Pero ahora Cristo ha sido despertado de entre muertos, primicia de los que están dormidos. Puesto que en efecto, por un hombre hay muerte, también por un hombre hay resurrección de muertos, porque como en el Adam todos mueren, así también en el Cristo todos serán vivificados.
de conocerle a él, y el poder de su resurrección y la participación de sus padecimientos, conformándome a su muerte
Fuimos pues sepultados con él por el bautismo' en la muerte para que, como fué despertado Cristo de entre los muertos, por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
Dijóle Jesús: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muriere, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo que, según su grande misericordia, nos regeneró en esperanza viva por la resurrección de Jesu-Cristo de entre los muertos,
Si el espíritu del que despertó a Jesús de entre muertos mora en vosotros, el que despertó a Cristo Jesús de entre muertos vivificará también a vuestros cuerpos mortales, puesto que su espíritu mora en vosotros.
Aun un poco, y el mundo no me verá más, pero vosotros me veis, porque yo vivo, vosotros también viviréis.
Si pues fuisteis resucitados con el Cristo, buscad las cosas de arriba donde el Cristo está sentado a la diestra de Dios.
Y con gran fuerza los apóstoles daban la atestación de la resurrección del Señor Jesús, y gran gracia era sobre todos ellos.
¿Dónde está, muerte, tu victoria? ¿Dónde está, mansión de los muertos, tu aguijón? (Os. 13:14). El aguijón de la muerte es el pecado, pero la potencia del pecado es la ley. Gracias a Dios que nos da la victoria por nuestro Señor Jesu-Cristo.
al cual Dios levantó librándolo de la muerte por cuanto no era posible ser él retenido por ella.
Mas el ángel, dirigiéndose a las mujeres, dijo: No temáis vosotras porque sé que a Jesús, el crucificado, buscáis. No está aquí, porque fué despertado, como dijo. Venid, ved el lugar donde estaba.
Porque si confesares con tu boca Señor a Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios lo despertó de entre los muertos, serás salvado,
Por tanto él fijó un día en que debe juzgar al mundo con justicia por un varón a quien designó dando fe a todos, levantándole de los muertos.
Acuérdate de Jesu-Cristo, despertado de entre los muertos, de simiente de David, según mi evangelio,
sepultados con él en el bautismo, en quien también fuisteis resucitados por la fe en la energía del Dios que lo despertó de entre los muertos.
que desplegó en el Cristo, resucitándole de entre muertos, y sentándole a su diestra en los lugares celestiales
mas él les -dice: No os asustéis. Buscáis a Jesús el nazareno, el crucificado; fué despertado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron,
No está aquí, mas fué despertado. Acordaos cómo os habló, estando aún en la Galilea, diciendo que es menester que el hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, sea crucificado y al tercer día se levante.
y matasteis al príncipe de la vida al cual Dios despertó de entre muertos, de lo cual nosotros somos testigos,
y el viviente, y fui muerto; y he aquí soy viviente por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno (Is. 22:22; Mt. 16:18).
declarado hijo de Dios con poder, según el espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos, Jesu-Cristo nuestro Señor,
mas Dios le despertó de entre los muertos, el que fué visto, por muchos días, de los que subieron con él de Galilea a Jerusalem, los cuales son ahora testigos de él para el pueblo;
Si, pues, creemos que Jesús murió y se levantó, así también Dios traerá por Jesús y con él a los que se durmieron.
sabiendo que el que despertó al Señor Jesús, a nosotros también nos despertará con Jesús, y nos presentará con vosotros.
El primer día de la semana María, la de Magdala, viene temprano, siendo aún oscuro, al sepulcro, y ve la piedra quitada del sepulcro. Corre pues y viene a Simón Pedro y al otro discípulo a quien amaba Jesús, y les dice: Llevaron del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le pusieron. Salieron Pedro y el otro discípulo e iban al sepulcro. Corrían pues los dos juntos, y el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro, e inclinándose ve dejados los lienzos, y no entró. Llega pues Simón Pedro, siguiéndole, y entró en el sepulcro, y observa los lienzos puestos, y el sudario que estaba sobre la cabeza de él no con los lienzos, sino aparte, arrollado en un lugar. Entonces pues, entró también el otro discípulo quien vino primero al sepulcro, y vio y creyó, porque todavía no sabían la Escritura, que era menester que él se levantase de entre los muertos. Volvieron, pues, a casa los discípulos. Pero María estaba junto al sepulcro fuera llorando. Como pues lloraba, inclinóse hacia el sepulcro, y vio dos ángeles, vestidos de blanco, sentándose el uno a la cabeza y el otro a los pies donde había estado el cuerpo de Jesús. Y dícenle ellos: Mujer, ¿Por qué lloras? Díceles: Porque llevaron a mi Señor, y no sé dónde le pusieron. Habiendo dicho esto, volvióse atrás, y contempla a Jesús que estaba allí, y no sabía que era Jesús. Dícele Jesús: Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas? Ella, pensando que era el hortelano, dícele: Señor, si tú lo llevaste, dime dónde lo pusiste, y yo lo llevaré. Dícele Jesús: ¡María! Volviéndose ella, dícele: ¡Rabbouni, que quiere decir, ¡Maestro mío! Dícele Jesús: No me toques, pues aun no he subido a mi Padre. Ve a mis hermanos y diles: Subo al Padre mío y Padre vuestro y Dios mío, y Dios vuestro. Fué María, la de Magdala, a anunciar a los discípulos que había visto al Señor, y que estas cosas le dijo.
