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150 Versículos de la biblia sobre el Servicio a los demás
así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.
Porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados. Solo que no usen la libertad como base de abastecimiento para la naturaleza pecaminosa, sino sírvanse los unos a los otros como esclavos por medio del amor.
Pues si Yo, el Señor y el Maestro, les lavé los pies, ustedes también laven los pies los unos a los otros.
Porque les di ejemplo, hagan también ustedes como Yo les hice.
Cada uno ministre a los otros según el don que recibió como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
No se olviden de hacer bien y de ser generosos, porque a Dios le agradan estos sacrificios.
Nada hagan por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considérense los unos a los otros como superiores a ustedes mismos.
No fije cada uno los ojos en sus propias cosas, sino cada cual en las cosas de otros.
Dedíquense unos a otros con amor fraternal. En cuanto a honor, prefiéranse unos a otros,
El Rey les responderá: En verdad les digo. Por cuanto hicieron esas cosas a uno de mis hermanos más pequeños, las hicieron a Mí.
Porque aun el Hijo del Hombre no vino a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos.
Así que, nosotros los fuertes tenemos que sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.
Cada uno dé según se propuso en su corazón, no con tristeza o por obligación, porque Dios ama al dador alegre.
Pero el que tenga bienes del mundo, y vea a su hermano con necesidad y le cierra su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y verdad.
En todo les demostré que al trabajar de este modo es necesario socorrer a los débiles, y recordar las Palabras del Señor Jesús, pues Él mismo dijo: Más inmensamente feliz es el que da que el que recibe.
Den y recibirán: Medida buena, apretada, sacudida y rebosada darán en su regazo. Porque con la medida que miden se les medirá.
El que robaba ya no robe, sino haga con sus manos lo bueno, para que tenga qué compartir con el necesitado.
¿De qué vale, hermanos míos, cuando alguno diga que tiene fe y no tiene obras? ¿Esa fe puede salvarlo?
Cuando un hermano o una hermana no tiene ropa y carece de sustento diario,
y alguno de ustedes le dice: Vé en paz, caliéntate y sáciate, pero no le da las cosas necesarias para el cuerpo, ¿de qué le aprovecha?
Así también la fe, cuando no tiene obras, está muerta.
Así alumbre su luz delante de los hombres, de manera que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre celestial.
Pero un samaritano que viajaba, pasó cerca de él. Lo vio y fue movido a compasión.
Se acercó, le vendó las heridas, les derramó aceite y vino, y lo puso sobre su propia cabalgadura. Lo llevó a un hospedaje y cuidó de él.
Al contrario, Él mismo se despojó, tomó la forma de esclavo y se hizo semejante a los hombres. Con la apariencia exterior de hombre,
Cualquiera que dé a beber tan solo un vaso de agua fría a uno de estos pequeños por cuanto es discípulo, en verdad les digo que de ningún modo perderá su recompensa.
A nadie deban nada, sino el amarse los unos a los otros. Porque el que ama al prójimo, cumple la Ley.
Así que, mientras tengamos oportunidad, esforcémonos en hacer el bien a todos, especialmente a la familia de la fe.
si tu alma provee para el hambriento y sacias al alma afligida, tu luz irradiará en la tenebrosidad y tu oscuridad será como el mediodía.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
Quien nos consuela en toda nuestra aflicción, para que nosotros consolemos a los que están en cualquier aflicción, por medio de la consolación con la cual nosotros mismos somos consolados por Dios.
Sirvan de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,
pues ustedes saben que lo bueno que cada uno haga, esto recibirá de parte del Señor, sea esclavo o libre.
Instrúyelos a hacer bien, ser ricos en buenas obras, ser generosos, dispuestos a compartir,
Finalmente, sean todos de un mismo sentir, compasivos, con amor fraternal, misericordiosos, humildes.
Vendan sus posesiones y den limosna. Háganse carteras que no envejecen, tesoro inagotable en los cielos, donde ladrón no se acerca ni polilla destruye,
porque donde está tu tesoro, allí también está tu corazón.
Considerémonos los unos a los otros para estimularnos al amor y las buenas obras,
sin dejar de congregarnos, como algunos acostumbran, sino exhortémonos, y tanto más cuando ven que el día se acerca.
