El que mora al abrigo del ʼElyón Morará bajo la sombra del Shadday.
No te vendrá mal, Ni alguna plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará con respecto a Ti, Que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás. Pisotearás al cachorro de león y al dragón.
Me amó, Por tanto Yo lo libraré. Lo pondré en alto, Porque conoció mi Nombre.
Me invocará Y Yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré.
Lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación.
Diré yo a Yavé: ¡Refugio mío y Fortaleza mía, Mi ʼElohim, en Quien confío!
porque ʼAdonay Yavé me ayuda. Por tanto, no me avergoncé. Por eso presenté mi rostro como un pedernal y sé que no seré avergonzado.
Y él me dijo: Ésta es la Palabra de Yavé a Zorobabel, Quien dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, dice Yavé de las huestes.
Porque Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
No temas, porque Yo estoy contigo. No desmayes, porque Yo soy tu ʼElohim que te esfuerzo. Te ayudaré siempre. Te sostendré siempre con la mano derecha de mi justicia.
Yavé es mi Luz y mi Salvación, ¿De quién temeré? Yavé es la Fortaleza de mi vida, ¿De quién me aterrorizaré?
¿Qué diremos con respecto a esto? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién contra nosotros?
Hijitos, ustedes son de Dios, y lo vencieron, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.
Vístanse con toda la armadura de Dios para que estén firmes contra las estrategias del diablo.
Ningún arma forjada contra ti prosperará. Tú condenarás a toda lengua que se levante en juicio contra ti. Esta es la herencia de los esclavos de Yavé. Su salvación vendrá de Mí, dice Yavé.
Porque las armas de nuestra milicia no son humanas, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas que derriban argumentos
¿No te lo ordené Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni desmayes, porque Yavé tu ʼElohim está contigo dondequiera que vayas.
Pero en todas estas cosas ganamos la más gloriosa victoria por medio de Aquel que nos amó.
Yavé te protegerá de todo mal. Él guardará tu alma.
Yavé guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento persevera en ti, porque en Ti confió.
Sobre todo, tomen el escudo de la fe, con el cual podrán extinguir todas las flechas encendidas del maligno.
El día cuando temo, confío en Ti.
En ʼElohim, la Palabra de Quien alabo, En ʼElohim confío, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?
Porque todo lo nacido de Dios vence al mundo, y esta es la victoria que venció al mundo: nuestra fe.
Pero ustedes no tendrán que luchar en esta ocasión. Resistan y estén quietos. Vean la salvación de Yavé para ustedes. ¡Oh Judá y Jerusalén, no teman ni se aterroricen! Salgan mañana contra ellos, porque Yavé está con ustedes.
Yavé es mi Fortaleza y mi Escudo. Confió mi corazón en Él Y fui ayudado, Por lo cual se regocija mi corazón. Lo alabaré con mi canto.
Ciertamente ʼEL es mi salvación. Confiaré y no temeré, porque mi fortaleza y mi cántico es YA Yavé, quien es mi salvación.
Sean sobrios y velen. Su enemigo el diablo anda alrededor como león que ruge y busca a quien devorar,
al cual resistan firmes en la fe, pues saben que los mismos padecimientos están sobre su hermandad en el mundo.
Aunque ande por el valle de la sombra de muerte, No temeré algún mal, Porque Tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me confortan.
Les respondió: Por su poca fe, porque en verdad les digo que si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ¡Pásate de aquí allá! Y se pasaría, y nada les sería imposible. [[
Pero sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que existe y que es Galardonador de los que lo buscan.
Pero ¡gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
Levantaré mis ojos a las montañas. ¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Yavé, Quien hizo el cielo y la tierra.
Así que la fe es por la predicación, y la predicación, por medio de la Palabra de Cristo.
Esfuércense y sean valientes. No teman, ni se aterroricen delante de ellos, porque Yavé tu ʼElohim es el que va contigo. No te dejará ni te desamparará.
¡Yavé, Roca mía y Castillo mío, y mi Libertador! ʼElohim mío y Fortaleza mía, en Quien me refugio, Mi Escudo y mi Cuerno de salvación, mi alta Torre.
Confía en Yavé con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas.
Jesús les respondió: En verdad les digo, si tienen fe y no dudan, no solo harán lo de la higuera, sino aun si a esta montaña dicen: Quítate y échate al mar, sucederá.
De manera que decimos confiadamente: El Señor es mi Ayudador, no temeré. ¿Qué podrá hacerme un ser humano?
Pues a sus ángeles mandará con respecto a Ti, Que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sabemos que todo el que fue engendrado por Dios no tiene la práctica de pecar, pues lo guarda el que fue engendrado por Dios, y el maligno no se apodera de él.
