Sus hermanos vieron que su padre lo amaba más que a todos ellos, y le cobraron tal odio que no podían hablarle con cariño.
Mateo 5:22 - Biblia Martin Nieto Pero yo os digo que el que se irrite con su hermano será llevado a juicio; el que insulte a su hermano será llevado ante el tribunal supremo, y el que lo injurie gravemente será llevado al fuego. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero yo digo: aun si te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota, corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien, corres peligro de caer en los fuegos del infierno. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero yo les digo: Si uno se enoja con su hermano, es cosa que merece juicio. El que ha insultado a su hermano, merece ser llevado ante el Tribunal Supremo; si lo ha tratado de renegado de la fe, merece ser arrojado al fuego del infierno. La Biblia Textual 3a Edicion Pero Yo os digo que cualquiera que se enfurezca contra su hermano quedará expuesto al juicio, y cualquiera que diga a su hermano: ¡Raca!,° quedará expuesto ante el Sanedrín,° y cualquiera que diga: ¡Moré!,° quedará expuesto al fuego del infierno. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero yo os digo: todo el que se enoje contra su hermano comparecerá ante el tribunal; y el que diga a su hermano estúpido comparecerá ante el sanedrín; y el que le diga renegado comparecerá para la gehenna del fuego. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero yo os digo que cualquiera que sin razón se enojare contra su hermano, estará en peligro del juicio; y cualquiera que dijere Raca a su hermano: estará en peligro del concilio; pero cualquiera que le dijere: Necio, estará en peligro del fuego del infierno. |
Sus hermanos vieron que su padre lo amaba más que a todos ellos, y le cobraron tal odio que no podían hablarle con cariño.
Sus hermanos respondieron: '¿Es que vas a ser tú rey y señor nuestro?'. Y le odiaban todavía más por sus sueños y por sus palabras.
Semeí profería estos insultos: '¡Vete, vete, hombre sanguinario y perverso!
Cuando David volvió a su casa para bendecirla, Mical, hija de Saúl, le salió al encuentro y le dijo: '¡Qué bien ha quedado hoy el rey de Israel desnudándose ante la vista de las criadas de sus servidores, como lo haría un hombre cualquiera!'.
Ajab entró en su palacio triste e irritado porque Nabot, el yezraelita, no le había querido dar la herencia de sus padres. Se metió en la cama, volvió la cara a la pared y no probó bocado.
Asá se indignó contra el profeta y lo metió en la cárcel, pues sus palabras le habían llenado de cólera contra él. Asá maltrató también a otros del pueblo.
y les dije: 'Nosotros hemos rescatado, según nuestras posibilidades, a nuestros hermanos judíos, que habían sido vendidos a los paganos. ¡Y ahora sois vosotros los que obligáis a vender a vuestros hermanos para que nosotros los rescatemos!'. Se quedaron mudos, sin saber qué responder.
No queda defraudado el que en ti espera, que lo quede el que traiciona sin motivo.
Que no se rían de mí mis crueles enemigos ni se guiñen el ojo los que me odian sin razón;
deja la ira, desiste del enfado, no te acalores, que es peor para ti;
¿Es que van a vivir indefinidamente?, ¿se van a quedar sin ver la fosa?
Estoy extenuado de gritar y totalmente ronco, mis ojos se han consumido de esperar a mi Dios.
Señor, Dios mío, si algo de esto hice: si en mis manos existe la injusticia,
El sabio teme y se aparta del mal, pero el insensato es insolente y se cree seguro.
Perdiz que empolla huevos que no ha puesto es quien amasa riquezas injustas: a la mitad de sus días las tendrá que dejar, y al final no será más que un necio'.
Entonces Nabucodonosor montó en cólera y mandó traer a Sidrac, Misac y Abdénago, los cuales fueron llevados a la presencia del rey.
Entonces Nabucodonosor, lleno de furor y con el rostro desencajado de ira contra Sidrac, Misac y Abdénago, dio orden de que se encendiese el horno siete veces más de lo corriente
Por las matanzas, por las injusticias cometidas contra tu hermano Jacob, quedarás cubierto de vergüenza y serás exterminado para siempre.
No te alegres del castigo de tu hermano el día de su desastre; no te alegres de la desgracia de los judíos el día de su perdición; no te burles de ellos el día de su angustia;
Tened cuidado con la gente, porque os entregarán a los tribunales y os azotarán en sus sinagogas.
No tengáis miedo de los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede perder el alma y el cuerpo en el fuego.
Pero los fariseos, al oírlo, dijeron: 'Éste echa los demonios con el poder de Belcebú, príncipe de los demonios'.
Aún estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió, y una voz desde la nube dijo: 'Éste es mi hijo amado, mi predilecto, escuchadlo'.
Pedro se acercó y le dijo: 'Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar a mi hermano las ofensas que me haga? ¿Hasta siete veces?'.
Así hará mi Padre celestial con vosotros si cada uno de vosotros no perdona de corazón a su hermano'.
¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos hipócritas, que recorréis mares y tierras para hacer un prosélito y, cuando llega a serlo, lo hacéis reo del fuego dos veces más que vosotros!
