Mas viene la hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, y en efecto el Padre busca a tales que le adoren.
Por medio de él pues ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, esto es, fruto de labios que confiesen su nombre (Lev. 7:12).
hablándoos a vosotros mismos con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y salmeando con vuestros corazones al Señor,
Y a toda criatura que hay en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra y sobre el mar y todo cuanto hay en ellos, oí decir: Al que está sentado en el trono y al Cordero la bendición, y el honor y la gloria y la fuerza por los siglos de los siglos.
diciendo con gran voz: Digno es el Cordero que fué sacrificado de recibir potencia, riqueza, sabiduría, fuerza, honor, gloria y bendición.
Las gentes que iban delante y las que venían detrás clamaban, diciendo: ¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendecido el que viene en nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Jesús les dice: Sí; ¿nunca leísteis que de la boca de los niñitos y de los que maman, sacaste alabanza?
Y dijo María: Engrandece mi alma al Señor;
y regocijóse mi espíritu en el Dios mi salvador,
Y repentinamente vino con el ángel una multitud de ejército celestial, alabando a Dios, diciendo:
¡Gloria en las alturas a Dios, y sobre la tierra paz, en los hombres benevolencia!
Al aproximarse él a la bajada del monte de los Olivos, comenzó toda la multitud de los discípulos, regocijados a alabar a Dios a gran voz por todos los milagros que habían visto,
diciendo: Bendecido el rey que viene en el nombre del Señor, paz en el cielo y gloria en los altos lugares.
Mas viene la hora, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad, y en efecto el Padre busca a tales que le adoren.
Dios es espíritu y los que le adoran, en espíritu y verdad deben adorarle.
Cada día, asistiendo unánimes en el templo, rompiendo el pan de casa en casa participaban del alimento con alegría y sencillez de corazón,
alabando a Dios y teniendo favor para con todo el pueblo. Y el Señor agregaba cada día a los salvados en uno.
Mas a la media noche Pablo y Silas orando cantaban himnos a Dios, y los escuchaban los presos.
De repente se hizo un gran terremoto, de suerte que fueron sacudidos los fundamentos de la cárcel; y al instante se abrieron todas las puertas y los vínculos de todos fueron deshechos;
y que los gentiles glorificaron a Dios por su misericordia, como está escrito (Sal. 18:49):. Por esto te loaré entre los gentiles y cantaré a tu nombre;
¿Qué, pues, hermanos? Cuando os juntáis, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene enseñanza, tiene revelación, tiene lengua, tiene interpretación; hágase todo para edificación.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo, el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación,
que nos consuela en toda nuestra tribulación, para que podamos consolar a los que están en cualquiera tribulación por la consolación con que somos consolados nosotros mismos por Dios.
para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes hemos esperado en el Cristo
y no os embriaguéis de vino en que hay exceso, sino llenaos de espíritu,
hablándoos a vosotros mismos con salmos, himnos y cánticos espirituales, cantando y salmeando con vuestros corazones al Señor,
dando gracias en todo tiempo por todo en el nombre de nuestro Señor Jesucristo al Dios y Padre,
y llenados de fruto de justicia que se llevan por Jesu-Cristo a la gloria y loor de Dios.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo de buen nombre, si hay virtud alguna, si alguna alabanza, sea objeto de vuestro pensamiento.
dando gracias al Padre que, después de habernos hecho capaces de participar de la herencia de los santos en la luz,
La palabra del Cristo habite en vosotros ricamente en toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos a vosotros mismos con. salmos, himnos y canciones espirituales con gracia cantando con vuestros corazones a Dios.
Y todo lo que hiciereis en palabra o en obra, hacedlo todo en nombre del Señor Jesu-Cristo, dando gracias por él al Dios y Padre.
Siempre alegraos;
incesantemente orad;
en todo dad gracias, porque esta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús para vosotros.