Porque si primero la voluntad está dispuesta, será aceptada según lo que uno tenga, no según lo que no tenga.
El amor es paciente. Es bondadoso. No está lleno de envidia. No se alaba, no es arrogante,
no es indecente, no es egoísta, no se irrita, no guarda rencor.
Pero amen a sus enemigos y hagan bien. Presten sin esperar algo a cambio y su galardón será grande. Serán hijos del Altísimo, porque Él es bondadoso con los ingratos y perversos.
Así que, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer. Si tiene sed, dale de beber. Porque si haces esto apilarás carbones encendidos sobre su cabeza.
No seas vencido por lo malo, sino vence el mal con el bien.
Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la cosecha es mucha, pero los obreros pocos.
Rueguen, pues, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su cosecha.
Defiendan al débil y al huérfano. Hagan justicia al afligido y al menesteroso.
Rescaten al débil y al necesitado. Líbrenlos de mano de los perversos.
Aprendan a hacer lo bueno, busquen la justicia. Reprendan al opresor, defiendan al huérfano, aboguen por la viuda.
No olviden la hospitalidad, porque por medio de ésta algunos hospedaron ángeles sin saberlo.
Pero cuando hagas un banquete, invita a pobres, mancos, cojos, ciegos,
y serás inmensamente feliz, pues no tienen cómo retribuirte, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.
La religión pura y sin mancha delante del Dios y Padre es ésta: Atender a los huérfanos y a las viudas en su aflicción y guardarse sin mancha del mundo.
El Dios de la paciencia y la consolación les conceda el mismo sentir los unos hacia los otros, según Cristo Jesús,
para que unánimes a una voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Pero el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre, dominio propio, contra los cuales no hay Ley.
Hagan todo sin murmuraciones ni disputas,
para que sean hijos de Dios intachables y puros en medio de la generación deshonesta y depravada. Ustedes brillan entre ellos como estrellas en el universo,
Por tanto somos embajadores que representamos a Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros. Rogamos en Nombre de Cristo: ¡Reconcíliense con Dios!
Porque, ¿quién es más importante, el reclinado o el que sirve? ¿No es el reclinado? Y Yo estoy entre ustedes como el que sirve.
Pero tú, cuando des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,
para que así tu limosna sea en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
El que menosprecia a su prójimo peca, Pero el que se compadece de los pobres es inmensamente feliz.
Y la multitud le preguntaba: ¿Qué, pues, dices que hagamos?
Les respondía: El que tiene dos mudas de ropa, dé al que no tiene, y el que tiene comida, haga del mismo modo.
El amor sea sin hipocresía, aborrezcan lo malo, apéguense a lo bueno.
Dedíquense unos a otros con amor fraternal. En cuanto a honor, prefiéranse unos a otros,
Un Mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros. Como los amé, ámense también unos a otros.
Por esto sabrán todos que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.
En Jope estaba una discípula llamada Tabita, que significa Gacela, quien hacía muchas buenas obras y daba limosnas.
aprobada en buenas obras: si crió hijos, si mostró hospitalidad, si lavó los pies de santos, si socorrió a afligidos y si siguió de cerca toda buena obra.
No como esperábamos, sino primeramente ellos mismos se dieron al Señor y a nosotros, por la voluntad de Dios,
Jesús le respondió: Ya que quieres ser perfecto, anda, vende tus posesiones, repártelas a los pobres y tendrás tesoro en el cielo. En seguida, ven y sígueme.
Abre tu boca a favor del mudo, Defiende la causa de todos los abandonados.
Abre tu boca, juzga con justicia Y defiende al pobre y al necesitado.
Por tanto acéptense unos a otros, como también Cristo nos aceptó para la gloria de Dios.
Igualmente los varones jóvenes, sométanse a los ancianos, y todos unos a otros, vístanse de humildad, porque: Dios resiste a los arrogantes y da gracia a los humildes.
¿No es que compartas tu pan con el hambriento y albergues en casa a los pobres errantes, que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Así que, todo lo que quieran que los hombres les hagan, háganles también ustedes, porque ésta es la Ley y los profetas.
