Paz a los hermanos y amor con fe en Dios Padre y en el Señor Jesucristo.
La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con perpetuidad.
Esfuércense y sean valientes. No teman, ni se aterroricen delante de ellos, porque Yavé tu ʼElohim es el que va contigo. No te dejará ni te desamparará.
Ruego que, por medio del conocimiento de todo lo bueno de ustedes en Cristo, la participación de tu fe sea eficaz.
Desde Sion te bendiga Yavé, Y que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida,
Que en verdad veas tus nietos. Paz sea sobre Israel.
El Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que ustedes abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Mi Dios, pues, suplirá toda su necesidad conforme a su riqueza en gloria en Cristo Jesús.
Poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia, a fin de que al tener siempre toda suficiencia en todo, abunden para toda buena obra.
Amado, hablo con Dios para que así como prospera tu alma seas prosperado en todas las cosas y que tengas buena salud.
Porque Yavé tu ʼElohim te bendecirá como te prometió: Prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado. Dominarás a muchas naciones, pero a ti no te dominarán.
Yavé te bendiga y te guarde.
Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti, Y tenga de ti misericordia.
Yavé alce sobre ti su rostro, Y te dé paz.
La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Desde Sion te bendiga Yavé, Y que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida,
Es evidente que por la Ley nadie es declarado justo delante de Dios, porque: El justo vivirá por la fe.
porque hoy te mando que ames a Yavé tu ʼElohim, que andes en sus caminos y guardes sus Mandamientos, Estatutos y Decretos, a fin de que vivas y te multipliques, para que Yavé tu ʼElohim te bendiga en la tierra adonde entras para poseerla.
Hay bendiciones sobre la cabeza del justo, Pero la boca de los perversos oculta violencia.
El hombre leal tendrá muchas bendiciones, Pero el que se apresura a enriquecerse no quedará impune.
Tus Palabras fueron halladas, y yo las comí. Y tus Palabras fueron para mí el gozo y la alegría de mi corazón, porque tu Nombre es invocado sobre mí, oh Yavé, ʼElohim de las huestes.
¡Inmensamente feliz es el varón que no anduvo en consejo de impíos, Ni se detuvo en camino de pecadores, Ni se sentó en silla de burladores!
Sino en la Ley de Yavé halla complacencia, Y en su Ley reflexiona de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de agua Que da su fruto a su tiempo Y su follaje no se marchita. Todo lo que hace tendrá éxito.
Confía en Yavé con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas.
no ceso de dar gracias por ustedes. Los menciono en mis conversaciones con Dios
para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él
al iluminar los ojos del corazón para que sepan cuál es la esperanza de su llamamiento, la riqueza de la gloria de su herencia en los santos
Así que, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de sentimientos afectuosos profundos, bondad, humildad, mansedumbre y longanimidad.
No devuelvan mal por mal, ni maldición por maldición. Al contrario, bendigan, pues fueron llamados para heredar bendición.
Dedíquense unos a otros con amor fraternal. En cuanto a honor, prefiéranse unos a otros,
Yavé es mi Pastor. Nada me faltará.
En lugares de tiernos prados me hace descansar. Junto a aguas de reposo me conduce.
Restaura mi alma. Me guía por sendas de justicia por amor a su Nombre.
No temas, porque Yo estoy contigo. No desmayes, porque Yo soy tu ʼElohim que te esfuerzo. Te ayudaré siempre. Te sostendré siempre con la mano derecha de mi justicia.
Así alumbre su luz delante de los hombres, de manera que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre celestial.
Porque Tú, ʼAdonay, eres bueno y perdonador, Grande en misericordia para todos los que te invocan.
Considerémonos los unos a los otros para estimularnos al amor y las buenas obras,
sin dejar de congregarnos, como algunos acostumbran, sino exhortémonos, y tanto más cuando ven que el día se acerca.
pero los que esperan en Yavé tienen nuevas fuerzas. Levantarán las alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Levantaré mis ojos a las montañas. ¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Yavé, Quien hizo el cielo y la tierra.
