Les dio esta orden: Actúen con temor de Dios, con honradez e integridad.
2 Corintios 7:1 - Nueva Biblia Española (1975) Estas promesas tenemos, amigos; por eso, limpiémonos toda suciedad de cuerpo ó de espíritu, y sigamos completando nuestra consagración con el respeto que a Dios se debe. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Biblia Nueva Traducción Viviente Queridos amigos, dado que tenemos estas promesas, limpiémonos de todo lo que pueda contaminar nuestro cuerpo o espíritu. Y procuremos alcanzar una completa santidad porque tememos a Dios. Biblia Católica (Latinoamericana) Teniendo, pues, tales promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de toda mancha del cuerpo y del espíritu, haciendo realidad la obra de nuestra santificación en el temor de Dios. La Biblia Textual 3a Edicion Así que, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Teniendo, pues, la posesión de tales promesas, purifiquémonos de todo lo que pueda manchar la carne o el espíritu y completemos nuestra santificación en el temor de Dios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Así que, amados, teniendo tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. |
Les dio esta orden: Actúen con temor de Dios, con honradez e integridad.
el temor del Señor es puro, eternamente estable; los mandamientos del Señor son genuinos, justos sin excepción;
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme;
¿Quién se atreverá a decir: tengo la conciencia pura, estoy limpio de pecado?
(El respeto del Señor odia el mal). Yo detesto el orgullo y la soberbia, el mal camino y la boca falsa,
Rechaza las penas del corazón y rehuye los dolores del cuerpo: niñez y juventud son efímeras.
Lávense, purifíquense, aparten de mi vista sus malas acciones. Cesen de obrar mal,
que el malvado abandone su camino y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad; a nuestro Dios, que es rico en perdón.
y se verá tu vergüenza, tus adulterios, tus relinchos, tus pensamientos de fornicación. Sobre las colinas del campo he visto tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén, que no te purificas! ¿Hasta Cuándo darás largas?
Jerusalén, lava tu corazón de maldades, para salvarte, ¿hasta cuándo anidarán en tu pecho planes criminales?
El vestido, trama, urdimbre u objeto de cuero del que ha desaparecido la mancha al lavarlo, lo volverán a lavar y quedará puro.
O declaran sano el árbol y sano el fruto, o declaran malo el árbol y malo el fruto; porque el árbol se conoce por el fruto.
Por consiguiente, sean ustedes buenos del todo, como es bueno su Padre del cielo.
Entre tanto, la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaría; se iba construyendo, progresaba en la fidelidad al Señor y se multiplicaba, alentada por el Espíritu Santo.
Por lo que hace a la Ley, se metió por medio para que se multiplicara el delito, pero donde se multiplicó el pecado sobreabundó la gracia;
en él ha habido únicamente un sí, es decir, en su persona se ha pronunciado el sí a todas las promesas de Dios. Y, por eso, a través de él respondemos nosotros a la doxología con el amén a Dios.
de este mundo, siguiendo al jefe que manda en esta zona inferior, el espíritu que ahora actúa eficazmente en los rebeldes;
que los afirme así interiormente, para que se presenten con una santidad sin mancha ante Dios nuestro Padre cuando vuelva nuestro Señor Jesús con todos sus santos.
Que el Dios de la paz los consagre él mismo íntegramente y que su entera persona, alma y cuerpo, se conserve sin mancha para la venida de nuestro Señor, Jesús Mesías.
a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo; a Dios, juez de todo; a los espíritus de los justos llegados a la meta,
Por eso nosotros, que recibimos un reino inconmovible, estamos agradecidos; servimos así a Dios, como a él le agrada, con minucioso cuidado,
Precaución, por tanto; no sea que mientras está en pie la promesa de entrar en su descanso, resulte que alguno se queda atrás.
Aunque hablamos así, amigos míos, en el caso de ustedes estamos ciertos de lo mejor y de lo conducente a la salvación.
Acérquense a Dios y él se les acercará: lávense las manos, pecadores; purifíquense el corazón, indecisos.
No, igual que es santo el que los llamó, sean también ustedes santos en toda su conducta,
Además, si pueden llamar Padre a aquel que juzga imparcialmente las obras de cada uno, condúzcanse con respeto mientras estén aquí de paso;
Purificados ya internamente por la respuesta a la verdad, que lleva al cariño sincero por los hermanos, ámense unos a otros de corazón e intensamente.
Amigos míos, como forasteros y emigrantes que son, les recomiendo que se mantengan a distancia de esos bajos deseos que nos hacen la guerra;
Tras un breve, sufrir, Dios, que es todo gracia y que los llamó por el Mesías a su eterna gloria, él en persona los restablecerá, afirmará, fortalecerá y dará estabilidad.
En cambio, cuando nos movemos en la luz, imitándolo a él, que está en la luz, somos solidarios unos de otros y, además, la sangre de Jesús su Hijo nos limpia de todo pecado.
Si reconocemos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, perdona nuestros pecados y, además, nos limpia de toda injusticia.
Todo el que tiene puesta en Jesús esta esperanza se purifica, para ser puro como él lo es.