Salmos 51 - Nueva Biblia Española (1975)1 Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa. 2 Lava del todo mi delito, limpia mi pecado, 3 pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. 4 Contra ti, contra ti solo pequé, cometí lo que tú repruebas. Tus argumentos te darán la razón, del juicio resultarás inocente. 5 Mira, en la culpa nací, pecador me concibió mi madre. 6 Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría. 7 Purifícame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve. 8 Anúnciame el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados. 9 Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa. 10 Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; 11 no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu; 12 devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con tu espíritu generoso. 13 Enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti. 14 ¡De delitos de sangre líbrame, oh Dios; Dios, salvador mío! Y aclamará mi lengua tu rectitud. 15 Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza. 16 Los sacrificios no te satisfacen, si te ofreciera un holocausto, no lo querrías. 17 Sacrificio para Dios es un espíritu quebrantado, un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios, no lo desprecias. 18 Dígnate, Señor, favorecer a Sión, reconstruye las murallas de Jerusalén: 19 entonces aceptarás los sacrificios rituales, ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.