Despúes de que ellos hubieron orado y hecho ruegos, el sitio donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del espíritu santo. Y hablaban audazmente la palabra de Dios.
Porque no me avergüenzo del Evangelio, pues es poder de Dios para salvación de todo aquel que cree en Él, ya sea de los judíos primeramente, ya sea de los gentiles;
porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino del poder de Dios, por medio de las cuales sometemos rebeldes fortalezas,
destruyendo razonamientos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia al Cristo;
Y mientras Simón era custodiado en la prisión, la congregación intercedía permanentemente por él ante Dios.
y si alguno se encuentra enfermo, que llame a los que ministran en la congregación, y que oren por él ungiéndolo con aceite en el Nombre de nuestro Señor,
y la oración de fe sanará al enfermo y nuestro Señor lo restaurará; y si ha cometido pecados, le serán perdonados.
y sujetó todas las cosas bajo sus pies, y a Él, que es sobre todas las cosas, lo puso por cabeza de la Iglesia,
y vístanse de toda la armadura de Dios, para que sean capaces de estar firmes ante las estratagemas del Adversario;
De cierto les digo que todo lo que aten en la Tierra, será atado en el Cielo, y lo que desaten en la Tierra, será desatado en el Cielo.
Acercándoseles Jesús, habló con ellos, y les dijo: Toda autoridad me ha sido dada sobre los cielos y sobre la Tierra. Y tal como mi Padre me ha enviado, también yo los envío a ustedes.
Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo,
y enséñenles que guarden todo lo que les he ordenado. He aquí, yo estoy con ustede todos los días, hasta el fin del mundo[49]. Amén.
Simón le dijo: No tengo oro ni plata, pero lo que tengo te doy: ¡En el nombre de nuestro Señor Jesucristo de Nazaret, levántate y anda!
Entonces lo tomó de la mano derecha, lo hizo que se incorporara, y sus pies y sus piernas se afirmaron de inmediato,
y de un salto se puso de pie y anduvo, y entró al templo con ellos, caminando y saltando y alabando a Dios.
Así que, hermanos míos y amados míos, estén firmes, inconmovibles, abundando en todo tiempo en la obra del Señor, sabiendo que su trabajo en el Señor no es en vano.
Y eligió a doce para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar,
y para darles poder para sanar a los enfermos y para expulsar a los espíritus malignos.
Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta Roca edificaré mi Iglesia, y las puertas del Seol no la vencerán,
Les suplico, hermanos míos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que se pongan todos de acuerdo y no haya divisiones entre ustedes, sino que sean maduros, de un mismo creer y de una manera de pensar,
Pero ustedes, amados míos, sean reedificados en su santa fe por el espíritu santo, orando;
y conservémonos en el amor de Dios, estando expectantes de la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para nuestra vida, la cual es eterna.
Y la Iglesia que estaba en Judea, Galilea y Samaria estaba en paz, mientras era edificada y se conducía en reverencia a Dios, multiplicándose bajo el consuelo del espíritu santo.
y que la paz del Cristo gobierne sus corazones, porque han sido llamados para Él en un cuerpo; y muestren gratitud al Cristo.
Y estas señales seguirán a los que creen: en mi Nombre expulsarán espíritus malignos, hablarán nuevas lenguas;
tomarán en sus manos serpientes, y si bebieran algún veneno mortífero no les hará daño; impondrán sus manos sobre los enfermos y sanarán.
He aquí, les doy autoridad para que aplasten serpientes y excorpiones y sobre todo poder del enemigo, y nada los dañará.
Y yo enviaré sobre ustedes la promesa de mi Padre. Pero ustedes permanezcan en la ciudad de Jerusalén, hasta que sean investidos con poder de lo alto.
De cierto, de cierto les digo: El que en mí cree, las obras que yo hago, él también las hará, y mayores que estas hará, porque yo voy al Padre?
Ustedes no me eligieron a mí, sino que yo los elegí a ustedes, y los he designado para que ustedes ciertamente vayan y lleven fruto, y que su fruto permanezca, para que todo lo que pidan a mi Padre en mi Nombre, Él se los conceda.
pero cuando venga el espíritu de la verdad, Él los guiará a toda la verdad; pero no hablará por sí mismo, sino que hablará todo lo que escuche y les dará a conocer los eventos futuros.
