) «Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en tierra calurosa». (Isaías 35:6-7). (Isaías 41:18) «En las alturas abriré ríos, y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca». etc. y anhelarlo indica necesidad espiritual (Salmos 42:1) «Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía». (Salmos 63:1) «Salmo de David, cuando estaba en el desierto de Judá. Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde no hay aguas». (Amós 8:11) «He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová». En la visión que tuvo Ezequiel de la casa de Dios las aguas que salían de debajo del umbral representaba un ilimitado fluir de las bendiciones de Yahvéh sobre su pueblo (compárese (Zacarías 14:8) «Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno». Jeremías describe a Yahvéh como la “fuente de agua viva” , frase de la que se hace eco (Juan 7:38) «El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva». al referirse al Espíritu Santo. En el Nuevo Testamento el agua está relacionada con la vida eterna, como la bendición suprema dada por Dios (Juan 4:14) «mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna». (Apocalipsis 7:17) «porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos». (Apocalipsis 21:6) «Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida». (Apocalipsis 22:1) «Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero». (Apocalipsis 17). mientras que en (Efesios 5:26) «para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra». (Hebreos 10:22) «acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura». la idea central es la del lavamiento bautismal para el perdón de los pecados.
La idea de limpieza sigue a la de refrigerio. En el régimen ceremonial el lavamiento ocupaba un lugar prominente. Los sacerdotes debían ser lavados antes de ser consagrados (Éxodo 29:4) «Y llevarás a Aarón y a sus hijos a la puerta del tabernáculo de reunión, y los lavarás con agua». a los levitas también se los rociaba con agua (Números 8:7) «Así harás para expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la expiación, y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán purificados». Abluciones especiales se le exigían al sumo sacerdote en el día de la expiación (Levítico 16:4) «Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua». (Levítico 24:2) «Manda a los hijos de Israel que te traigan para el alumbrado aceite puro de olivas machacadas, para hacer arder las lámparas continuamente». (Levítico 26:2) «Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová». al sacerdote en el ritual del “agua de purificación” y a todos los hombres para eliminar la contaminación ceremonial. La fuente de bronce delante del *tabernáculo constituía un recordatorio constante de la necesidad de purificación para acercarse a Dios. La secta de Qumrán y diversas sectas judías bautistas que florecieron antes y después de los comienzos de la era cristiana, practicaban una forma evolucionada de ablución ritual. Estos antecedentes proporcionan el trasfondo para el bautismo de arrepentimiento de Juan, y el *bautismo cristiano de purificación, iniciación, e incorporación en Cristo.
Un tercer aspecto es el del peligro y la muerte. El relato del diluvio, el ahogamiento de los egipcios en el mar Rojo, y el temor general que expresa el salmista del mar y las aguas profundas indican que en manos de Yahvéh el agua podía constituir un instrumento de juicio, si bien al mismo tiempo estaba el pensamiento de la disponibilidad de salvación en medio del peligro para el pueblo que se mantuviese fiel a Dios (compárese (Isaías 43:2) «Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti». (Isaías 59:19) «Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él». Resulta difícil saber hasta qué punto dichas ideas fueron moldeadas por los mitos cananeos de la lucha de Baal con las tiránicas aguas del mar, que se relatan en los textos de Ras Shamra. Eruditos escandinavos y la escuela “mítica y ritual” de Hocke vieron en estas referencias veterotestamentarias, especialmente en los Salmos, una indicación de la existencia en Israel de un festival real anual en el que se representaba la victoria de Yahvéh, personificado por el rey. Es evidente que el pensamiento y la poesía hebreos evocaban el lenguaje de la mitología del Cercano Oriente (compárese las referencias a Rahab, Leviatán, el dragón, etc.), pero es ir más allá de lo que aconsejan los indicios sostener que los rituales cananeos mismos o las creencias doctrinales en que se apoyaban fueron adoptados por la religión de Israel. Los puntos de vista de Gunkel, Mowinckel, y otros se analizan inteligentemente por A. R. Johnson en el capítulo sobre “Los salmos” en OTMSOTMS H. H. Rowlery (ed.), The Old Testament and Modern Study, 1951., 1951.
Bibliografía.C. Westermann, “Océano”, °DTMAT°DTMAT este Jenni y C. Westermann (eds.), Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento, trad. del alemán por J. A. Mugica, 1978, (véase THAT), tomo(s) II, cols. 1286–1292; O. Böcher, “Agua”, °L. Coenen, E. Beyreuther, H. Bietenhard, Diccionario teológico del Nuevo Testamento, en 4 tomos. (título original en alemán theologisches Regriffslexicon zum Neuen Testament, 1971), edición preparada por M. Sala y A. Herrera, 1980–85, tomo(s) I, página(s) 67–73; J. Mateos, J. Barreto, Vocabulario teológico del evangelio de Juan, 1980, página(s) 22–26; W. Kornfeld, “Agua”, J. B. Bauer, Diccionario de teología bíblica, trad. del alemán (título original Bibeltheologisches Wörterbuch, 1962) por Daniel Ruiz Bueno y revisado por Luis Arnaldich, 1967, 1967, cols. 25–27; R. de Vaux, Instituciones del Antiguo Testamento, 1985.