Por nada estén ansiosos, sino sean conocidas sus peticiones ante Dios, en toda conversación con Dios y súplica, con acción de gracias.
La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
pero los que esperan en Yavé tienen nuevas fuerzas. Levantarán las alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
En Ti confiarán los que conocen tu Nombre, Por cuanto Tú, oh Yavé, no abandonas a los que te buscan.
Jesús los miró y les dijo: Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todas las cosas son posibles.
Éstos confían en carruajes de guerra, Y aquéllos en caballos, Pero nosotros nos gloriamos del Nombre de Yavé, nuestro ʼElohim.
Cuando pases por las aguas Yo estaré contigo. La corriente no te anegará. Cuando andes por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Recuerden que les di potestad de pisar serpientes y escorpiones y sobre todo el poder del enemigo, y que de ningún modo algo les haga daño.
Sean sus costumbres sin avaricia. Estén satisfechos con lo que tienen, porque Él mismo dijo: Que de ningún modo te abandone. Que de ningún modo te desampare.
Porque Yo soy Yavé tu ʼElohim, el que sostiene tu mano derecha y te dice: No temas, Yo te ayudaré.
Enséñenles a guardar todas las cosas que les he mandado. Y ciertamente Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la era.
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan para lo bueno, a los que son llamados según su propósito.
El día cuando invoqué, Tú me respondiste. Me volviste atrevido con fortaleza en mi alma.
Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón. Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.
Sostengamos firme la confesión de nuestra esperanza sin fluctuar, porque el que prometió es fiel.
Y David añadió: Yavé, Quien me libró de las garras del león y de las garras del oso, Él también me librará de la mano de este filisteo. Entonces Saúl dijo a David: Vé, y Yavé sea contigo.
El eterno ʼElohim es tu Refugio, Y acá abajo los Brazos Eternos. De tu presencia expulsa al enemigo, Y decreta: ¡Destruye!
Me convencí de que El que inició en ustedes la buena obra la completará hasta el día de Jesucristo.
Oh pueblo, confíen en Él en todo tiempo. Derramen su corazón ante Él. ʼElohim es nuestro Refugio. Selah
Por tanto los que padecen según la voluntad de Dios, encomienden sus almas al fiel Creador y hagan lo bueno.
Digan a los de corazón apocado: Esfuércense, no teman. Ciertamente ʼElohim viene con retribución: La venganza es de ʼElohim. Él vendrá y los salvará.
En cuanto a ʼEL, perfecto es su camino, Y acrisolada es la Palabra de Yavé. ʼEL es Escudo a todos los que se refugian en Él.
Pero ahora, oh Jacob, Yavé, el que te creó, El que te formó, oh Israel, dice: No temas, porque Yo te redimí. Te di nombre. Mío eres tú.
Mi Dios, pues, suplirá toda su necesidad conforme a su riqueza en gloria en Cristo Jesús.
El camino de ʼElohim es perfecto. La Palabra de Yavé, acrisolada. Él es escudo a todos los que se refugian en Él.
Oh Yavé, ten misericordia de nosotros. En Ti fijamos nuestra esperanza. Sé nuestra fortaleza cada mañana. Sé también nuestra salvación en el tiempo de aflicción.
¿Qué traman ustedes contra Yavé? Él hará exterminio. Ciertamente no se levantará dos veces la opresión.
Los que confían en Yavé Son como la Montaña Sion, Que no se mueve, sino permanece para siempre.
Vengan a Mí todos los que están agotados y cargados, y Yo los haré descansar.
Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, pues soy manso y humilde de corazón. Hallarán descanso para sus almas,
Por causa de las misericordias de Yavé No estamos consumidos. Porque sus compasiones no fallan.
Nuevas son cada mañana. Grande es tu fidelidad.
Él respondió: No temas, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos.
El Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que ustedes abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Porque Yo soy Yavé tu ʼElohim, el que sostiene tu mano derecha y te dice: No temas, Yo te ayudaré.
No temas, gusanillo de Jacob, ustedes, los pocos de Israel. Yo soy tu Socorro, dice Yavé, tu Redentor, el Santo de Israel.
Porque los ojos del Señor están sobre los justos Y sus oídos atentos a su súplica. Pero el rostro del Señor está contra los que hacen el mal.
Regocíjense en la esperanza, permanezcan firmes en la aflicción, persistan en la conversación con Dios,
Porque ʼAdonay Yavé, el Santo de Israel, dice: En regresar a Mí y tener calma, serán salvos. En quietud y confianza está su fortaleza. Pero no quisieron.