Él me glorificará, porque tomará de lo mío y lo dará a conocer a ustedes.
Todo lo que tiene mi Padre es mío; por eso les dije que tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.
pero cuando el espíritu santo venga sobre ustedes, recibirán poder y serán mis testigos en Jerusalén, en toda Judea, aún en la región de Samaria y hasta los confines de la Tierra.
Cuando se cumplieron los días de Pentecostés, mientras estaban reunidos todos unánimes,
súbitamente vino del Cielo un estruendo semejante al de un viento recio el cual llenó toda la casa donde se encontraban.
Y se les aparecieron lenguas que se repartían como fuego y se asentaban sobre cada uno de ellos,
y todos fueron llenos del espíritu santo, y empezaron a hablar en diversas lenguas, conforme a lo que el espíritu les daba que hablaran.
Y permanecían firmes en la doctrina de los apóstoles, y participaban en la oración y en el partimiento del pan.
Y sobrevino temor a toda persona, y a través de los apóstoles eran hechos muchos milagros y maravillas en Jerusalén.
También ahora, Señor, considera y mira sus amenazas y permite a tus siervos que proclamen tu palabra con libertad,
mientras tu mano está extendida para hacer sanidades, portentos y prodigios en el nombre de tu Santo Hijo Jesús.
Despúes de que ellos hubieron orado y hecho ruegos, el sitio donde estaban reunidos tembló, y todos fueron llenos del espíritu santo. Y hablaban audazmente la palabra de Dios.
y los apóstoles testificaban de la resurrección de Jesucristo con gran poder, y había abundante gracia sobre todos ellos.
Y muchos milagros y prodigios eran hechos mediante los apóstoles entre el pueblo, y todos estaban congregados unánimes en el pórtico de Salomón.
Y ninguno de los demás se atrevía a acercarse a ellos, pero el pueblo los engrandecía.
Pero la cantidad de los que creían en el Señor iba en aumento, una multitud de hombres y de mujeres,
de tal modo que sacaban a los enfermos a las calles y los ponían en camillas, para que al pasar Simón, por lo menos su sombra cayera sobre ellos.
Y venían muchos a ellos de otras ciudades circunvecinas de Jerusalén, y traían enfermos y a los que tenían espíritus inmundos, y todos ellos eran sanados.
Y al escuchar los hombres del lugar su palabra, le prestaban atención y se convencían de todo lo que decía, porque veían las señales que realizaba,
porque muchos que estaban atados por espíritus inmundos, gritaban en alta voz y salían de ellos, y otros que estaban paralíticos y cojos eran sanados,
acerca de Jesús de Nazaret, a quien Dios ungió con el espíritu santo y con poder. Él es quien anduvo sanando a los oprimidos por el Maligno, porque Dios estaba con él.
Y mientras estos ayunaban y hacían ruegos a Dios, les dijo el espíritu santo: Apártenme a Saulo y a Bernabé para la obra a la cual los he designado.
Y después de que ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los enviaron,
Y cuando los gentiles escuchaban, se regocijaban y daban gloria a Dios, y los que estaban destinados para vida eterna creyeron,
y por toda aquella región era hablada la palabra del Señor.
Y Dios hacía extraordinarios milagros por medio de Pablo,
de modo tal que tomaban aún de la ropa que levaba puesta sobre su cuerpo, pañuelos o trozos de tela, y los colocaban sobre los enfermos, y las enfermedades se iban de ellos, y hasta los espíritus malignos salían.
así también nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en el Cristo, pero en lo individual somos miembros unos de otros.
Pero tenemos diferentes dones conforme a la gracia que nos es dada. Hay el de profecía, conforme a la medida de su fe;
el de servicio, en su ministerio; el de maestro, en su enseñanza;
el de consolador, en su consuelo; y el de dar, con actitud honesta. El que preside, con diligencia, y el que es compasivo, con regocijo.
porque no me atrevo a hablar de algo que el Cristo no haya realizado por medio de mí, para la obediencia de los gentiles, por palabra y por obras,
con el poder de señales y prodigios, y por el poder del espíritu de Dios, de modo que he recorrido desde Jerusalén hasta Ilírico y lo he llenado del Evangelio del Cristo,
Porque la palabra de la cruz es locura para los perdidos, pero para nosotros los que somos salvos, es poder de Dios,
para que en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos todos ustedes, y yo juntamente con ustedes en espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo,
entreguen al tal a Satanás para destrucción de su carne, para que en espíritu sea salvo en el día de nuestro Señor Jesucristo.