Al Rey de los siglos, incorruptible, invisible, único Dios, honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.
diciendo (Sal. 22-13): Anunciaré tu nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré
Teniendo, pues, hermanos, confianza en la entrada del Santísimo con la sangre de Jesús,
entrada que nos inauguró, vía nueva y viva, por el velo, esto es, por su carne,
y teniendo gran sacerdote sobre la casa de Dios,
lleguémonos con verdadero corazón en plena certidumbre de fe, siendo rociados (») los corazones de conciencia mala, y lavado el cuerpo con agua limpia,
Por eso al recibir un reino inconmovible tenemos gracia con que tributamos culto agradable a Dios con respeto y temor,
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo que, según su grande misericordia, nos regeneró en esperanza viva por la resurrección de Jesu-Cristo de entre los muertos,
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo en adquisición, para que anunciéis las virtudes de aquel que de las tinieblas os llamó a su admirable luz,
Si alguno habla, que sea como palabras de Dios; si alguno sirve, que sea como por virtud que suministra Dios, para que en todo sea glorificado por Jesu-Cristo el Dios a quien es la gloria y la potencia por los siglos de los siglos. Amén.
Mas creced en gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesu-Cristo. A él la gloria, ahora y hasta el día de la eternidad.
Ved cual amor nos ha dado el Padre, para que fuésemos llamados hijos de Dios. Por esto el mundo no nos conoce, porque no lo conoció.
Al que puede guardaros impecables y presentaros delante de su gloria irreprensibles con alegría,
a solo sabio Dios salvador de nosotros, gloria y grandeza, imperio y potencia y ahora y para todos los siglos. Amén.
y nos hizo reyes y sacerdotes a su Dios y Padre, a él la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Y los cuatro seres, teniendo cada uno seis alas alrededor, y por dentro llenos de ojos; y no tienen descanso de día y de noche diciendo:'¡Santo, Santo, Santo! el Señor, Dios, el Todopoderoso, el que era, que es y que viene'.
Y cuando los seres den gloria y honor y acción de gracias al sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos,
los veinticuatro ancianos se postrarán delante del sentado en el trono y adorarán al que vive por los siglos y echarán sus coronas delante del trono, diciendo:
Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y la potencia, porque tú criaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas (Nehem. 9:6).
diciendo con gran voz: Digno es el Cordero que fué sacrificado de recibir potencia, riqueza, sabiduría, fuerza, honor, gloria y bendición.
Y a toda criatura que hay en el cielo y sobre la tierra y debajo de la tierra y sobre el mar y todo cuanto hay en ellos, oí decir: Al que está sentado en el trono y al Cordero la bendición, y el honor y la gloria y la fuerza por los siglos de los siglos.
Después de estas cosas, vi, y he aquí una gran muchedumbre que nadie podía contar de toda nación y tribus y pueblos y lenguas, de pie delante del trono y delante del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos,
y claman en alta voz diciendo: La salvación es al Dios nuestro que está sentado en el trono, y al Cordero.
Y todos los ángeles estaban alrededor del trono y de los ancianos y de los cuatro seres, y cayeron delante del trono sobre sus rostros y adoraron a Dios,
diciendo: Amén. La bendición y la gloria y la sabiduría y la acción de gracia y la honra y la potencia y la fuerza al Dios nuestro por los siglos de los siglos. Amén.
diciendo: Gracias te damos, Señor, el Dios Todopoderoso, El que es, El que era, porque tomaste tu potencia grande, e inauguraste tu reinado;
Y oí una gran voz en el cielo diciendo: Ahora vino la salvación y la potencia y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque fué echado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios, día y noche,
y ellos le vencieron a causa de la sangre del Cordero y a causa de la palabra de su testimonio, y no amaron su vida hasta la muerte (Juan 12:25).
Y cantaban el himno de Moisés, servidor de Dios, y el himno del Cordero, diciendo: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Rey de las naciones.
¿Quién no te temerá, Señor, y glorificará tu nombre? porque solo eres santo, porque todas las naciones vendrán y se postrarán delante de ti, porque tus juicios fueron manifestados.
Después de esto, oí como una gran voz de gran muchedumbre en el cielo que decía: ¡Aleluya! La salvación, la gloria y la potencia son de nuestro Dios,
Y una voz del trono salió diciendo: Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos y los que le teméis, pequeños y grandes.
Y oí como voz de grande muchedumbre y como voz de muchas aguas y como voz de fuertes truenos, que decía: ¡Aleluya! porque entró en el reinado el Señor, nuestro Dios, el Todo poderoso.
tomaron los ramos de las palmas y salieron al encuentro de él, y clamaron: ¡Hosanna! Bendecido el que viene en nombre del Señor, el rey de Israel.