Pero el caso es que el Mashíaj sí resucitó de entre los muertos, como primicias de los que durmieron.
Puesto que la muerte entró por medio de un hombre, también por medio de un hombre ha venido la resurrección de los muertos.
Porque así como en Adam todos mueren, así también en el Mashíaj todos serán vivificados.
Anhelo conocerlo a él y el poder de su resurrección, y participar en sus padecimientos, para ser semejante a él en su muerte,
Pues, por la inmersión quedamos sepultados con él en la muerte, para que así como al Mashíaj lo resucitó de entre los muertos el poder del Padre, así también nosotros iniciemos una vida nueva.
Yahoshúa le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá para siempre. ¿Crees esto?”
Bendito sea el Elohim y Padre de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Yahoshúa el Mashíaj de entre los muertos;
Y si el espíritu de Aquel que resucitó a Yahoshúa de entre los muertos mora en ustedes, el que resucitó al Mashíaj de entre los muertos también dará vida a sus cuerpos mortales mediante Su espíritu que mora en ustedes.
“Dentro de poco, el mundo no me verá más; pero ustedes me verán. Por cuanto yo vivo, también ustedes vivirán.
Así que si ustedes han resucitado con el Mashíaj, busquen las cosas de arriba, donde está el Mashíaj sentado a la diestra de Yahweh.
Con gran poder los Enviados daban testimonio de la resurrección del Maestro Yahoshúa, y todos ellos gozaban de gran simpatía,
¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?
Pues el aguijón de la muerte es el pecado, y lo que da vigencia al pecado es la Torah.
Pero gracias a Elohim, quien nos da la victoria por medio de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj.
Pues como Elohim levantó al Maestro, también a nosotros nos levantará por medio de su poder.
Pero Yahweh lo resucitó, librándolo de las ataduras de la muerte, porque no era posible que continuara retenido por ella.
Entonces el mensajero habló y les dijo a las mujeres: “No teman ustedes, porque sé que buscan a Yahoshúa, al que ejecutaron en un madero.
No está aquí, porque ha resucitado, tal como dijo. Vengan a ver el lugar donde estaba puesto.
que si confiesas con tu boca que Yahoshúa es el Maestro, y si crees en tu corazón que Elohim lo levantó de entre los muertos, te salvarás.
por cuanto ha establecido un día en el que ha de juzgar al mundo con justicia por medio del Hombre a quien ha designado, dando fe de ello a todos, al resucitarlo de entre los muertos”.
Acuérdate de Yahoshúa el Mashíaj, resucitado de entre los muertos, de la descendencia de Dawid, conforme a mi buena nueva.
la cual recibieron al ser sepultados juntamente con él en la inmersión, por medio de la cual también resucitaron juntamente con él, mediante la fe en el poder de Yahweh que lo levantó de entre los muertos.
Elohim la ejerció en el Mashíaj cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su diestra en los lugares celestiales,
Pero él les dijo: “No se asusten. Ustedes buscan a Yahoshúa el Natsereno, al que ejecutaron en un madero. Ha resucitado. No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron.
No está aquí; más bien, ha resucitado. Acuérdense de lo que les habló cuando estaba aún en el Galil,
cuando dijo: “Es necesario que al Hijo del Hombre lo entreguen en manos de hombres pecadores, y que lo ejecuten en un madero y resucite al tercer día”.
Mataron al Príncipe de la vida, pero Yahweh lo resucitó de entre los muertos, y de eso nosotros somos testigos.
el que vive. Estuve muerto, pero mira que vivo por los siglos de los siglos. Y tengo las llaves de la muerte y de la Fosa.
y a quien se lo declaró Hijo de Yahweh con poder según el espíritu de santidad por su resurrección de entre los muertos– Yahoshúa el Mashíaj nuestro Maestro.
Pero Elohim lo levantó de entre los muertos.
Y él se les apareció por muchos días a los que habían subido con él del Galil a Yerushaláyim, y éstos son ahora sus testigos ante el pueblo.
