1 Samuel 20 - Nueva Biblia Española (1975)1 David huyó del convento de Rama y fue a decirle a Jonatán: ¿Qué he hecho, cuál es mi delito y mi pecado contra tu padre para que intente matarme? 2 Jonatán le dijo: ¡Nada de eso! ¡No morirás! No hace mi padre cosa grande ni chica que no me la diga antes. ¿Por qué va a ocultarme esto mi padre? ¡Es imposible! 3 Pero David insistió: Tú padre sabe perfectamente que te he caído en gracia,, y dirá: 'Que no se entere Jonatán, no se vaya a llevar un disgusto'. Pero, vive Dios, por tu vida, estoy a un paso de la muerte. 4 Jonatán le respondió: Lo que tú digas lo haré. 5 Entonces David le dijo: Mañana precisamente es luna nueva, y me toca comer con el rey. Déjame marchar y me ocultaré en descampado hasta pasado mañana por la tarde. 6 Si tu padre me echa de menos, le dices que David te pidió permiso para hacer una escapada a su pueblo, Belén, porque su familia celebra allí el sacrificio anual. 7 Si él dice que bueno, estoy salvado; pero si se pone furioso, quiere decir que tiene decidida mi muerte. 8 Sé leal con este servidor, porque nos une un pacto sagrado. Si he faltado, mátame tú mismo, no hace falta que me entregues a tu padre. 9 Jonatán respondió: ¡Dios me libre! Si me entero de que mi padre ha decidido que mueras, cierto que te aviso. 10 David preguntó: ¿Quién me lo avisará, si tu padre te responde con malos modos? 11 Jonatán contestó: ¡Vamos al campo! Salieron los dos al campo, 12 y Jonatán le dijo: Te lo prometo por el Dios de Israel; mañana a esta hora sondearé a mi padre, a ver si está a buenas o a malas contigo, y te enviaré un recado. 13 Si trama algún mal contra ti, que el Señor me castigue si no te aviso para que te pongas a salvo. ¡El Señor esté contigo como estuvo con mi padre! 14 Si entonces yo vivo todavía, cumple conmigo el pacto sagrado, y si muero, 15 no dejes nunca de favorecer a mi familia. Y cuando el Señor aniquile a los enemigos de David de la faz de la tierra, 16 no se borre el nombre de Jonatán en la casa de David. ¡Qué el Señor tome cuentas a los enemigos de David! 17 Jonatán repitió el juramento hecho a David por la amistad que le tenía, porque lo quería con toda el alma, 18 y le dijo: Mañana es luna nueva. Te echarán de menos, porque verán tu asiento vacío. 19 Pasado mañana tu ausencia llamará mucho la atención. Tú te vas a donde te escondiste aquella vez, y te quedas, junto a las piedras; 20 yo dispararé unas flechas en esa dirección, como tirando al blanco, 21 y mandaré un sirviente que vaya por las flechas. Si le digo: 'Las tienes más acá, tómalas', puedes venir, es que todo te va bien, no hay problema, vive Dios. 22 Pero si le digo al muchacho: 'Las tienes más allá', vete, el Señor quiere que te marches. 23 Y en cuanto a la promesa que nos hemos hecho tú y yo, el Señor estará siempre entre los dos. 24 Así, pues, David se escondió en el campo. 25 Llegó la luna nueva y el rey se sentó a la mesa para comer; ocupó su puesto de siempre, junto a la pared; Jonatán se sentó enfrente, y Abner a un lado, y se notó que el puesto de' David quedaba vacío. 26 Pero aquel día Saúl no dijo nada, porque pensó: 'A lo mejor es que no está limpio, no se habrá purificado'. 27 Pero al día siguiente, el segundo del mes, el sitio de David seguía vacío, y Saúl preguntó a Jonatán: ¿Por qué no ha venido a comer el hijo de Jesé ni ayer ni hoy? 28 Jonatán le respondió: Me pidió permiso para ir a Belén. 29 Me dijo que lo dejara marchar, porque su familia celebraba en el pueblo el sacrificio anual y sus hermanos le habían mandado ir; que si no me parecía mal, él se iría a ver a sus hermanos. Por eso no ha venido a la mesa del rey. 30 Entonces Saúl se encolerizó contra Jonatán, y le dijo: ¡Hijo de mala madre! ¡Ya sabía yo que estabas de acuerdo con el hijo de Jesé, para vergüenza tuya y de tu madre! 31 Mientras el hijo de Jesé esté vivo sobre la tierra, ni tú ni tu reino estarán seguros. Así que manda a buscármelo, porque merece la muerte. 32 Jonatán le replicó: Y ¿por qué va a morir? ¿Qué ha hecho? 33 Entonces Saúl le arrojó la lanza para matarlo. Jonatán se convenció de que su padre había decidido matar a David. 34 Se levantó enfurecido y no comió aquel día (el segundo del mes), afligido porque su padre había deshonrado a David. 35 Por la mañana Jonatán salió al campo con un muchacho para la cita que tenía con David. 36 Dijo al muchacho: Corre a buscar las flechas que yo tire. El muchacho echó a correr, y Jonatán disparó una flecha, que lo pasó. 37 El muchacho llegó a donde había caído la flecha de Jonatán, 38 y éste le grito: ¡La tienes más allá! ¡Corre aprisa, no te quedes parado! 39 El muchacho recogió la flecha y se la llevó a su señor, sin sospechar nada; sólo Jonatán y David lo entendieron. 40 Jonatán dio sus armas al sirviente y le dijo: Anda, llévalas a casa. 41 Mientras el muchacho se marchaba, David salió de su escondite; cayó ante él a tierra, postrándose tres veces; luego se abrazaron llorando los dos copiosamente. 42 Jonatán le dijo: Vete en paz. Como nos lo juramos en el nombre del Señor: que el Señor sea siempre juez de nosotros y de nuestros hijos. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.