O. Böcher, R. K. Harrison, en C. Brown (eds.), The New International Dictionary of New Testamento Theology, 3 tomos, 1975–8 3, página(s) 982–993.
J.B.Tr.J.B.Tr. J. B. Taylor, M.A., Obispo de St Albans, Inglaterra.
Por su misma naturaleza y en cuanto criatura insigne de Dios (Génesis 1:2) «Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas». (Génesis 1:7) «E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así». (Génesis 1:9) «Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así». (Proverbios 8:27-29); (1 Pedro 3:5) «Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos».
Ver (Salmos 104) se presenta en la Biblia como elemento vivificador (Génesis 2:5-6), (Génesis 2:10-14), (Deuteronomio 11:14) «yo daré la lluvia de vuestra tierra a su tiempo, la temprana y la tardía; y recogerás tu grano, tu vino y tu aceite». (Jeremías 5:24) «Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en su tiempo, y nos guarda los tiempos establecidos de la siega». (Isaías 30:23) «Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas». (Isaías 30:25) «Y sobre todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán las torres». (Job 5:10) «Que da la lluvia sobre la faz de la tierra, Y envía las aguas sobre los campos». o temible (Génesis 7:11-12), (Génesis 7:17-24); (Job 12:15) «Si él detiene las aguas, todo se seca; Si las envía, destruyen la tierra». (Salmos 32:6) «Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él». según los casos.
De ahí que el agua sea en la Biblia un elemento simbólico de primer orden para significar unas veces la bendición divina (Deuteronomio 28:12) «Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado». (Levítico 26:3-4); (Génesis 27:28) «Dios, pues, te dé del rocío del cielo, Y de las grosuras de la tierra, Y abundancia de trigo y de mosto». (Salmos 132:2-3); (Apocalipsis 22:1-2), 'paralelamente, la falta de agua se interpreta como señal de maldición (Deuteronomio 28:23-24); (Levítico 26:19) «Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce». (Isaías 19:5-7); (Ezequiel 4:16-17), otras veces simbolizará la desgracia que se cierne sobre el hombre (Salmos 18:5) «Ligaduras del Seol me rodearon, Me tendieron lazos de muerte». (Salmos 18:17) «Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborrecían; pues eran más fuertes que yo». (Salmos 42:8) «Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida». (Salmos 124:4-5), (Salmos 144:7) «Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las muchas aguas, De la mano de los hombres extraños».
Y otras, finalmente, la eficacia purificadora y vivificadora de la acción divina (Números 8:7) «Así harás para expiación por ellos: Rocía sobre ellos el agua de la expiación, y haz pasar la navaja sobre todo su cuerpo, y lavarán sus vestidos, y serán purificados», (2 Reyes 5:10-14); (Ezequiel 47:1-12); (Isaías 44:3-4); (Juan 4:10-14); (Juan 7:37-39). Esto último es válido especialmente para las aguas bautismales (Mateo 3:11) «Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego». par; (Mateo 28:19) «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo». (Juan 3:5) «Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios». (Hechos 22:16) «Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre». (1 Corintios 6:11) «Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios». (Efesios 5:26) «para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra». (Hebreos 10:22) «acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura».
Es signo de vida y purificación y a veces agente de destrucción y muerte.
Elemento indispensable para la subsistencia. Cristo se manifiesta como el agua que da la vida eterna. En el bautismo pasa a ser el signo de la purificación y nueva vida. (Génesis 1:2) «Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas».
(Isaías 58:11) «Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan».
(Josué 2:13) «y que salvaréis la vida a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y hermanas, y a todo lo que es suyo; y que libraréis nuestras vidas de la muerte».
(Juan 4:13-14).
(Apocalipsis 21:6) «Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida».
Agua (heb. mayim; gr. húdÇr). Líquido -un compuesto de oxígeno e hidrógeno- transparente, inodoro e insípido que forma la lluvia o corre por los ríos y arroyos; también forma, con ciertas sales, el contenido de los mares. El agua era de gran valor en el Oriente, y se apreciaba mucho el de manantial o fuente, corriente o viva (-22; ). Existen metáforas hermosas sobre el agua (; 17:13; ; 4:14), pero a veces se refieren al peligro y al desaliento (Job 27:20; ; 32:6; 69:2; ). También existe una estrecha relación entre el agua y el viento (o espíritu; -9; ). Jesús pidió 2 veces agua (; 19:28) y prometió premiar a quien diere un vaso de agua en su nombre ().