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan para lo bueno, a los que son llamados según su propósito.
Pero el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, longanimidad, benignidad, bondad, fidelidad,
mansedumbre, dominio propio, contra los cuales no hay Ley.
Nada hagan por rivalidad, ni por vanagloria, sino con humildad, considérense los unos a los otros como superiores a ustedes mismos.
Estuvo al borde de la muerte por causa de la obra de Cristo y arriesgó la vida para completar la ausencia de servicio de ustedes para mí.
No fije cada uno los ojos en sus propias cosas, sino cada cual en las cosas de otros.
Yavé hará lo que concierne a mí. Oh Yavé, tu misericordia es para siempre, No desampares la obra de tus manos.
Al que es poderoso para hacer todas las cosas infinitamente más allá de lo que nos atrevemos a pedir o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús, por todas las generaciones del siglo de los siglos. Amén.
Las montañas pueden ser removidas y las colinas pueden temblar, pero mi misericordia no será removida de ti, ni será sacudido mi Pacto de paz, dice Yavé, Quien tiene compasión de ti.
Porque Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buena reputación; si hay alguna virtud, si hay algo digno de alabanza, piensen en esto.
Por un momento es su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche dura el llanto, Pero al amanecer viene la alegría.
Regocíjense en la esperanza, permanezcan firmes en la aflicción, persistan en la conversación con Dios,
¡Sabiduría ante todo! Adquiere sabiduría, Y sobre toda posesión adquiere entendimiento.
Vengan a Mí todos los que están agotados y cargados, y Yo los haré descansar.
Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, pues soy manso y humilde de corazón. Hallarán descanso para sus almas,
¿Eres Tú el que venía o esperamos a otro?
porque mi yugo es fácil y liviana mi carga.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento persevera en ti, porque en Ti confió.
Cada uno ministre a los otros según el don que recibió como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que obtengamos misericordia y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
El Dios de la paciencia y la consolación les conceda el mismo sentir los unos hacia los otros, según Cristo Jesús,
para que unánimes a una voz glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
El camino de ʼElohim es perfecto. La Palabra de Yavé, acrisolada. Él es escudo a todos los que se refugian en Él.
Por tanto busquen primeramente el reino de Dios y la justicia de Él, y todas estas cosas se les añadirán.
Ésta es la confianza que tenemos ante Él: Que cuando pidamos algo conforme a su voluntad, nos escucha.
Si sabemos que nos escucha en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que solicitamos de Él.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Quien nos bendijo con toda bendición espiritual en los planes celestiales con Cristo,
Yavé te pastoreará siempre. Tu alma se saciará en las sequías y dará vigor a tus huesos. Serás un huerto bien regado, como manantial de agua que nunca falta.
Me convencí de que El que inició en ustedes la buena obra la completará hasta el día de Jesucristo.
De modo que si alguno es nueva creación en Cristo, las cosas viejas pasaron y todas son nuevas.
Mi cuerpo y mi corazón desfallecen, Pero ʼElohim es la Fuerza de mi corazón Y mi Porción para siempre.
El Dios de toda gracia, Quien los llamó a su gloria eterna en Cristo, después que padezcan un poco, Él mismo los perfeccionará, confirmará, fortalecerá y establecerá.
Por tanto, hermanos, los exhorto por las misericordias de Dios a que presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, lo cual es su adoración racional.
Dedíquense unos a otros con amor fraternal. En cuanto a honor, prefiéranse unos a otros,
en cuanto a diligencia, no perezosos. Sean fervientes en espíritu y sirvan al Señor.
Regocíjense en la esperanza, permanezcan firmes en la aflicción, persistan en la conversación con Dios,
contribuyan para las necesidades de los santos, persigan la hospitalidad.
Bendigan a los que los persiguen. Bendigan y no maldigan.
Gocen con los que gozan, lloren con los que lloran.
Sientan lo mismo los unos hacia los otros. No sean altivos, sino asóciense con los humildes. No sean sabios según su propia opinión.