Y juntamente con el Mashíaj Yahoshúa, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales,
Porque si creemos que Yahoshúa murió y resucitó, de la misma manera, por medio de Yahoshúa, Elohim levantará con él a los que han dormido.
sabiendo que el que resucitó al Maestro Yahoshúa también nos resucitará a nosotros con Yahoshúa y nos presentará a su lado juntamente con ustedes.
El primer día de la semana, muy de madrugada, siendo aún oscuro, Miryam la Magdalena fue al sepulcro, y vio que habían quitado la piedra del sepulcro.
Entonces corrió y fue a Shimón Kefá y al otro discípulo preferido de Yahoshúa, y les dijo: “Han sacado al Maestro del sepulcro, y no sabemos dónde lo han puesto”.
Así que salieron Kefá y el otro discípulo y se dirigieron al sepulcro.
Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más rápidamente que Kefá y llegó primero al sepulcro.
Y cuando se inclinó, vio que los lienzos habían quedado allí; sin embargo, no entró.
Entonces llegó Shimón Kefá siguiéndolo, y entró en el sepulcro. Y vio los lienzos que habían quedado,
y el sudario que había estado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino doblado en un lugar aparte.
Entonces entró también el otro discípulo que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó.
Pues aún no entendían la Escritura, que él tenía que resucitar de entre los muertos.
Entonces los discípulos volvieron a los suyos.
Pero Miryam la Magdalena estaba llorando fuera del sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro
y vio a dos mensajeros con vestiduras blancas que estaban sentados, uno a la cabecera y el otro a los pies, donde estuvo colocado el cuerpo de Yahoshúa.
Y ellos le dijeron: “Mujer, ¿por qué lloras?” Les dijo: “Porque se han llevado a mi Maestro, y no sé dónde lo han puesto”.
Después de decir esto, se volteó hacia atrás y vio a Yahoshúa de pie; pero no se daba cuenta de que era Yahoshúa.
Yahoshúa le dijo: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?” Ella, pensando que era el jardinero, le dijo: “Maestro, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, para llevármelo”.
Yahoshúa le dijo: “¡Miryam!” Ella se volvió y le dijo en hebreo: “¡Rabuní!” –que quiere decir Maestro.
Yahoshúa le dijo: “Suéltame, porque aún no he subido al Padre. Pero ve a mis hermanos y diles: “Yo subo a mi Padre y Padre de ustedes, a mi Elohim y Elohim de ustedes”.
Miryam la Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos: “¡He visto al Maestro!” También les contó que él le había dicho estas cosas.
pero Elohim lo resucitó al tercer día e hizo que apareciera,
no a todo el pueblo, sino a los testigos que Elohim había escogido de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de entre los muertos.
Y el Elohim de la paz, que por la sangre de la alianza eterna levantó de entre los muertos a nuestro Maestro Yahoshúa, el gran Pastor de las ovejas,
los haga aptos en todo lo bueno para hacer su voluntad, haciendo él en nosotros lo que es agradable delante de él por medio de Yahoshúa el Mashíaj. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
En primer lugar les he enseñado lo que también recibí: que el Mashíaj murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
que lo sepultaron y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras;
y les dijo: “Así está escrito, y así fue necesario que el Mashíaj padeciera y resucitara de los muertos al tercer día;
Amados, ahora somos hijos de Elohim, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como es él.
De modo que si alguno está en el Mashíaj, es una nueva criatura; las cosas viejas pasaron; ahora todo se ha hecho nuevo.
Si hemos muerto con el Mashíaj, creemos que también viviremos con él.
Sabemos que el Mashíaj, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte ya no tiene más dominio sobre él.
Porque el Mashíaj también padeció una vez para siempre por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos al Elohim; sufrió a la verdad la muerte en la carne, pero recibió vida por el espíritu;
Mujeres recibieron por resurrección a sus muertos. A unos los torturaron, sin esperar que los rescataran, para obtener una resurrección mejor.
se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, ¡y muerte en el madero!
Por lo cual también Elohim lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre;
Destruirá a la muerte para siempre. Adonay Yahweh enjugará toda lágrima de todos los rostros y le pondrá fin al bochorno de su pueblo sobre toda la tierra –porque es Yahweh quien ha hablado.