Sientan lo mismo los unos hacia los otros. No sean altivos, sino asóciense con los humildes. No sean sabios según su propia opinión.
No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino celestial, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial.
Sean bondadosos los unos con los otros, compasivos. Perdónense los unos a los otros como también Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si alguna consolación de amor, si alguna comunión del espíritu, si algunos afectos profundos y alguna compasión,
completen mi gozo. Piensen lo mismo. Tengan el mismo amor. Estén unidos en espíritu. Sostengan un mismo pensamiento.
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corroen, y donde los ladrones penetran y roban.
Pero acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corroen y donde los ladrones no penetran ni roban.
Porque donde está tu tesoro, allí estará también tu corazón.
Porque Dios no es injusto para olvidar su obra y el trabajo de amor que ustedes demostraron a su Nombre cuando sirvieron a los santos, a quienes aún sirven.
Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en Él no perezca, sino tenga vida eterna.
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan para lo bueno, a los que son llamados según su propósito.
Cuando Jesús lo oyó le dijo: Aún te falta uno: Vende todo lo que tienes. Repártelo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo. Y ven, sígueme.
Para los débiles asumí la función de débil a fin de ganar a los débiles. Para todos asumí la función de todos, a fin de salvar a algunos de algún modo.
para el adiestramiento de los santos, la obra del ministerio y la edificación del cuerpo de Cristo,
el que exhorta, en la exhortación; el que da, con liberalidad; el que dirige, con diligencia; el que practica misericordia, con alegría.
Poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia, a fin de que al tener siempre toda suficiencia en todo, abunden para toda buena obra.
Acuérdense de los presos, como presos juntamente con ellos, y de los maltratados, por que también ustedes están en el cuerpo.
Porque tuve hambre y me dieron de comer, tuve sed y me dieron de beber, fui forastero y me acogieron,
estuve desnudo y me vistieron, estuve enfermo y me visitaron, estaba en prisión y fueron a verme.
El reparte libremente a los pobres. Su justicia permanece para siempre. Su poder es exaltado con honor.
No sean engañados. Dios no es burlado, porque lo que siembre un hombre, esto también cosechará.
Porque el que siembra para su naturaleza humana, de la naturaleza humana cosechará corrupción, pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
Instruye a los ricos de este mundo a no ser arrogantes ni poner su esperanza en riquezas inciertas, sino en Dios, Quien nos provee abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.
Instrúyelos a hacer bien, ser ricos en buenas obras, ser generosos, dispuestos a compartir,
que atesoren para sí mismos una buena reserva para lo futuro, a fin de que posean lo que en verdad es vida.
Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Mira, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si en algo extorsioné a alguno, lo devuelvo cuadruplicado.
El que da al pobre no tendrá necesidad, Pero el que aparta de él sus ojos tendrá muchas maldiciones.
El que provee semilla al que siembra, también proveerá pan para comida, multiplicará la semilla de ustedes y hará crecer los frutos de la justicia de ustedes.
Somos enriquecidos en todo para toda generosidad, la cual produce acción de gracias a Dios por medio de nosotros.
La congregación de los que creyeron tenía un corazón y un alma. Ninguno decía que poseía algo, sino todas las cosas les eran de propiedad común.
Los apóstoles daban el testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran poder, y había abundante gracia sobre todos ellos.
Porque no había algún empobrecido entre ellos, pues quienes tenían tierras o casas las vendían y colocaban el valor de lo vendido
a los pies de los apóstoles. Era distribuido a cada uno según su necesidad.
Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan, porque no hay autoridad sino de Dios. Las que existen son establecidas por Dios.
Por tanto confiésense los pecados unos a otros, y hablen con Dios los unos por los otros para que sean sanados. La súplica del justo cuando obra eficazmente puede mucho.
El Señor los haga crecer y abundar en el amor unos a otros y para todos, así como también nosotros para ustedes,
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Quien nos bendijo con toda bendición espiritual en los planes celestiales con Cristo,
Pero yo con muchísimo gusto gastaré libremente y seré desgastado por sus almas, aunque al amarlos hasta un grado mucho mayor, sea amado menos.
Entonces, Pedro se acercó y le preguntó: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete veces?
Jesús le contestó: No te digo hasta siete veces, sino hasta 70 veces siete.