Ahora bien, hay distribución de dones, pero el espíritu es uno,
y hay distribución de ministerios, pero el Señor es uno,
y hay distribución de poderes, pero un mismo Dios es el que hace todas las cosas en cada uno,
pero a cada uno le es dada la manifestación del espíritu para provecho.
Ahora bien, ustedes son el cuerpo del Cristo, y miembros cada uno en su posición,
porque Dios ha designado para su Iglesia primeramente apóstoles; después profetas; luego maestros; después, los que realizan milagros; y luego dones de sanidad, auxiliares, dirigentes y géneros de lenguas.
Del mismo modo también ustedes, por cuanto tienen celo por los dones del espíritu, procuren que abunden para la edificación de la congregación.
Con todo, tenemos este tesoro en vasos de barro para que la grandeza del poder sea de Dios y no de nosotros.
pero Él me ha dicho: 'Mi gracia te es suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad'. Así que me sentiré gozosamente orgulloso en mis debilidades, para que el poder del Cristo more en mí.
para que los ojos de sus corazones sean iluminados, y puedan así comprender cuál es la esperanza de su llamado, y cuál es la riqueza de la gloria de la herencia de Él para los santos,
y cuál es la excelencia de la majestad de su poder en nosotros los que creemos, conforme a la operación de la inmensidad de su poder,
el cual ejerció en el Cristo, resucitándolo de entre los muertos, y haciéndolo sentar a su diestra en el Cielo,
y sujetó todas las cosas bajo sus pies, y a Él, que es sobre todas las cosas, lo puso por cabeza de la Iglesia,
la cual es su cuerpo y la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Por tanto, ustedes ya no son extranjeros ni advenidizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios,
estando edificados sobre el fundamento de los apóstoles y de los profetas, siendo la piedra angular del edificio Jesucristo mismo,
y construído todo el edificio por medio de Él, el cual crece para ser templo santo para Yahweh,
por quien también ustedes son edificados para morada de Dios por el espíritu.
para que la multiforme sabiduría de Dios sea dada a conocer[2] a los principados y dominios que están en los cielos, por medio de la Iglesia,
la cual Él había preparado desde las edades y la estableció[3] por medio de Jesucristo nuestro Señor,
Y a Aquel que es capaz por su gran poder de hacer por nosotros mucho más de lo que pedimos o pensamos, conforme a su poder que opera en nosotros,
a Él sea la gloria en su Iglesia por Jesucristo, por todas las edades, eternamente y para siempre. Amén.
Y Él mismo constituyó a unos, apóstoles, a otros, profetas, a otros, evangelistas, a otros pastores, y a otros, maestros;
para la madurez de los santos, para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,
hasta que todos seamos uno en la fe y conforme al conocimiento del Hijo de Dios, y un varón maduro, según la medida de la estatura de la plenitud del Cristo;
porque el marido es cabeza de la esposa, tal como el Cristo es cabeza de la Iglesia, y Él es el Salvador del cuerpo.
Por lo demás, hermanos míos, fortalezcanse en nuestro Señor y en la grandeza de su poder,
y vístanse de toda la armadura de Dios, para que sean capaces de estar firmes ante las estratagemas del Adversario;
Colóquense el YELMO DE LA SALVACIÓN y tomen la espada del espíritu, que es la palabra de Dios;
orando en todo tiempo en el espíritu con toda oración y ruego; velando en oración siempre, orando e implorando continuamente por todos los santos;
por lo cual tambén Dios lo exaltó hasta lo sumo y le dio un Nombre más excelente que todos los nombres,
para que toda rodilla se doble en el nombre de Jesús, tanto de los que están en los cielos y en la Tierra, como de los que están debajo de la tierra,
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios su Padre.
Él es la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia, porque Él es el principio y el Primogénito de entre los muertos, para que Él tenga la primacía en todo,
en quien habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,
y ustedes también han alcanzado en Él la plenitud, porque Él es la cabeza de todos los principados y dominios,
y que la paz del Cristo gobierne sus corazones, porque han sido llamados para Él en un cuerpo; y muestren gratitud al Cristo.