No paguen a nadie mal por mal. Respeten lo bueno delante de todos los hombres.
Si es posible, en lo que depende de ustedes, estén en paz con todos los hombres.
No se venguen ustedes mismos, amados, sino den lugar a la ira de Dios. Porque está escrito: Mía es la venganza. Yo pagaré, dice el Señor.
No sean moldeados por este mundo, sino sean transformados por la renovación de la mente, para que comprueben la voluntad de Dios, la cual es buena, aceptable y perfecta.
Si fueron resucitados con Cristo, busquen las cosas de arriba, donde Cristo está sentado a la mano derecha de Dios.
Vístanse con el nuevo, el cual es renovado hasta el conocimiento pleno, conforme a la imagen del que lo creó.
Aquí no hay distinción entre griego y judío, circuncisión e incircuncisión, bárbaro, escita, esclavo y libre, sino Cristo es todo en todos.
Así que, como escogidos de Dios, santos y amados, vístanse de sentimientos afectuosos profundos, bondad, humildad, mansedumbre y longanimidad.
Sopórtense y perdónense los unos a los otros cuando alguno tenga queja contra otro. Como el Señor ciertamente los perdonó, así también ustedes.
Sobre todas estas cosas, vístanse el amor, que es el cinturón de la perfección.
La paz de Cristo actúe como árbitro en sus corazones, a la cual también fueron llamados en un solo cuerpo. Sean agradecidos.
La Palabra de Cristo viva abundantemente en ustedes, con toda sabiduría. Enséñense y amonéstense con salmos, himnos y cantos espirituales. Canten con gracia en sus corazones a Dios.
Todo lo que hagan, en palabra y en obra, háganlo en el Nombre del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre por medio de Él.
Las esposas sométanse a los esposos, como conviene en el Señor.
Los esposos amen a sus esposas y no sean ásperos con ellas.
Pongan la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
La esperanza que tarda es tormento del corazón, Pero árbol de vida es el deseo cumplido.
¡Consideren qué glorioso amor nos dio el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios! ¡Y somos! Por esto no nos conoce el mundo, porque no lo conoció a Él.
Por tanto también nosotros, quienes tenemos una nube tan grande de testigos alrededor de nosotros, despojémonos de todo impedimento y pecado que nos atrapa tan fácilmente. Corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante.
Y ellos ciertamente nos disciplinaron por pocos días según lo que les parecía, pero la disciplina de Dios es para lo provechoso, a fin de que participemos de su santidad.
Ciertamente ninguna disciplina al momento es motivo de gozo, sino de tristeza, pero después da fruto apacible de justicia a los que fueron formados por medio de ella.
Por tanto levanten las manos debilitadas y las rodillas paralizadas,
y hagan sendas derechas para sus pies, a fin de que lo cojo no se disloque, sino sea sanado.
Sigan la paz y la santidad con todos, sin las cuales nadie verá al Señor.
Vigilen, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que al brotar alguna raíz de amargura, les estorbe, y por ella muchos sean contaminados,
no sea que haya algún inmoral sexual o profano, como Esaú, quien vendió su primogenitura por una comida.
Porque saben ustedes que después, aunque deseaba heredar la bendición, fue rechazado porque no halló oportunidad de cambio de mente, aunque la buscó con lágrimas.
Pues ustedes no se acercaron a la montaña que se podía palpar y que ardía en fuego, ni a oscuridad y tiniebla, ni a la tempestad,
ni al sonido de una trompeta, ni a tal ruido de palabras que los que lo oyeron suplicaron que no se les hablara Palabra,
Fijemos nuestros ojos en Jesús, el Autor y Perfeccionador de la fe, Quien despreció el oprobio, sufrió la cruz y se sentó a la derecha del trono de Dios, porque sabía el gozo que tenía delante de Él.
El día cuando invoqué, Tú me respondiste. Me volviste atrevido con fortaleza en mi alma.
