El que se aferre a su propia vida, la perderá; y el que pierda su vida por mi causa, la ganará.
Mateo 10:22 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Ustedes serán odiados por mi causa; pero el que persevere hasta el final, será salvo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, este será salvo. Biblia Nueva Traducción Viviente Todas las naciones los odiarán a ustedes por ser mis seguidores, pero todo el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. Biblia Católica (Latinoamericana) Ustedes serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará. La Biblia Textual 3a Edicion Y seréis aborrecidos por todos a causa de mi nombre,° pero el que haya perseverado hasta el fin, éste será salvo.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Seréis odiados por todos a causa de mi nombre; pero el que se mantenga firme hasta el final, éste se salvará. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre, mas el que perseverare hasta el fin, este será salvo. |
El que se aferre a su propia vida, la perderá; y el que pierda su vida por mi causa, la ganará.
Por lo tanto, ustedes serán entregados a muchos sufrimientos, los matarán y serán odiados por todas las naciones por causa de mi nombre.
Plenamente felices son ustedes cuando por mi causa, los calumnien, los persigan, los agredan y ejerzan toda maldad contra ustedes.
Ustedes serán odiados por el mundo incrédulo por causa de mi nombre; pero si ustedes soportan todo eso y perseveran en la fe, serán salvos.
Serán plenamente felices cuando los perseguidores les desprecien, y también cuando los excluyan de la comunidad o sociedad, también cuando los calumnien y manchen sus nombres, por causa del Hijo del Hombre.
Las semillas que cayeron en buena tierra son las personas que escucharon la palabra de Dios y la aceptaron en sus corazones con una buena actitud, la pusieron en práctica, se mantuvieron firmes a pesar de todo y por ello, producen frutos.
Yo les di tu palabra y el mundo pecaminoso rechazó a los creyentes, porque ellos no son parte del sistema pecaminoso del mundo, como yo tampoco acepto el pecado del mundo.
El mundo no puede odiarlos, pero a mí sí me odia, porque he denunciado y testificado la maldad que hay en el mundo.
Porque Yo le mostraré cuánto tendrá que sufrir por causa de mi nombre.
Él dará vida eterna a los que, perseverando en las buenas obras, glorifican a Dios y son honorables;
Pues nosotros los que vivimos, siempre estamos expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se manifieste plenamente en nuestra carne mortal.
Siempre hagamos lo bueno, nunca nos cansemos de hacer el bien, porque en su debido tiempo, si no desistimos, cosecharemos.
Porque nosotros hemos llegado a tener identidad en Cristo, con tal que permanezcamos firmes y obedientes a Dios hasta el final, tal como lo hicimos desde el comienzo.
Queremos que cada uno de ustedes siga esforzándose por vivir plenamente la vida cristiana hasta el fin, siendo fortalecidos por la esperanza,
Plenamente feliz el que supera las pruebas, pues recibirá como premio la vida plena, ya que Dios en Cristo la prometió a los que le aman sacrificialmente.
¡No tengas miedo de lo que estás por sufrir! Te advierto que el diablo meterá a algunos de ustedes en la cárcel para ponerlos a prueba y sufrirán aflicciones durante diez días. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida.
El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré también una piedrecita blanca en la que está escrito un nombre nuevo que solo conoce quien la recibe.
Al vencedor, que guarde hasta el fin mis obras, es decir, permanezca fiel hasta el fin, le daré autoridad sobre las naciones,
Has perseverado y aguantaste mucho sufrimiento por mi nombre sin desanimarte.
El que tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida que está en el paraíso de Dios.
Al vencedor le daré el derecho de sentarse conmigo en mi trono, como también yo vencí y me senté con mi Padre en su trono.