Feliz y santo el que tiene parte en la primera resurrección. Sobre éstos la segunda muerte no tiene ningún poder; sino que serán sacerdotes de Elohim y del Mashíaj, y reinarán con él por mil años.
Pues si, cuando éramos enemigos, la muerte de su Hijo nos reconcilió con Elohim, con mucha más razón, ya reconciliados, nos salvará su vida.
Y si el Mashíaj no ha resucitado, vana es nuestra proclamación; vana también es la fe de ustedes.
y cuál es la inmensurable grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, conforme a la operación del dominio de su fuerza.
Elohim la ejerció en el Mashíaj cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su diestra en los lugares celestiales,
Porque lo ejecutaron en el madero como débil, pero vive por el poder de Elohim. Pues nosotros también somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Elohim para con ustedes.
Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mire al Hijo y crea en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final”.
y para esperar de el cielo a su Hijo, a quien resucitó de entre los muertos, a Yahoshúa, quien nos libra de la ira venidera.
que el Mashíaj habría de padecer, y que por ser el primero de la resurrección de los muertos, habría de anunciarle luz al pueblo y a los gentiles”.
¿Quién los condenará, cuando el Mashíaj Yahoshúa fue el que murió? Y no sólo eso sino que también resucitó; y además está a la diestra de Elohim, y también intercede por nosotros.
Así también es la resurrección de los muertos. Se siembra algo corruptible; resucita algo incorruptible.
Se siembra algo sin honra; resucita algo glorioso. Se siembra algo débil; resucita algo poderoso.
Se siembra un cuerpo natural; resucita un cuerpo espiritual. Hay cuerpo natural; también hay cuerpo espiritual.
Miren mis manos y mis pies, que soy yo mismo. Palpen y vean, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como ven que yo tengo”.
Pero yo sé que mi Vindicador vive, y al final testificará sobre la tierra—
esto, después que hayan deshecho mi piel. Pero aún en mi carne he de ver a Elohim,
¡Oh, que tus muertos revivan; que los cadáveres se levanten! ¡Despierten y griten de gozo, ustedes que moran en el polvo! –Porque tu rocío es como rocío de germinados nuevos; tú haces que vuelva a la vida la tierra de las sombras.
Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna y otros para vergüenza y eterno horror.
“No se asombren de esto, porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz
y saldrán, los que hicieron el bien para la resurrección de vida, pero los que practicaron el mal para la resurrección de juicio.
Yahoshúa les respondió: “Destruyan este templo, y en tres días lo levantaré”.
Por eso los yahuditas dijeron: “Durante cuarenta y seis años se construyó este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días?”
Pero él hablaba del templo de su cuerpo.
Entonces Shaúl, sabiendo que una parte del Sanhedrín eran saduceos y la otra parte fariseos, gritó en el Sanhedrín: “Hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos. Es por la esperanza y la resurrección de los muertos que se me juzga”.
Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a recibir.
Nadie me la quita, sino que yo la pongo por mi cuenta. Tengo derecho de ponerla, y tengo derecho de volverla a recibir. Este mandamiento lo recibí de mi Padre”.
Por medio de él creen ustedes en Elohim, quien lo resucitó de entre los muertos y le ha dado gloria; para que su fe y esperanza estén en Yahweh.
Porque así como hemos venido a estar unidos con él por esa representación de su muerte, también lo estaremos por la representación de su resurrección.
Ahora bien, si se predica que el Mashíaj ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo es que algunos entre ustedes dicen que no hay resurrección de muertos?
Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco el Mashíaj ha resucitado.
Se abrieron los sepulcros, y muchos cuerpos de hombres santos que habían muerto se levantaron;
y después de la resurrección de él, salieron de los sepulcros, fueron a la santa ciudad y se les aparecieron a muchos.
Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras,
y les dijo: “Así está escrito, y así fue necesario que el Mashíaj padeciera y resucitara de los muertos al tercer día;
y que en su nombre se proclamara el arrepentimiento y el perdón de los pecados en todas las naciones, comenzando desde Yerushaláyim.