A éste Dios le despertó al tercer día, e hizo que se hiciese ver, no a todo el pueblo, sino a testigos designados por Dios, a nosotros que comimos y bebimos con él, después que se levantó de los muertos,
El Dios de la paz que ha traído de entre los muertos al gran Pastor de las ovejas con la sangre de una alianza eterna, a nuestro Señor Jesu-Cristo, os haga aptos en todo bien para hacer la voluntad de él, haciendo en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesu-Cristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
En efecto, os enseñé primeramente lo que también recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fué sepultado, que ha sido despertado en el tercer día según las Escrituras;
y dijoles que así está escrito, y así era menester que el Cristo padeciese y se levantase de entre muertos al tercer día,
Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no fué mostrado lo que seremos. Pero sabemos que cuando fuere manifestado, seremos semejantes a él, porque le veremos como es
De manera que si alguien es en Cristo nueva criatura, las cosas viejas pasaron, y he aquí se han hecho nuevas todas las cosas.
Si pues morimos con Cristo, creemos que también con él viviremos, sabiendo que despertado de entre los muertos, Cristo ya no muere; la muerte no se enseñorea de él.
Porque también Cristo una vez por los pecados padeció justo por injustos, para que nos introdujese a Dios, muerto en carne, vivificado en espíritu
Mujeres recobraron por resurrección a sus muertos, otros fueron puestos en el tormento, no aceptando el rescate para alcanzar mejor resurrección.
y hallado en condición como hombre abajóse a sí mismo, viniendo a ser obediente hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual también Dios lo sobreensalzó y dióle nombre que es sobre todo nombre,
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección. Sobre éstos la segunda muerte no tiene poder, mas serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y reinarán con él, mil años.
porque si siendo enemigos (Col. 1:21), reconciliados fuimos con Dios por la muerte de su hijo, mucho más, una vez reconciliados, seremos salvados en la vida de él.
si Cristo no ha sido despertado, vana entonces es nuestra predicación, vana también vuestra fe:
y cuál la sobrepujante grandeza de su potencia para nosotros los creyentes según la energía del vigor de su fuerza que desplegó en el Cristo, resucitándole de entre muertos, y sentándole a su diestra en los lugares celestiales
Y en efecto, si fué crucificado de flaqueza, mas vive de fuerza de Dios. Pues nosotros somos flacos en él, mas viviremos con él de fuerza de Dios para vosotros.
Esta es la voluntad del que me envió, que todo el que contempla al hijo y cree en él tenga vida eterna, y yo le levantaré en el día postrero.
y esperar de los cielos a su hijo que él despertó de entre los muertos, a Jesús que nos libra de la ira venidera.
que el Cristo debe padecer, que primero de los muertos a resucitar, debe anunciar la luz al pueblo y a las gentes.
¿Quién es el que condena? Cristo, el que murió, más bien que fué despertado de entre los muertos, que está a la diestra de Dios, que también intercede por nosotros.
Así también la resurrección de los cuerpos; se siembra en corrupción, se despierta en incorruptibilidad; se siembra sin honor, se despierta en gloria; se siembra en flaqueza, se despierta en potencia; se siembra cuerpo animal, se despierta cuerpo espiritual. Si hay cuerpo animal hay también espiritual.
Ved mis manos y mis pies, que yo mismo soy, palpadme y ved, porque un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo.
No os maravilléis de esto, porque viene hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz, y saldrán, los que hicieron el bien a resurrección de vida, y los que cometieron las cosas feas a resurrección de juicio.