Que si palabra habite abundantemente en ustedes en toda sabiduría, enseñándose y amonestándose entre ustedes con salmos, con cánticos e himnos del espíritu, cantando con gracia a Dios con sus corazones.
pues en cuanto a ustedes, nuestra proclamación no fue solamente con palabras, sino también con poder y en el espíritu santo, y con genuina convicción. También están enterados de cómo estuvimos entre ustedes por su causa,
Por eso siempre oramos por ustedes, para que Dios los haga dignos de su llamado y les cumpla todo deseo de cosas buenas y obras de fe con poder,
para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado entre ustedes, y también ustedes con Él, según la gracia de nuestro Dios y del Señor nuestro Jesucristo.
para que si demoro sepas cómo es apropiado que te conduzcas en la casa de Dios, la cual es la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad.
porque no nos ha dado Dios espíritu de temor, sino de poder, de amor y de exhortación[1].
de modo que si alguno se limpia de esto, será un vaso puro para honra, provechoso para el uso de su Señor, preparado para toda buena obra.
Proclama la palabra y persiste diligentemente, a tiempo y fuera de tiempo; amonesta y reprende con toda paciencia e instrucción,
quien se ofreció a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y purificar para sí un nuevo pueblo celoso de buenas obras.
Estas cosas habla, exhorta y amonesta con toda autoridad, y que nadie te subestime.
dando Dios testimonio respecto a ellas con señales, con prodigios, con diversos milagros y con reparticiones del espíritu santo, los cuales fueron dados conforme a su voluntad.
Considerémonos, pues, unos a otros, para estimularnos al amor y a las buenas obras,
y no dejemos de congregarnos[4] como algunos tienen por costumbre, sino intercedamos unos por otros, con mayor razón cuando vemos que aquel día se acerca,
Por lo cual, puesto que hemos recibido un reino inconmovible, tomemos firmemente la gracia con la cual podamos servir y agradar a Dios con modestia y reverencia,
porque nuestro DIOS ES FUEGO CONSUMIDOR.
y también ustedes, cual piedras vivas, sean edificados y sean templos espirituales y sacerdotes santos, para ofrecer sacrificios espirituales aceptos ante Dios por medio de Jesucristo,
pero ustedes son linaje escogido, para que sirvan como sacerdotes para el reino; pueblo santo, congregación redimida para que anuncien las glorias de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable,
Según el don que cada uno recibió de Dios, sirva con él a sus compañeros como buenos administradores de la gracia multiforme de Dios.
Todo el que habla, que hable de acuerdo a la palabra de Dios, y todo el que ministra, que ministre según el poder que Dios le da, para que en todo lo que ustedes hagan, Dios sea glorificado por medio de Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y la honra por siempre y para siempre. Amén.
Pastoreen el rebaño de Dios que les ha sido encomendado, cuidándolo espiritualmente, no por obligación, sino voluntariamente, no por sucia ganancia, sino de todo corazón;
no como enseñoreándose del rebaño, sino haciéndose un buen ejemplo para ellos,
como quien les ha concedido todas las cosas que pertenecen al poder de la Deidad para salvación y la reverencia a Dios, por el conocimiento de Aquel que nos ha llamado por su gloria y excelencia,
El que practica el pecado es de Satanás, porque Satanás ha sido pecador desde el principio. Para esto se manifestó el Hijo de Dios: para destruir las obras de Satanás.
pero ustedes son hijos de Dios y los han vencido a ellos, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.
Porque todo el que es nacido de Dios vence al mundo, y ésta es la victoria que ha vencido al mundo: nuestra fe.
Porque, ¿quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
y de parte de Jesucristo, el Testigo, el Fiel, el Primogénito de los muertos y el Soberano de los reyes de la Tierra, el que nos ha amado y con su sangre nos desató de nuestros pecados,
y nos ha hecho un reino sacerdotal para su Dios y Padre, a quien sean la gloria y el dominio por siempre y para siempre. Amén.
'El que tenga oídos, entienda lo que el espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de mi Dios' '.
'El que tenga oídos, entienda lo que el espíritu dice a las Iglesias. Al vencedor le daré a comer del maná escondido. y le entregaré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito que nadie conoce, sino solamente el que la recibe' '.
