Fue traído hasta Jesús un hombre con espíritu de enfermedad que estaba ciego y mudo. Jesús lo sanó, de tal modo que el hombre empezó a hablar y a ver.
Mateo 4:24 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Su fama se extendió por toda Siria; y le trajeron todas las personas que tenían enfermedades: personas con problemas emocionales, endemoniados, personas con problemas psicológicos, paralíticos; y a todos los sanó. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó. Biblia Nueva Traducción Viviente Las noticias acerca de él corrieron y llegaron tan lejos como Siria, y pronto la gente comenzó a llevarle a todo el que estuviera enfermo. Y él los sanaba a todos, cualquiera fuera la enfermedad o el dolor que tuvieran, o si estaban poseídos por demonios, o eran epilépticos o paralíticos. Biblia Católica (Latinoamericana) Su fama se extendió por toda Siria. La gente le traía todos sus enfermos y cuantos estaban aquejados por algún mal: endemoniados, lunáticos y paralíticos, y él los sanaba a todos. La Biblia Textual 3a Edicion Y su fama se difundió por toda Siria, y le trajeron a todos los que padecían males, afligidos por diversas enfermedades y tormentos, endemoniados, lunáticos, y paralíticos; y los sanó. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Su fama se extendió por toda Siria. Le traían a todos los que se sentían mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paralíticos; y él los curaba. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y corrió su fama por toda Siria. Y le traían a todos los enfermos que eran tomados de diversas enfermedades y tormentos; y a los endemoniados y a los lunáticos y a los paralíticos; y los sanaba. |
Fue traído hasta Jesús un hombre con espíritu de enfermedad que estaba ciego y mudo. Jesús lo sanó, de tal modo que el hombre empezó a hablar y a ver.
En aquel tiempo, Herodes el tetrarca, el gobernador de la región de Galilea, oyó la fama de Jesús,
Y una mujer cananea, quien vivía en aquella región, comenzó a gritar: – ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de mí! Mi hija está terriblemente atormentada por un demonio.
– Señor, ten misericordia de mi hijo, pues es epiléptico y está muy enfermo. A menudo, cuando tiene convulsiones, cae en el fuego o en el agua.
Cuando Jesús lo ordenó, el espíritu de enfermedad salió del epiléptico y el muchacho fue sanado instantáneamente.
Jesús recorrió toda Galilea enseñando en las sinagogas de los judíos, predicando el Evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y todo tipo de mal en las personas.
Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, salieron a su encuentro dos endemoniados que vivían de tumba en tumba, eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino.
Los que apacentaban a los cerdos huyeron, y cuando llegaron a la ciudad contaron todas las cosas que les había pasado a los cerdos y a los endemoniados.
– Señor, mi siervo está en la casa muy enfermo, no puede moverse y está gravemente atormentado.
Y este milagro le dio mucho prestigio y fama a Jesús en toda aquella región.
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en las sinagogas de los judíos, y predicando el Evangelio del reino, sanando toda enfermedad y todo tipo de dolencias.
Cuando llegó la noche, luego de la puesta del sol, le llevaron a todos los enfermos y a los que estaban endemoniados;
Como no lograron acercarse a Jesús por causa de la multitud, hicieron un hueco en el techo de la casa, por donde bajaron la camilla en la que estaba el paralítico.
¿Qué es más fácil decirle al paralítico: “Tus pecados te son perdonados” o decirle “levántate, toma tu camilla y anda”?
Jesús regresó a Galilea empoderado por el Espíritu; y su fama se extendió por toda la región.
Después de salir de la sinagoga, Jesús entró a la casa de Simón, cuya suegra padecía de una fiebre muy alta. Le suplicaron a Jesús que la sanara.
La fama de Jesús se expandía más y más, y muchas personas lo buscaban para escuchar sus enseñanzas y también para recibir sanidad de sus enfermedades.
Ustedes deben saber que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados, así que lo dejaré bien claro. Entonces se dirigió al paralítico y le ordenó: – ¡Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa!
Mientras que otros decían: – Estas palabras no son de un endemoniado; ¿acaso un demonio puede abrir y sanar los ojos de los ciegos?
y como Dios ungió a Jesús de Nazaret, lo llenó con poder y con el Espíritu Santo; Él fue por todas partes haciendo el bien y sanando a los que vivían oprimidos por el diablo. Lo pudo hacer porque Dios estaba con Él.
y con ellos mandaron la siguiente carta: Los apóstoles y los líderes, para nuestros hermanos no judíos en Antioquía, Siria y Cilicia: Saludos.
Cuando esto sucedió, otras personas de la isla que tenían enfermedades venían donde Pablo y eran sanadas.
Muchos de los que fueron a verlo, tenían espíritus malos, pero Felipe los expulsaba, y los espíritus salían gritando. Además, muchos cojos y paralíticos eran sanados.