Toda Escritura divinamente inspirada es también útil para instrucción, para reprensión, para corrección, para educación en justicia, para que el hombre de Dios sea apto, bien preparado a toda obra buena.
Pero sed hacedores de la palabra, y no oidores solamente, engañándoos a vosotros mismos,
Por tanto, a todo el que oye estas palabras mías, y las pone por obra, se asemejará a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca,
Mas él respondiendo dijo: Escrito está (Deut. 8:3): No de pan sólo vivirá el hombre, sino de toda palabra que salga por la boca de Dios.
Si permaneciereis en mí y mis palabras permanecieren en vosotros, lo que queráis, lo pediréis, y os será hecho.
La palabra del Cristo habite en vosotros ricamente en toda sabiduría, enseñándoos y amonestándoos a vosotros mismos con. salmos, himnos y canciones espirituales con gracia cantando con vuestros corazones a Dios.
Y respondiendo el centurión, dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techo, mas solamente dilo de palabra y será sanado mi criado,
Os digo que de todo improperio que hablaren los hombres, darán cuenta en día de juicio. Por tus palabras pues serás justificado y por tus palabras serás condenado.
Id pues, haced discípulos a todas las gentes, bautizándoles en el nombre del Padre y del Hijo y del Santo Espíritu, enseñándoles a guardar todo cuanto os mandé, y he aquí, yo estoy con vosotros hasta la consumación del siglo.
En verdad, en verdad os digo que el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene vida eterna, y no viene a juicio, sino que ha pasado de la muerte a la vida.
El espíritu es el que vivifica, la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
Decía pues Jesús a los que en él habían creído: Si vos otros permanecéis en mi palabra, sois verdaderamente mis discípulos, y conoceréis la verdad y la verdad os libertará.
Y cuando ellos hubieron orado, fué sacudido el lugar en que estaban congregados y fueron llenados todos de espíritu santo, y hablaban la palabra de Dios con franqueza.
Y la palabra de Dios crecía, y se multiplicaba el número de los discípulos en Jerusalem de modo extraordinario, y gran multitud de sacerdotes obedecía a la fe.
porque no me avergüenzo del evangelio porque es potencia de Dios para salvación a todo el que cree, a judío primeramente y a griego,
mas ¿qué dice (Deut. 30:11-14)?: Cercana a ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, esto es la palabra de la fe que predicamos.
Porque cuanto fué antes escrito, para nuestra enseñanza fué escrito, para que por la paciencia y la consolación de las Escrituras tengamos la esperanza.
Porque la palabra de la cruz a los perdidos es locura, mas a los salvados, a nosotros, es poder de Dios,
y mi palabra y mi predicación no fué con persuasivas palabras de sabiduría, sino con demostración de espíritu y poder, para que vuestra fe no sea en sabiduría de hombres, sino en poder de Dios.
y por el cual también sois salvados, si en tal palabra que os lo anuncié lo retenéis, a menos que en vano creísteis.
Porque no somos como los muchos que falsifican la palabra de Dios, sino como con sinceridad, sino como de Dios, delante de Dios hablamos en Cristo.
mas repudiamos los secretos de la vergüenza, no caminando con astucia, ni adulterando la palabra de Dios, sino con la manifestación de la verdad recomendándonos a nosotros mismos a toda conciencia humana delante de Dios.
en quien también vosotros, escuchando la palabra de la verdad, el evangelio de la salvación de vosotros, en el cual también creyendo fuisteis sellados con el espíritu de la promesa, el santo
reteniendo la palabra de vida para alabanza a mí en el día de Cristo de que no en vano corrí, ni en vano trabajé.
a causa de la esperanza que os está reservada en los cielos, la cual antes oísteis en la palabra de la verdad del Evangelio,
por eso también nosotros damos incesantemente gracias a Dios, porque habiendo recibido la palabra de Dios, oída de nosotros, la aceptasteis, no por palabra de hombres, sino como lo es verdaderamente, por palabra de Dios, que también obra en vosotros los creyentes.
Procura presentarte a Dios aprobado, obrero no avergonzado, trazando bien la palabra de la verdad.
y que desde la infancia supiste las sagradas Letras que pueden hacerte sabio para la salvación por fe que es en Cristo Jesús.
adherente de la fiel palabra según la doctrina, para que sea capaz también de exhortar en la sana instrucción y convencer a los que contradicen;
el que, siendo reflejo de la gloria e imagen de la persona de él, llevando todas las cosas con la palabra de la potencia de él, habiendo hecho por sí mismo purgación de pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en las. alturas,
Por fe entendemos que fueron compuestos los siglos por palabra de Dios de suerte que no sea de cosas que parecen que las que se ven han sido hechas.