Porque, ¿trato ahora de convencer a seres humanos, o a Dios? ¿O busco agradar a seres humanos? Si aún complazco a seres humanos, no me sometería como esclavo de Cristo.
Cuando pases por las aguas Yo estaré contigo. La corriente no te anegará. Cuando andes por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera a ʼElohim, porque aún lo alabaré. ¡Por la ayuda de su presencia!
prosigo hacia la meta, hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la Ley, sino bajo la gracia.
Porque siete veces cae el justo y se vuelve a levantar, Pero los impíos tropiezan en la calamidad.
El día cuando temo, confío en Ti.
En ʼElohim, la Palabra de Quien alabo, En ʼElohim confío, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?
Porque ʼAdonay Yavé, el Santo de Israel, dice: En regresar a Mí y tener calma, serán salvos. En quietud y confianza está su fortaleza. Pero no quisieron.
Pero, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni mente pensó, son las que Dios preparó para los que lo aman.
Mira, Yo estoy contigo, te guardaré dondequiera que vayas y volveré a traerte a esta tierra, pues no te dejaré hasta que Yo haga lo que te prometí.
Tú formaste mis órganos internos. Me tejiste en el vientre de mi madre.
Te doy gracias, Porque soy temerosa y maravillosamente formado. Maravillosas son tus obras, Y mi alma lo sabe muy bien.
Oh Yavé, Tú me escudriñaste y conociste.
Aun allí me guiará tu mano Y me sostendrá tu mano derecha.
Si digo: Ciertamente la oscuridad me cubrirá, La luz a mi alrededor será la noche.
Aun la oscuridad no es oscura para Ti, La noche resplandece como el día. Lo mismo son la oscuridad y la luz.
Tú formaste mis órganos internos. Me tejiste en el vientre de mi madre.
Te doy gracias, Porque soy temerosa y maravillosamente formado. Maravillosas son tus obras, Y mi alma lo sabe muy bien.
No fueron encubiertos de Ti mis huesos, Cuando en secreto fui hecho, Y entretejido en las profundidades de la tierra.
Tus ojos vieron mi embrión, Y en tu rollo estaban escritos todos Los días que me fueron ordenados, Cuando aún no existía uno de ellos.
¡Oh ʼEL, cuán preciosos me son tus pensamientos! ¡Cuán inmensa es la suma de ellos!
Si los cuento, serían más que la arena. Cuando despierto, aún estoy contigo.
¡Oh ʼEloah, si mataras al perverso, Si, por tanto, se alejan de mí los hombres sanguinarios!
Tú sabes cuándo me siento Y cuándo me pongo en pie, De lejos entiendes mi pensamiento.
Por tanto, si comen, beben o hacen cualquier cosa, hagan todo para la gloria de Dios.
El Espíritu de ʼAdonay Yavé está sobre Mí, porque Yavé me ungió. Me envió a predicar buenas noticias a los afligidos, a vendar los corazones quebrantados, a proclamar libertad a los cautivos y libertad a los presos,
Yavé es mi Fortaleza y mi Escudo. Confió mi corazón en Él Y fui ayudado, Por lo cual se regocija mi corazón. Lo alabaré con mi canto.
Por tanto, como somos declarados justos por la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
Para la libertad Cristo nos libertó. Por tanto estén firmes y no sean sometidos otra vez a yugo de esclavitud.
Por lo demás, hermanos, les rogamos y exhortamos en el Señor Jesús que, como les enseñamos la manera de vivir y agradar a Dios, tal como viven, así abunden más,
El que mora al abrigo del ʼElyón Morará bajo la sombra del Shadday.
No te vendrá mal, Ni alguna plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará con respecto a Ti, Que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás. Pisotearás al cachorro de león y al dragón.
Me amó, Por tanto Yo lo libraré. Lo pondré en alto, Porque conoció mi Nombre.
Me invocará Y Yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré.
Lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación.
Diré yo a Yavé: ¡Refugio mío y Fortaleza mía, Mi ʼElohim, en Quien confío!