Al que venza, yo le concederé que se siente conmigo en mi trono; así como yo también he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.
y ahora se ha manifestado por la aparición de nuestro Salvador, el Mashíaj Yahoshúa. Él anuló la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio de la Buena Noticia,
comenzando desde su inmersión por Yojanán hasta el día en que se lo llevaron de nosotros y lo recibieron arriba, es necesario que se nombre uno como testigo con nosotros de su resurrección”.
Y no sólo la creación, sino también nosotros que tenemos el espíritu como primicia, gemimos interiormente, esperando la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo.
El Elohim de nuestros padres resucitó a Yahoshúa, a quien ustedes mataron colgándolo de un tronco.
A éste, Elohim lo ensalzó con su diestra para ser Príncipe y Salvador, para darle a Yisrael arrepentimiento y perdón de pecados.
Nosotros somos testigos de estas cosas y también lo es el espíritu de santidad que Yahweh ha dado a los que le obedecen”.
Porque si los muertos no resucitan, tampoco el Mashíaj ha resucitado;
y si el Mashíaj no ha resucitado, la fe de ustedes es inútil; todavía están en sus pecados.
“Tengo esperanza en Elohim, la cual ellos mismos también abrigan, de que va a haber resurrección de los justos y de los injustos.
Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no han leído lo que les habló Yahweh cuando dijo:
Yo soy el Elohim de Avraham, el Elohim de Yitsjaq y el Elohim de Yaaqov”. Él no es un Elohim de muertos, sino de vivos”.
Porque el Maestro mismo descenderá del cielo con aclamación, con voz de príncipe de los mensajeros, y con trompeta poderosa; y los muertos en el Mashíaj resucitarán primero.
Pues para eso murió el Mashíaj y volvió a vivir, para ser soberano tanto de los muertos como de los vivos.
Porque les hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj, no siguiendo fábulas artificiosas, sino porque fuimos testigos oculares de su majestad.
Él transformará nuestro cuerpo de humillación para que tenga la misma forma de su cuerpo de gloria, según la operación de su poder, para sujetar también a sí mismo todas las cosas.
Y así como hemos llevado la imagen del terrenal, llevaremos también la imagen del celestial.
Después de decir esto, llamó con voz fuerte: “¡Elazar, ven fuera!”
Y el que había estado muerto salió, atados los pies y las manos con vendas y su cara envuelta en un sudario. Yahoshúa les dijo: “Desátenlo y déjenlo ir”.
Así también está escrito: el primer hombre Adam llegó a ser un ser viviente; y el último Adam, un espíritu vivificante.
de la enseñanza sobre inmersiones, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno.
Desde entonces, Yahoshúa comenzó a explicar a sus discípulos que él tenía que ir a Yerushaláyim y padecer mucho de parte de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas, y morir, y resucitar al tercer día.
Esta era ya la tercera vez que Yahoshúa se manifestaba a sus discípulos después de haber resucitado de entre los muertos.
Por lo tanto, sepa con certeza toda la Casa de Yisrael, que a este Yahoshúa a quien ustedes ejecutaron en un madero, Yahweh lo ha hecho soberano y Mashíaj”.
Y otra vez dice Yeshayah: “Retoñará la raíz de Yishay, el Renuevo gobernará a las naciones; y las naciones esperarán en él”.
Que el Elohim de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del espíritu de santidad.
Así que, hermanos míos amados, estén firmes y constantes, trabajando mucho siempre en la obra del Maestro, sabiendo que su arduo trabajo en el Maestro no es en vano.
Pero éste, después de ofrecer un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la diestra de Elohim,
esperando de allí en adelante “hasta que sus enemigos sean puestos como estrado de sus pies”.
En esto se mostró el amor de Elohim para con nosotros: en que Elohim envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él.
Porque así como el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere.
“Miren, vengo pronto, y mi recompensa conmigo, para pagar a cada uno según sean sus obras.
Ocho días después, sus discípulos estaban adentro otra vez, y Tomás estaba con ellos. Y aunque las puertas estaban cerradas, Yahoshúa entró, se puso en medio y dijo: “¡Paz a ustedes!”
Luego le dijo a Tomás: “Pon tu dedo aquí y mira mis manos; pon acá tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente”.