Respondió Jesús, y díjoles: Destruid este templo y en tres días lo levantaré. Dijeron pues, los judíos: En cuarenta y seis años fué edificado este templo, ¿y tú en tres días lo levantarás? Mas él hablaba del templo de su cuerpo.
Sabiendo Pablo que el un partido era de saduceos, y el otro de fariseos, gritó en el Consejo: Varones hermanos, yo soy fariseo, hijo de fariseos; sobre la esperanza y resurrección de muertos yo soy juzgado.
Por esto el Padre me ama, porque yo pongo mi vida para de nuevo tomarla. Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Poder tengo para ponerla, poder tengo para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.
los que por él creéis en Dios que lo despertó de entre los muertos y le dio gloria, de manera que vuestra fe y esperanza sean en Dios.
Porque si hemos venido a ser una misma planta con él por la semejanza de su muerte, también lo seremos por la de la resurrección,
Si, pues, se predica que Cristo ha sido despertado de entre muertos ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo ha sido despertado;
y los sepulcros fueron abiertos, y muchos cuerpos de los santos que estaban durmiendo fueron despertados; y saliendo de los sepulcros, después del despertamiento de él, entraron en la santa ciudad, y aparecieron a muchos.
Entonces les abrió la mente para entender las Escrituras, y dijoles que así está escrito, y así era menester que el Cristo padeciese y se levantase de entre muertos al tercer día, y que fuese predicado en su nombre conversión y remisión de pecados a todas las naciones, comenzando desde Jerusalem.
Al que venciere le haré sentarse conmigo en mi trono, como yo también vencí, y me senté con mi Padre en su trono.
mas manifestada ahora por la aparición de nuestro salvador Jesu-Cristo que deshizo la muerte, y alumbró vida, e incorruptibilidad por el evangelio,
comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que fué llevado de nosotros, uno de éstos venga a ser con nosotros testigo de la resurrección de él.
mas no sólo ella, sino también nosotros mismos que tenemos las primicias del Espíritu gemimos en nosotros mismos, esperando por adopción la redención de nuestro cuerpo,
El Dios de nuestros padres despertó a Jesús a quien vosotros ejecutasteis, colgándole en un madero. A éste Dios lo ensalzó por jefe y salvador con su diestra (2:33) para dar a Israel conversión y remisión de pecados.- Y nosotros somos testigos de estos asuntos y el santo Espíritu que Dios dio a los que le obedecen.
Dícele Jesús: Porque me has visto has creído. Bienaventurados los que no vieron y creyeron.
Si, en efecto, muertos no se despiertan, tampoco Cristo ha sido despertado; si Cristo no está despertado, absurda es vuestra fe, todavía estáis en vuestros pecados.
teniendo esperanza en Dios, la cual también éstos mismos tienen, que ha de haber resurrección de justos y de injustos:
Respecto a la resurrección de los muertos ¿no leísteis lo que os fué dicho por Dios, en estas palabras: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivientes.
porque el Señor mismo con orden dada, con voz de arcángel y con trompeta de Dios descenderá desde el cielo, y los muertos en Cristo se levantarán primero.
Para eso, en efecto, Cristo murió y volvió a vivir, para que se enseñorease de muertos y vivientes.
No es siguiendo fábulas por arte compuestas, que os hicimos conocer la potencia y la presencia de nuestro Señor JesuCristo, sino como testigos oculares que fuimos hechos, de la majestad de aquel
quien transformará el cuerpo de nuestra humillación en uno semejante al cuerpo de su gloria según la energía del que puede sujetar a él también todas las cosas,
y como hemos llevado la imagen del terreno, llevaremos también la imagen del celeste.
Y después de decir esto, a voz fuerte clamó: Lázaro, ¡Acá fuera! Y salió el muerto, atados los pies y las manos con vendas, y su rostro estaba envuelto en un sudario. Díceles Jesús: Desatadle, y dejadle ir.
Así también está escrito (Gen. 2:7):'Vino a ser el primer hombre Adam alma viviente', el último Adam espíritu vivificante.
Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que debía ir a Jerusalem, y padecer muchas cosas de parte de los ancianos y escribas, y ser muerto, y al tercer día ser despertado.
Esta fué la tercera vez que fué manifestado Jesús a sus discípulos, después de ser despertado de los muertos.
Sepa, pues, certísimamentc toda la casa de Israel que Dios hizo Señor y Cristo a este Jesús que vosotros crucificasteis.
y otra vez, Isaías dice (11:10): Será la raíz de Jesé y el que se levanta para regir gentiles, y en él esperarán los gentiles. El Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz, en el creer, para que abundéis en la esperanza con fuerza de espíritu santo.
