Y en aquel día a mí nada me preguntaréis. En verdad, en verdad os digo que lo que pidiereis al Padre en mi nombre, os lo dará.
Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os acusan falsamente y persiguen.
Y fijando los ojos en él y espantado, dijo: ¿Qué hay, Señor? Y díjole: Tus oraciones y tus limosnas subieron en memorial delante de Dios;
Pedro pues estaba custodiado en la cárcel, mas se hacía ferviente oración a Dios por la iglesia en favor de él.
Si permaneciereis en mí y mis palabras permanecieren en vosotros, lo que queráis, lo pediréis, y os será hecho.
cooperando vosotros también por nosotros en la oración, para que de muchas personas el beneficio para nosotros por muchos sea agradecido por nosotros.
El Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz, en el creer, para que abundéis en la esperanza con fuerza de espíritu santo.
No sois vosotros que me elegisteis, sino yo os elegí; y os puse para que vosotros vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca, para que cualquier cosa que pidiereis en el nombre mío al Padre os la dé.
Jesús les dijo: Por vuestra falta de fe. En verdad pues os digo: Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Múdate de aquí allá, y se mudaría, y nada os será imposible.
y si sabemos que nos oye en cualquiera cosa que pidiéremos, sabemos que tenemos los pedidos que hemos pedido de él.
Por medio de él pues ofrezcamos siempre a Dios sacrificio de alabanza, esto es, fruto de labios que confiesen su nombre (Lev. 7:12).
En efecto no recibisteis espíritu de esclavitud otra vez para temor, mas recibisteis espíritu de adopción de hijos en que llamamos a voces: Abba, padre.
A aquel que puede sobre todo hacer excesivamente más de lo que pedimos o pensamos según el poder que se desarrolla en nosotros,
Velad, pues, en todo tiempo, orando que seáis juzgados dignos de escapar a todas estas cosas que han de venir, y de estar en pie delante del hijo del hombre.
Confesaos pues los unos a los otros las faltas, y orad los unos por los otros para que seáis sanados. Mucho puede una oración del justo con fervor.
Lleguémonos pues con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia y hallemos gracia para oportuno socorro.
Decíales también una parábola en vista que es menester orar en todo tiempo y no desfallecer
Y cualquier cosa que pidiereis en mi nombre, esto lo haré para que sea glorificado el Padre en el hijo. Si algo pidiereis en mi nombre esto haré.
porque los ojos del Señor sobre los justos y sus oídos atentos a sus oraciones, pero el rostro del Señor contra los que hacen mal.
Velad y orad para que no entréis en tentación. El espíritu está pronto, mas la carne es débil.
Por nada os acongojéis, mas en todo por la oración y la súplica con acción de gracia, haced conocer a Dios vuestras peticiones.
Y ésta es la libertad que tenemos para con él, que si algo pedimos según su voluntad, él nos oye, y si sabemos que nos oye en cualquiera cosa que pidiéremos, sabemos que tenemos los pedidos que hemos pedido de él.
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrando la puerta, ora a tu Padre en lo secreto, y tu Padre que ve en lo secreto te lo devolverá en lo público (Cf. 10:27).
y sin fe es imposible agradarle porque es menester que el que se allega a Dios crea que existe, y que él es remunerador a los que lo buscan.
Y cuando ellos hubieron orado, fué sacudido el lugar en que estaban congregados y fueron llenados todos de espíritu santo, y hablaban la palabra de Dios con franqueza.
y lo que pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos lo que es agradable delante de él.
Aconteció en aquellos días que salió al monte a orar, y estaba pasando la noche en la oración a Dios.
Ruégoos, pues, hermanos, por nuestro Señor Jesu-Cristo y por el amor del Espíritu que luchéis conmigo, en las oraciones por mí a Dios
Si alguno de vosotros carece de sabiduría, pídala a Dios que da a todos liberal-mente y sin reprochar, y le será dada.
De nuevo os digo que si dos de vosotros se convinieren en la tierra sobre cualquier asunto que pidieren, les será hecho de parte de mi Padre que está en los cielos.
Asimismo el Espíritu también ayuda a nuestra flaqueza. Qué pues hemos de pedir, como se debe, no lo sabemos, mas él, el Espíritu, intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Exhorto, pues, sobre todo a que se hagan oraciones, súplicas, peticiones y acciones de gracias, por todo hombre,
Mas a la media noche Pablo y Silas orando cantaban himnos a Dios, y los escuchaban los presos.
porque sé que todo esto vendrá a parar a mi salvación por vuestra oración, y la asistencia del espíritu de Jesu-Cristo,
lleguémonos con verdadero corazón en plena certidumbre de fe, siendo rociados (») los corazones de conciencia mala, y lavado el cuerpo con agua limpia,
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