Entonces Tomás respondió y le dijo: “¡Oh Soberano mío! Oh Elohim mío!”
Yahoshúa le dijo: “¿Porque me has visto, has creído? ¡Felices los que creen sin ver!”
Pero él, lleno de espíritu de santidad, se quedó mirando fijamente al cielo y vio la gloria de Elohim, y a Yahoshúa de pie a la derecha de Elohim.
Entonces dijo: “Miren, estoy viendo el cielo abierto, y al Hijo del Hombre de pie a la derecha de Yahweh”.
Yahoshúa se acercó a ellos y les dijo: “Toda autoridad se me ha dado en el cielo y en la tierra.
El que descendió es el mismo que también ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo.
y de parte de Yahoshúa el Mashíaj, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y nos libró de nuestros pecados con su sangre,
En cambio, aquel a quien Yahweh levantó no vio corrupción.
“Por lo tanto, hermanos, sepan ustedes que por medio de él se les anuncia el perdón de los pecados.
Y de todo lo que por la Torah de Mosheh no pudieron ustedes ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.
Y además, él es la cabeza del cuerpo, que es la comunidad. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo él tenga la preeminencia.
Cuando vaya y les prepare un lugar, vendré otra vez y los recibiré conmigo; para que donde yo esté, ustedes también estén.
Antes bien, gócense a medida que participan de las aflicciones del Mashíaj, para que también cuando se revele su gloria se gocen grandemente.
Porque así como en Adam todos mueren, así también en el Mashíaj todos serán vivificados.
Así, mientras el pecado reinaba trayendo muerte, el favor reina trayendo justificación que redunda en vida eterna, gracias a Yahoshúa el Mashíaj nuestro Maestro.
Por lo demás, me está reservada la corona de justicia, la cual me dará el Maestro, el Juez justo, en aquel día. Y no sólo a mí, sino también a todos los que han amado su venida.
Porque al morir, para efectos del pecado murió una vez por todas; pero al vivir, vive para Elohim.
aun estando nosotros muertos en delitos, nos dio vida juntamente con el Mashíaj. ¡Por un favor están ustedes salvos!
Y juntamente con el Mashíaj Yahoshúa, nos resucitó y nos hizo sentar en los lugares celestiales,
Y Elohim enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron”.
Y en ningún otro hay salvación, porque no se ha dado a los hombres debajo del cielo otro nombre en el cual podamos salvarnos”.
Sin embargo, vemos a Yahoshúa, quien fue hecho poco inferior a los mensajeros, coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte, para que por el favor de Elohim la muerte que él probó resulte en beneficio de todos.
Así que si por el delito de uno solo reinó la muerte por culpa de aquel, con más razón reinarán en vida los que reciben la abundancia de su favor y el don de la justificación mediante uno solo: Yahoshúa el Mashíaj.
Siempre llevamos en el cuerpo la muerte de Yahoshúa por todas partes, para que también en nuestro cuerpo se manifieste la vida de Yahoshúa.
Con el Mashíaj fui ejecutado en el madero; y ya no vivo yo, sino que el Mashíaj vive en mí. Lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe en el Hijo de Elohim, que me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Pero cuando le hayan puesto en sujeción todas las cosas, entonces el Hijo mismo también se sujetará a Aquel que le sujetó todas las cosas, para que Yahweh sea el todo en todos.
“El que tiene oído, oiga lo que el espíritu dice a las comunidades. Al que venza le concederé comer del árbol de la vida que está en medio del jardín del Eden de Elohim.
Y éste es el testimonio: que Elohim nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo.
El que tiene al Hijo tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Elohim no tiene la vida.
Después el fin, cuando él entregue el reino al Elohim y Padre, cuando haya anulado ya todo principado, autoridad y poder.
Y cuando hayan padecido por un poco de tiempo, el Elohim de toda gracia, quien los ha llamado a su eterna gloria en el Mashíaj Yahoshúa, él mismo los restaurará, los afirmará, los fortalecerá y los establecerá.
A ellos se les presentó vivo, después de haber padecido, con muchas pruebas convincentes durante cuarenta días. Ellos lo vieron, y él les hablaba acerca del reino de Yahweh.
en un instante, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final. Porque sonará la trompeta, y los muertos resucitarán sin corrupción; y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y que esto mortal se vista de inmortalidad.