En gran manera me regocijé en el Señor porque al fin revivió su pensar en mí, lo cual también hacían, pero no tenían oportunidad.
¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó entre los salteadores?
Y él contestó: El que hizo la misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Vé y haz tú lo mismo.
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni gobernantes, ni lo presente, ni lo que viene, ni poderes,
ni lo alto, ni lo profundo, ni otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, nuestro Señor.
a fin de que les dé, según la riqueza de su gloria, ser fortalecidos con poder en el ser interior por su Espíritu,
para que Cristo resida por medio de la fe en los corazones de ustedes, a fin de que, arraigados y fortalecidos en amor,
sean plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, longitud, altura y profundidad,
y reconocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que sean llenos de toda la plenitud de Dios.
Pero esto digo: El que siembra escasamente, también cosechará escasamente. El que siembra en bendiciones, también cosechará en bendiciones.
Porque no recibieron un espíritu de esclavitud que los guíe otra vez al temor, sino recibieron el Espíritu de adopción, por Quien clamamos: ¡Abba! (¡Padre!)
Por cuanto recibimos un reino inconmovible, mostremos gratitud a Dios de manera aceptable con reverencia y temor,
Pero aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de su fe, me gozo y me regocijo con todos ustedes.
¿Qué pagaré a Yavé Por todos sus beneficios para mí?
Levantaré la copa de la salvación E invocaré el Nombre de Yavé.
Cuando vio a la multitud, fue movido a compasión por ella, porque estaba agotada y abatida como oveja que no tiene pastor.
Pero Dios demuestra su amor hacia nosotros, porque cuando éramos aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
para que redimiera a los que estaban bajo la Ley, a fin de que recibiéramos la adopción.
Por cuanto ustedes son hijos, Dios envió al Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, Quien clama: ¡Abba! (Padre).
¡Consideren qué glorioso amor nos dio el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios! ¡Y somos! Por esto no nos conoce el mundo, porque no lo conoció a Él.
¿El ayuno que Yo escogí no es más bien desatar las ligaduras de maldad, soltar las cargas de opresión, dejar ir libres a los quebrantados y que rompan todo yugo?
Como un padre tiene compasión de sus hijos, Así Yavé tiene compasión de los que le temen.
Porque no tenemos un Sumo Sacerdote Quien no se compadece de nuestras debilidades, mas bien tenemos Uno Quien fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero no pecó.
Yavé es mi Pastor. Nada me faltará.
En lugares de tiernos prados me hace descansar. Junto a aguas de reposo me conduce.
Restaura mi alma. Me guía por sendas de justicia por amor a su Nombre.
Yavé será un refugio, una torre alta para el oprimido, Un baluarte y fortaleza en tiempos de angustia.
Porque éste es el mensaje que han escuchado desde un principio: que nos amemos unos a otros.
Hablen con Dios en todo tiempo por medio de toda conversación y súplica en espíritu. Por lo mismo, estén alerta con toda perseverancia y suplicación por todos los santos,
Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero para que nosotros muramos a los pecados y vivamos para la justicia. Por su herida fueron sanados.
Porque lo que se escribió fue para enseñarnos, a fin de que tengamos esperanza por la paciencia y la consolación de las Escrituras.
Regocíjense en la esperanza, permanezcan firmes en la aflicción, persistan en la conversación con Dios,
Levantaré mis ojos a las montañas. ¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Yavé, Quien hizo el cielo y la tierra.
Al recibir esta ayuda, ellos glorificarán a Dios por la obediencia que profesan ustedes a las Buenas Noticias de Cristo, y por la liberalidad de ustedes en la contribución para ellos y para todos.
La conversación de ellos con Dios a favor de ustedes demuestra que los añoran a causa de la gracia de Dios que sobreabunda en ustedes.
Pero no ruego solo por éstos, sino también por los que crean en Mí por la palabra de ellos,
para que todos sean uno. Como Tú, Padre, en Mí, y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste.
Yo les he dado la gloria que me has dado para que sean uno, como Nosotros somos Uno.
Yo en ellos y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en uno, para que el mundo sepa que Tú me enviaste, y los amaste como me amaste a Mí.