Así que, mis hermanos queridos, sed firmes, inconmovibles, abundando en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo no es vano en el Señor.
mas éste, habiendo ofrecido un solo sacrificio por pecados, a perpetuidad, se sentó a la diestra de Dios, esperando el fin hasta que estén puestos los enemigos de él por estrado de los pies de él,
En esto fué manifestado el amor de Dios en nosotros, en que ha enviado a su hijo, el unigénito, al mundo para que vivamos por él.
Como pues el Padre despierta a los muertos y los vivifica, así también el hijo a los que quiere vivifica.
He aquí vengo presto, y mi galardón conmigo para retribuir a cada uno, conforme a su obra. (Sal. 61 -13; Is. 40:10.)
Ocho días después, de nuevo estaban dentro sus discípulos, y Tomás con ellos. Viene Jesús, estando cerradas las puertas, y se puso en el medio y dijo: Paz a vosotros. Después dice a Tomás: Mete tu dedo acá y. ve mis manos, y trae tu mano y métela en mi costado, y no vengas a ser incrédulo, sino creyente. Y respondió Tomás y díjole: ¡Señor mío y Dios mío! Dícele Jesús: Porque me has visto has creído. Bienaventurados los que no vieron y creyeron.
Estando pues lleno de espíritu santo, poniendo los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la diestra de Dios, y dijo: He aquí contemplo los cielos abiertos y al hijo del hombre que está a la diestra de Dios.
Y acercándose Jesús les habló, diciendo: Me fué dado todo poder en el cielo y sobre la tierra.
El que descendió es el que también subió por encima de todos los cielos a fin de llenar todas las cosas,
y de parte de Jesu-Cristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, el Príncipe de los reyes de la tierra. Al que nos amó y nos lavó de nuestros pecados en su sangre;
mas aquél a quien Dios despertó no vio corrupción. Seaos, pues, notorio, varones hermanos, que por medio de éste os es anunciada la remisión de los pecados, y de todas cosas de las cuales no pudisteis en la ley de Moisés ser justificados, en éste es justificado todo el que cree.
y él es la cabeza del cuerpo, de la iglesia, el que es principio, primogénito de entre los muertos para que en todo él tenga el primado;
Y si me fuere y os preparare lugar, de nuevo vengo y os tomaré conmigo, para que donde estoy yo vosotros también estéis.
al contrario en cuanto participáis de los padecimientos del Cristo, alegraos, para que también en la revelación de su gloria, os alegréis, regocijándoos.
porque como en el Adam todos mueren, así también en el Cristo todos serán vivificados.
para que como reinó en la muerte el pecado, así también reinase la gracia por justicia para vida eterna por Jesu-Cristo nuestro Señor.
Por lo demás me está reservada la corona de la justicia que me dará el Señor en aquel día, el justo Juez, no sólo a mí, sino también a todos los que han amado su manifestación.
y siendo nosotros muertos por las faltas nos vivificó con el Cristo (por gracia habéis sido salvados), y nos resucitó y nos sentó con él en los lugares celestiales en Cristo Jesús,
Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Ya no habrá más muerte, ni llanto, ni grito, ni pena habrá más, porque las primeras cosas pasaron.
y hay la salud en ningún otro, ni otro nombre hay puesto debajo del cielo, dado entre hombres, por el cual debemos ser salvados.
enseñándoles a guardar todo cuanto os mandé, y he aquí, yo estoy con vosotros hasta la consumación del siglo.
pero al que ha sido hecho un poco menor que ángeles vemos a Jesús, por el padecimiento de la muerte, coronado de gloria y honra para que, gracia a Dios, sea en favor de todo hombre que gustase la muerte.
Si pues por la falta del uno, la muerte reinó por el uno, mucho más los que reciben la sobrepujanza de la gracia y del don de la justicia, en vida reinarán por el uno, Jesu-Cristo.
siempre llevando en el cuerpo la mortificación de Jesús para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestro cuerpo,
Con Cristo he sido crucificado. Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. Lo que ahora vivo en carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Cuando pues le hubiere sujetado todas las cosas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó todas las cosas, a fin de que sea Dios todo en todos.
Quien tiene oído oiga lo que dice el Espíritu a las iglesias. Al que venciere le daré a comer del árbol de la vida que está en el Paraíso de Dios (c. 22:14, 19).
y este es el testimonio, que Dios nos dio vida eterna, y esta vida está en su hijo. El que tiene al hijo tiene la vida: el que -no tiene al hijo de Dios no tiene la vida.
después el fin cuando entregará «1 reino al Dios y Padre, cuando habrá destruido todo principado y toda autoridad y potencia.