¡Serpientes, raza de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del fuego? Por eso yo os envío profetas, sabios y maestros de la ley;
Luego dirá a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
Los sumos sacerdotes y el tribunal supremo en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarle a muerte.
Pero yo os digo que no juréis de ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios;
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen,
Los sumos sacerdotes y el tribunal supremo en pleno buscaban un testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte, y no lo encontraban.
Al amanecer, celebraron consejo los sumos sacerdotes, los ancianos, y los maestros de la ley y el tribunal supremo en pleno.
Os diré a quién debéis de temer: Temed al que después de haberos matado puede echaros en el fuego. Sí, temed a éste.
Al amanecer, celebraron consejo los ancianos del pueblo, los sumos sacerdotes y los maestros de la ley; lo llevaron al tribunal
Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el consejo y decían: '¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos milagros.
Para que se cumpla lo que está escrito en su ley: Me han odiado sin motivo.
Los judíos le replicaron: 'Con razón decimos que eres samaritano y que estás endemoniado'.
Algunos filósofos epicúreos y estoicos conversaban con él; unos decían: '¿Qué querrá decir ese charlatán?'. Y otros: 'Parece ser un predicador de divinidades extranjeras' (porque anunciaba a Jesús y la resurrección).
Al día siguiente, queriendo saber con certeza de qué lo acusaban los judíos, lo desató y mandó que se reunieran los sumos sacerdotes y el tribunal supremo. Después bajó a Pablo y lo hizo comparecer ante ellos.
Pablo, mirando fijamente al tribunal, dijo: 'Hermanos, yo me he comportado con buena conciencia ante Dios hasta el día de hoy'.
o que digan estos mismos qué delito me encontraron cuando comparecí ante el tribunal,
Les ordenaron salir de la sala del tribunal, y se pusieron a deliberar entre ellos,
Obedecieron, entraron de madrugada en el templo y se pusieron a enseñar. Entretanto, el sumo sacerdote y sus partidarios convocaron al tribunal supremo y a todos los dirigentes de Israel, y mandaron a la cárcel a buscar a los apóstoles.
Los trajeron y los presentaron al tribunal supremo. El sumo sacerdote les preguntó:
Con esto amotinaron al pueblo, a los ancianos y a los maestros de la ley, los cuales se echaron sobre él, lo prendieron y lo llevaron al tribunal supremo.
Entonces todos los que estaban sentados en el tribunal clavaron sus ojos en él y vieron su rostro como el rostro de un ángel.
Él es el que dijo a los israelitas: Dios os suscitará de entre vuestros hermanos un profeta como yo.
Amaos de corazón unos a otros, como buenos hermanos; que cada uno ame a los demás más que a sí mismo.
ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los salteadores heredarán el reino de Dios.
En cambio, el hermano pleitea con el hermano, ¡y encima ante jueces paganos!
Nunca faltarán pobres en la tierra; por eso te digo: Abre tu mano a tu hermano, al humillado y al pobre de tu tierra.
Te constituirás jueces y escribas en todas las ciudades que el Señor, tu Dios, te da, tribu por tribu, para que juzguen al pueblo con toda justicia.
Que en este punto nadie abuse ni engañe a su hermano, pues el Señor tomará venganza de todo esto, como ya os lo dejamos dicho y recalcado.
que no hablen mal de nadie, que sean pacíficos, comprensivos y sumamente amables con todo el mundo.
Cuidado con no escuchar al que os habla; pues si aquéllos, por no escuchar al que promulgaba oráculos en la tierra no escaparon al castigo, ¡con cuánta mayor razón no escaparemos nosotros si volvemos la espalda a aquel que habla desde el cielo!
así alcanzó la perfección y se convirtió para todos aquellos que le obedecen en principio de salvación eterna,
La lengua es también de fuego; el mundo de la injusticia. La lengua puesta en medio de nuestros miembros infecta todo nuestro cuerpo y prende fuego al curso de nuestra vida, cuando ella está incendiada con el fuego del infierno.
él, que, siendo ultrajado no respondía con ultrajes siendo maltratado no amenazaba sino que se ponía en manos del que juzga con justicia;
no devolváis mal por mal ni injuria, por injuria sino todo lo contrario bendecid siempre pues para esto habéis sido llamados para ser herederos de la bendición.
El que afirma que está en la luz y odia a su hermano está aún en las tinieblas.
En esto se distinguen los hijos de Dios y los hijos del diablo: el que no practica la justicia no es de Dios, ni el que no ama a su hermano.
Si alguno ve a su hermano cometer un pecado que lleve a la muerte, rece por él, y Dios le dará la vida; esto lo digo para los pecados que no llevan a la muerte. Hay un pecado que lleva a la muerte; por éste no digo que recen.
El mismo arcángel Miguel, cuando luchaba con el demonio disputándole el cuerpo de Moisés, no se atrevió a echarle una maldición, sino que dijo: Que el Señor te reprenda.
La muerte y el abismo fueron arrojados al estanque de fuego: el estanque de fuego es la segunda muerte.