'Al vencedor y al que conserve mis obras hasta el fin, LE DARÉ AUTORIDAD SOBRE LAS NACIONES,
así como yo también la he recibido de mi Padre, Y LAS REGIRÁ CON VARA DE HIERRO, Y SERÁN QUEBRADAS COMO VASO DE ALFARERO,
y le daré la estrella de la mañana.
Ál vencedor lo haré columna en el templo de mi Dios, y no saldrá de nuevo, y escribiré sobre él el Nombre de mi Dios y el de la nueva Jerusalén (la cual desciende desde el Cielo, de mi Dios), y mi Nombre nuevo.
'Al vencedor le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo también vencí y me senté con mi Padre en su trono.
y entonaban un cántico nuevo, diciendo: ¡Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste inmolado, y con tu sangre nos compraste para Dios de todo linaje, lengua, pueblo y raza,
y los hiciste reyes y sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán sobre la Tierra!
Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero, y por la palabra del testimonio de ellos, porque no amaron sus vidas, llegando hasta la muerte.
Regocijémonos con mucho júbilo y démosle a Él la gloria, porque la fiesta de boda del Cordero ha llegado, y su esposa se ha preparado,
y se le ha concedido que se atavíe de lino fino blanco, resplandeciente y puro, porque las obras justas de los santos es el lino fino blanco.
Y vi tronos, y se sentaron en ellos; y el juicio fue asignado a ellos. También vi a las almas de los que habían sido muertos por causa del testimonio de Jesús y por causa de la palabra de Dios, y a los hombres que no adoraron a la bestia salvaje, ni a su imagen, ni habían recibido la marca en su frente o en su mano. Y vivieron[11] y reinaron juntamente con su Cristo estos mil años.
Ésta es la primera resurrección.
Dichoso y santo el que es partícipe de la primera resurrección. La segunda muerte no tiene poder sobre ellos, sino que serán sacerdotes de Dios y de su Cristo, y reinarán juntamente con Él estos mil años.
Y vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, mientras descendía de Dios, preparada como novia ataviada para su esposo.
Y escuché una potente voz del Cielo que dijo: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y Él habitará con ellos. Ellos serán su pueblo, y Dios mismo con ellos será su Dios.
Llamando, pues, a sus doce discípulos, les dio poder sobre los espíritus inmundos para que los expulsaran, y para que sanaran toda enfermedad y aflicción.
Les digo otra vez: Si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la Tierra sobre cualquier cosa que pudieran pedir, lo tendrán de parte de mi Padre que está en el Cielo,
porque donde estén dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estaré yo entre ellos.
Entonces se proclamará este Evangelio del reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones, y luego vendrá el fin.
Y predicaba en todas sus sinagogas por toda Galilea, y expulsaba a los espíritus malignos.
Y ellos salieron, y predicaban por todas partes, y nuestro Señor los ayudaba respaldando sus palabras con las señales que hacían.
Llamando Jesús a sus doce, les dio poder y autoridad sobre todo espíritu maligno, y para sanar enfermedades,
y los mandó a proclamar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.
Entonces los apóstoles salieron y recorrieron las aldeas y las ciudades proclamando el Evangelio y realizando sanidades por todas partes.
y que fuera proclamado en su Nombre el arrepentimiento para el perdón de los pecados en todas las naciones; empezando en Jerusalén.
El Señor le dijo: Levántate y ve, porque él me es instrumento elegido para llevar mi Nombre a los gentiles, a los reyes y entre los hijos de Israel,
Y permanecieron allí mucho tiempo hablando con denuedo del Señor, y Él daba testimonio de la palabra de su gracia mediante los portentos y prodigios que hacía por sus manos.
Así pues, no hay condenación para los que, estando en Jesucristo, no andan conforme a la carne,
¿Cómo, pues, invocarán a Aquel en quien no han creído? ¿O cómo creerán en Aquel de quien no han oído? ¿O cómo escucharán sin haber predicador?
¿O cómo predicarán si no son enviados? Como está escrito: '¡CUÁN HERMOSOS SON LOS PIES DE LOS QUE PROCLAMAN LA PAZ, Y DE LOS QUE ANUNCIAN LAS BUENAS NUEVAS!'
Y Él mismo cargó con todos nuestros pecados, levantándolos en su cuerpo a la cruz, para que nosotros, al estar muertos al pecado, vivamos en su justicia, porque por sus heridas fueron ustedes restaurados;