Mas el Dios de toda gracia que nos llamó a su eterna gloria en Cristo Jesús, después que hubiereis padecido un poco de tiempo, os perfeccionará, sostendrá, fortalecerá, consolidará.
a los cuales también, después de padecer, se presentó vivo en muchas pruebas, por cuarenta días apareciéndoles y hablando del reino de Dios.
en cerrar y abrir de ojos, en la última trompeta, porque tocará y los muertos serán despertados incorruptibles, y nosotros seremos transforma dos, porque es menester que esto corruptible se revista de in corruptibilidad y esto mortal se revista de inmortalidad;
mas recibiréis fuerza, al venir sobre vosotros el santo Espíritu, y me seréis testigos en Jerusalem, en toda la Judea y en Samaria y hasta lo último de la tierra.
Y entonces aparecerá la señal del hijo del hombre en el cielo, y entonces se golpearán el pecho todas las tribus de la tierra, y verán al hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gloria grande; y enviará sus ángeles con trompetas de gran voz, y congregarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el un cabo de los cielos hasta el otro.
Siendo pues tarde, en aquel día, el primero de la semana, y estando cerradas las puestas donde estaban los discípulos reunidos por temor a los judíos, vino Jesús, y púsose en el medio, y díceles: Paz a vosotros. Y dicho esto, mostróles sus manos y el costado. Se regocijaron, pues, los discípulos, viendo al Señor.
porque no nos puso Dios para ira, sino para posesión de la salvación por nuestro Señor Jesu-Cristo que murió por nosotros, a fin de que, sea que velemos, sea que durmamos, juntamente con él vivamos.
y entrando no hallaron el cuerpo. Y aconteció al estar ellas perplejas acerca de este (cuerpo) he aquí dos varones se les presentaron en vestiduras resplandecientes (Hech. 1:10). Siendo ellas asustadas e inclinando el rostro a tierra, ellos le dijeron: ¿Por qué buscáis al viviente con los muertos? No está aquí, mas fué despertado. Acordaos cómo os habló, estando aún en la Galilea, diciendo que es menester que el hijo del hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, sea crucificado y al tercer día se levante. Y se acordaron de las palabras de él,
Y por eso es mediador de testamento nuevo, para que venida la muerte para la redención de los pecados cometidos bajo el primer testamento, reciban los llamados la mesa de la eterna herencia.
y aun somos hallados falsos testigos de Dios, porque testificamos contra Dios que él despertó al Cristo, al cual no despertó, si en verdad muertos no se despiertan.
porque a los que antes conoció también los predeterminó a ser semejantes a la imagen de su hijo, de suerte que él sea primogénito entre muchos hermanos
y por todos murió para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para aquél que por ellos murió, y fué despertado.
En efecto moristeis, y vuestra vida está escondida con el Cristo en Dios. Cuando el Cristo fuere manifestado, él que es vuestra vida, entonces vosotros también con él seréis manifestados en gloria.
Estimo, en efecto, que los padecimientos del tiempo presente no son comparables con la venidera gloria que debe ser revelada para nosotros.
Y me dijo: Hecho es. Yo soy el alfa y la omega, el principio y el fin. Y al que tiene sed, daré de la fuente del agua de la vida gratuitamente.
porque no me avergüenzo del evangelio porque es potencia de Dios para salvación a todo el que cree, a judío primeramente y a griego,
porque juzgué no saber otra cosa entre vosotros sino a Jesucristo y a éste crucificado.
A aquel que puede sobre todo hacer excesivamente más de lo que pedimos o pensamos según el poder que se desarrolla en nosotros, a él la gloria en la iglesia por Cristo Jesús para todas las edades del siglo de los siglos. Amén.
que guardes inmaculado e irreprochable el mandamiento hasta la manifestación de nuestro Señor Jesu-Cristo, la cual, en tiempos propios, mostrará el bienaventurado y único soberano, el Rey de los que reinan y Señor de los que señorean, el solo que tiene inmortalidad, que habita luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver, a quien sea honra y potencia eterna. Amén.
porque siempre nosotros los que vivimos estamos entregados a muerte por Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal,
Me librará el Señor de toda obra mala y me salvará para su reino celestial al cual sea la gloria por los siglos de los siglos, Amen.
Por eso al recibir un reino inconmovible tenemos gracia con que tributamos culto agradable a Dios con respeto y temor,
Al que puede guardaros impecables y presentaros delante de su gloria irreprensibles con alegría, a solo sabio Dios salvador de nosotros, gloria y grandeza, imperio y potencia y ahora y para todos los siglos. Amén.
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