Es un honor para el discípulo ser como su maestro, y al empleado ser como su patrón. Si a mí me han llamado Beelzebú, ¡con mayor razón los perseguirán a ustedes que son mis discípulos!
Juan 8:48 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Entonces los judíos le respondieron a Jesús: – ¿Acaso no hemos hablado lo correcto, que tú eres un samaritano y tienes un demonio? Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? Biblia Nueva Traducción Viviente —¡Samaritano endemoniado! —replicó la gente—. ¿No veníamos diciendo que estabas poseído por un demonio? Biblia Católica (Latinoamericana) Los judíos le replicaron: 'Tenemos razón en decir que eres un samaritano y que estás poseído por un demonio. La Biblia Textual 3a Edicion Respondieron los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros que tú eres samaritano y tienes demonio? Biblia Serafín de Ausejo 1975 Los judíos le respondieron: '¿No decimos con razón que tú eres samaritano y que estás endemoniado?'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Respondieron entonces los judíos, y le dijeron: ¿No decimos bien nosotros, que tú eres samaritano, y que tienes demonio? |
Es un honor para el discípulo ser como su maestro, y al empleado ser como su patrón. Si a mí me han llamado Beelzebú, ¡con mayor razón los perseguirán a ustedes que son mis discípulos!
Jesús envió a estos doce, dándoles algunas instrucciones: – No vayan por caminos de gente que no conoce a Dios, ni tampoco entren a una ciudad de samaritanos,
Porque vino Juan que ni comía ni bebía, y ustedes decían: “Tiene un demonio”.
Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: – Este hombre expulsa a los demonios con el poder de Beelzebú, que es el príncipe de los demonios.
Añadió Jesús: – Todo pecado y blasfemia serán perdonados a los seres humanos, pero la blasfemia contra el Espíritu Santo no será perdonada.
Este es el testimonio de Juan el Bautista, cuando los judíos enviaron a sacerdotes y a levitas desde Jerusalén, con el propósito de interrogarlo, preguntándole: – ¿Quién eres tú?
Muchos de ellos decían: – Está poseído por un demonio y está loco; ¿por qué lo escuchan?
Ustedes me llaman Maestro y Señor, y lo han dicho bien, porque lo soy.
Entonces la mujer samaritana le respondió: – ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí, que soy una samaritana, que te dé agua? (porque los judíos y los samaritanos no se llevaban bien).
Respondió la gente: – Tienes un demonio; ¿quién es el que quiere asesinarte?
Los judíos decían: – ¿Acaso Jesús va a suicidarse? Porque dice: “A donde yo voy, ustedes no pueden venir”.
Entonces los judíos le replicaron: – Ahora estamos seguros de que tú estás poseído por un demonio; Abraham y nuestros profetas murieron, y tú dices “si alguien guarda y practica mi palabra, nunca vivirá la muerte eterna”.
Porque ni siquiera Cristo buscó agradarse a sí mismo; así dicen las Escrituras: “La gente que te insulta también me está insultando a mí”.
Vayamos al encuentro de Jesús fuera del campamento y aceptemos la misma humillación que Jesús soportó;
¿Tú crees que existe un solo Dios? Está bien; pero también los demonios creen en un solo Dios y lo temen.