Porque con el corazón se cree para obtener justificación, y con la boca se hace confesión para alcanzar salvación.
Pero recibirán poder cuando haya venido sobre ustedes el espíritu de santidad, y me serán testigos en Yerushaláyim, en toda Yahudah, en Shomrón y hasta lo último de la tierra”.
Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y en ese tiempo se lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran majestad.
Él enviará a sus mensajeros con un gran toque de trompeta para reunir a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde se reunían los discípulos por miedo a los yahuditas, Yahoshúa entró, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡Paz a ustedes!”
Después de decir esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron cuando vieron al Maestro.
Porque no nos ha puesto Elohim para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj,
quien murió por nosotros para que, ya sea que velemos o sea que durmamos, vivamos juntamente con él.
pero al entrar, no hallaron el cuerpo de Yahoshúa.
Sucedió que, mientras estaban perplejas por esto, se pusieron de pie junto a ellas dos hombres con vestiduras resplandecientes.
Como ellas les tuvieron temor y bajaron la cara a tierra, ellos les dijeron: “¿Por qué buscan entre los muertos al que vive?
No está aquí; más bien, ha resucitado. Acuérdense de lo que les habló cuando estaba aún en el Galil,
cuando dijo: “Es necesario que al Hijo del Hombre lo entreguen en manos de hombres pecadores, y que lo ejecuten en un madero y resucite al tercer día”.
Entonces ellas se acordaron de sus palabras,
Por eso él es el mediador de la nueva alianza, para que los que han sido llamados reciban la promesa de la herencia eterna, ya que intervino muerte para redimirlos de las transgresiones [cometidas] bajo la primera alianza.
Y hasta quedamos como falsos testigos de Elohim, porque hemos dado testimonio de que Elohim resucitó al Mashíaj, cuando no lo resucitó, si es que los muertos no resucitan.
Porque él los conoció de antemano y los predestinó para que reprodujeran la imagen de su Hijo, de modo que él fuera el primogénito entre muchos hermanos.
Y él murió por todos para que los que viven ya no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos.
porque ya ustedes han muerto, y su vida está escondida con el Mashíaj en Elohim.
Y cuando se manifieste el Mashíaj, nuestra vida, entonces también ustedes se manifestarán con él en gloria.
Yo estimo que los sufrimientos que pasamos al presente no se pueden comparar con la gloria que pronto se va a revelar en nosotros.
Me dijo también: “¡Está hecho! Yo soy la Álef y la Tau, el principio y el fin. Al que tenga sed, yo le daré gratuitamente de la fuente de agua de vida.
Porque no me avergüenzo de la Buena Noticia; pues es un poder de Elohim para salvación a todo el que cree, al yahudita primero y también al griego.
Porque me propuse no saber nada entre ustedes, sino a Yahoshúa el Mashíaj, y a él ejecutado en el madero.
Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o pensamos, según el poder que actúa en nosotros,
a él sea la gloria en la comunidad y en el Mashíaj Yahoshúa, por todas las generaciones de todas las edades, para siempre. Amén.
Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, ustedes recibirán la inmarchitable corona de gloria.
que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche, hasta la aparición de nuestro Maestro Yahoshúa el Mashíaj.
A su debido tiempo la mostrará el bendito y único Elohim, el Rey supremo y Soberano supremo;
el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible, a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver. A él sea la honra y el dominio eterno. Amén.
Porque nosotros que vivimos, siempre estamos expuestos a la muerte por causa de Yahoshúa, para que también la vida de Yahoshúa se manifieste en nuestra carne mortal.
Yahweh me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Así que, habiendo recibido un reino inconmovible, estemos agradecidos, y rindamos a Yahweh un culto agradable, con respeto y reverencia.
Y a Aquel que puede guardarlos sin caída y presentarlos irreprensibles delante de su gloria con gran alegría;
al único Elohim, nuestro Salvador por medio de Yahoshúa el Mashíaj nuestro Maestro, sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad desde antes de todos los siglos, ahora y por todos los siglos. Amén.