Porque todos nosotros ofendemos en muchas formas, y todo el que no ofende con lo que habla, éste es hombre maduro, que puede sujetar también todo su cuerpo.
De igual forma, también la lengua, siendo un pequeño miembro, se jacta de sí misma. Así también un poco de fuego incendia grandes bosques.
Así pues, la lengua es un fuego, y el mundo de pecado es como un bosque, y la lengua, al estar entre nuestros miembros, contamina todo nuestro cuerpo e inflama nuestra descendencia, la cual avanza como ruedas, y al igual que el fuego, quema.
pero ningún hombre es capaz de dominar la lengua. Éste es un mal que cuando no se refrena, está lleno de veneno mortífero.
en palabra de verdad, en el poder de Dios; mediante armas de justicia a diestra y siniestra,
De igual forma, también la lengua, siendo un pequeño miembro, se jacta de sí misma. Así también un poco de fuego incendia grandes bosques. Así pues, la lengua es un fuego, y el mundo de pecado es como un bosque, y la lengua, al estar entre nuestros miembros, contamina todo nuestro cuerpo e inflama nuestra descendencia, la cual avanza como ruedas, y al igual que el fuego, quema.
Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué han de hablar, porque en ese momento se les dará lo que han de hablar,
Si yo hablara todas las lenguas humanas y angélicas, pero no tuviera amor, vendría a ser bronce que resuena o címbalo que retiñe.
Por tanto, EL QUE ANHELE VIDA Y QUIERA VER DÍAS BUENOS, REFRENE SU LENGUA DEL MAL, Y SUS LABIOS DE HABLAR ENGAÑO; APÁRTENSE DEL MAL Y PRACTIQUE EL BIEN; BUSQUE LA PAZ Y SÍGALA.
No se ame el uno al otro de palabra o de lengua, hijos míos, sino con hechos y en verdad;
Y si alguno cree que adora a Dios pero no refrena su lengua, sino que su corazón lo engaña[1], la adoración[2] del tal es vana,
Ninguna palabra obscena salga de su boca, sino la que sea buena y útil para edificación, para que impartan gracia a los oyentes.
¡Camada de víboras! ¿Cómo pueden hablar cosas buenas siendo malos? Porque de lo que abunde en el corazón hablará la boca. El hombre bueno, saca cosas buenas de los buenos tesoros, pero el hombre malo, saca cosas malas de los malos tesoros. Y yo les digo que los hombres darán cuenta en el día del juicio de cualquier palabra vana que hablen, porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
y su forma de expresarse sea siempre con gracia, como si estuviera sazonada con sal, y sepan de qué modo deben contestar a cada uno.
Por tanto, cada uno de ustedes, amados hermanos míos, sea presto para escuchar, tardo para hablar y tardo para la ira,
Pero ahora despójense de todas estas cosas: ira, enojo, maldad, blasfemia y conversaciones sucias,
Por tanto, cada uno de ustedes, amados hermanos míos, sea presto para escuchar, tardo para hablar y tardo para la ira, porque la ira del hombre no deja que obre la justicia de Dios.
Y yo les digo que los hombres darán cuenta en el día del juicio de cualquier palabra vana que hablen, porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
Pero, ¿qué dice?: 'CERCA DE TÍ ESTÁ LA PALABRA, EN TU BOCA Y EN TU CORAZÓN'. Esta es la palabra de fe que proclamamos:
porque el corazón que cree en Él, es justificado, y la boca que lo reconoce, es salva,
Un hombre bueno, de los buenos tesoros de su corazón saca cosas buenas, pero un hombre malo, de los malos tesoros de su corazón saca cosas malas. Porque de lo que abunde en el corazón hablarán los labios.
Por tanto, EL QUE ANHELE VIDA Y QUIERA VER DÍAS BUENOS, REFRENE SU LENGUA DEL MAL, Y SUS LABIOS DE HABLAR ENGAÑO;
Con ella bendecimos al Señor y Padre, y también con ella maldecimos a los hombres, hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden las maldiciones y las bendiciones. Esto no debe ser así, hermanos míos.
Lo que entra a la boca no es lo que contamina al hombre, sino lo que sale de la boca. Eso es lo que contamina al hombre.
Porque ustedes, hermanos míos, fueron llamados a libertad, sólo que su libertad no sea pretexto para la carne, sino que sométanse por amor los unos a los otros,
poque la ley entera se cumple en un solo precepto, que es: AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TÍ MISMO.
No haya muchos maestros entre ustedes, hermanos míos, sino sepan que seremos acreedores de mayor juicio. Porque todos nosotros ofendemos en muchas formas, y todo el que no ofende con lo que habla, éste es hombre maduro, que puede sujetar también todo su cuerpo.
Que nadie subestime tu juventud, sino sé ejemplo para los creyentes en palabra, en comportamiento, en amor, en fe y en pureza.
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