Acordaos de vuestros conductores que os hablaron la palabra de Dios, de los cuales, considerando el éxito de la conducta imitad la fe.
Por haberlo querido nos dio luz por la palabra de verdad para que seamos algunas primicias de sus criaturas.
Por esto dejando toda inmundicia y exceso de maldad, recibid con mansedumbre la palabra ingerida que puede salvar vuestras almas.
Así también la lengua es pequeño miembro, y se jacta de grandes cosas. Ved que tal fuego ¡cuál bosque enciende! Y la lengua es luego, el mundo de la injusticia; la lengua se constituye en nuestros miembros, la que mancha el cuerpo entero e inflama el curso de la vida y es inflamada por el fuego infernal.
regenerados no de simiente corruptible sino de incorruptible, por la palabra viva de Dios y permanente. Porque toda carne como hierba y toda gloria de ella como flor de hierba. Secóse la hierba y su flor se cayó, pero la palabra del Señor permanece para siempre ; ésta es la palabra que fué anunciada a vosotros.
como niños recién nacidos, apeteced la leche espiritual, no adulterada para que por ella crezcáis
Si alguno habla, que sea como palabras de Dios; si alguno sirve, que sea como por virtud que suministra Dios, para que en todo sea glorificado por Jesu-Cristo el Dios a quien es la gloria y la potencia por los siglos de los siglos. Amén.
Y tenemos más segura la palabra profética a la cual bien hacéis de prestar atención como a lámpara que alumbra en lugar obscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana c levante en vuestros corazones (Apoc. 2'-28; 22-16). Esto primero entendiendo, que toda profecía de la Escritura no viene de propia resolución, porque no es por voluntad de hombre que antes fué traída una profecía, mas movidos por espíritu santo hablaron los santos hombres de Dios.
Se les escapa pues a los que quieren esto, que los cielos eran de antigüedad, y la tierra de agua y por agua subsistente mediante la palabra de Dios, por lo cual el mundo de entonces, anegado en agua, pereció; mas los cielos de ahora y la tierra se han conservado por la misma palabra, reservados al fuego para el día de juicio y de perdición de los hombres impíos.
Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y lo que palparon nuestras manos, acerca del Verbo de la vida,
os escribí, padres, porque habéis conocido al que es desde el principio; os escribí, jóvenes, porque sois fuertes, y que la palabra de Dios en vosotros mora y que habéis vencido al malo.
Y ésta es la libertad que tenemos para con él, que si algo pedimos según su voluntad, él nos oye, y si sabemos que nos oye en cualquiera cosa que pidiéremos, sabemos que tenemos los pedidos que hemos pedido de él.
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca.
Sé tus obras. He aquí he puesto delante de ti una puerta abierta que nadie puede cerrar, porque tienes un poco de fortaleza y guardaste mi palabra, y no negaste mi nombre.
y ellos le vencieron a causa de la sangre del Cordero y a causa de la palabra de su testimonio, y no amaron su vida hasta la muerte (Juan 12:25).
y está envuelto en un manto teñido en sangre y está llamado por su nombre: el Verbo de Dios.
Mas el sembrado en la buena tierra es éste que oye la palabra y la entiende, el que lleva fruto y hace uno ciento, otro sesenta, otro treinta.
Y aquéllos, saliendo, predicaron por todas partes, obrando con ellos el Señor, y confirmando la palabra por las señales que la acompañaban. I
Respondió Jesús y dijoles: Si alguno me ama, guardará mi palabra y mi Padre le amará, y a él vendremos y haremos en él morada.
En efecto, la palabra de Dios es viva y eficaz y más incisiva que toda espada de dos filos y penetrante hasta la división del alma y del espíritu, de coyunturas y médulas, y es juez de sentimientos y pensamientos del corazón,
regenerados no de simiente corruptible sino de incorruptible, por la palabra viva de Dios y permanente.
En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba cerca a Dios y el Verbo era Dios. Este estaba en el principio cerca a Dios. Todo por medio de él se hizo, y fuera de él, no se hizo ninguna cosa de lo que ha sido hecho.
Y el Verbo vino a ser carne, y habitó entre nosotros, y contemplamos la gloria de él, como la gloria de unigénito de padre, lleno de gracia y de verdad (Ex. 34:6).
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