Jesús les dijo: Por vuestra falta de fe. En verdad pues os digo: Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Múdate de aquí allá, y se mudaría, y nada os será imposible.
En efecto por la gracia habéis sido salvados por la fe, y esto no de vosotros, es el don de Dios,
Pídala pues con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a la ola del mar, levantada y agitada por el viento.
porque justicia de Dios en él se revela de fe en fe, como está escrito (Hab. 2:4): El justo de fe vivirá.
Con Cristo he sido crucificado. Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí. Lo que ahora vivo en carne, lo vivo en la fe del hijo de Dios que me amó y se entregó a sí mismo por mí.
y sin fe es imposible agradarle porque es menester que el que se allega a Dios crea que existe, y que él es remunerador a los que lo buscan.
al cual, sin haberlo visto, amáis, en el cual, ahora no viéndole, pero creyendo, os regocijáis con gozo inefable y glorificado,
alcanzando el fin de vuestra fe, la salvación de las almas,
mas cuanto a la promesa de Dios no vaciló por la desconfianza, sino que fué confortado en la fe, dando gloria a Dios
y bien persuadido de que lo que ha prometido él poderoso es para hacer.
porque todo lo engendrado de Dios vence al mundo, y ésta es la victoria que venció al mundo, la fe de nosotros.
Justificados, pues, por fe tenemos paz con Dios por nuestro Señor Jesu-Cristo
por quien hemos tenido el acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos, y nos alabamos en esperanza de la gloria de Dios.
Jesús volviéndose y viéndola, dijo: Ten animó, hija. Tu fe te ha salvado, y fué sanada la mujer desde aquella hora.
El Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz, en el creer, para que abundéis en la esperanza con fuerza de espíritu santo.
Que por ley nadie es justificado para con Dios es evidente, porque el justo de fe vivirá (Hab. 2:4).
mirando al príncipe y consumador de la fe, a Jesús que, en cambio del gozo que le estaba propuesto, sufrió una cruz, no haciendo caso de la vergüenza, y a la diestra del trono de Dios se sentó (c. 8/-1).
lucha la buena lucha de la fe, echa mano de la vida eterna a la cual fuiste llamado e hiciste la bella profesión delante de muchos testigos.
Cuando entró en la casa, se llegaron a él los ciegos. Y díceles Jesús: ¿Creéis que puedo hacer esto? Dícenle: Sí, Señor.
Entonces les tocó los ojos, diciendo: Según vuestra fe os sea hecho.
y la oración de la fe salvará al enfermo y lo levantará el Señor. Y si hubiere hecho pe cados, le serán perdonados.
sobre todo tomando el escudo de la fe con que podréis apagar todos los dardos encendidos del Malo,
no que nos enseñoreemos de vuestra fe, sino que somos cooperadores de vuestro gozo; porque en la fe, estáis firmes.
mas al que no trabaja, pero confía en el que justifica al impío, se le imputa su fe a justicia.
por cuya causa padezco también estas cosas, mas no me avergüenzo, porque sé a quien he creído y estoy persuadido que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.
Y cualquier cosa que pidiereis en mi nombre, esto lo haré para que sea glorificado el Padre en el hijo.
Si algo pidiereis en mi nombre esto haré.
Y ¿qué más digo? porque me faltará el tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Samsón, Jefté, David y Samuel y los profetas
que con fe subyugaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, cerraron bocas de leones,
apagaron fuerza de fuego,, huyeron del filo de la espada, fueron restablecidos de enfermedad, fueron hechos fuertes en guerra, derrotaron campamentos de extraños.
Entonces Jesús le respondió: ¡Oh mujer!, grande es tu fe. Séate hecho como quieres. Y fué sanada su hija desde aquella hora.
De nuevo os digo que si dos de vosotros se convinieren en la tierra sobre cualquier asunto que pidieren, les será hecho de parte de mi Padre que está en los cielos.
Donde pues están dos o tres congregados a. mi nombre, allí estoy en medio de ellos.
Pero teniendo el mismo espíritu de la fe según lo escrito (Salmo 116 10):'Creí, por lo cual hablé', nosotros también creemos, por lo cual también hablamos,
Por la gracia que me fué dada, digo pues a todo hombre que está entre vosotros, de no presumir de lo que debe pensar, sino pensar a pensar cuerdamente, cada uno como Dios le repartió medida de f e.
con tal que permanezcáis en la fe, bien fundados y firmes, y sin ser removidos de la esperanza del evangelio que oísteis, el cual fué predicado en toda la creación que hay debajo del cielo, cuyo ministro' yo Pablo vine a ser.
Y en efecto os ha sido anunciado lo mismo que a aquellos, mas no les aprovechó la palabra que oyeron a aquellos por no ser mezclada con la fe en los que la oyeron.
Y dijoles: ¿Dónde está vuestra fe? Atemorizados, se maravillaron, diciendo los unos a los otros: ¿Quién es éste que aun a los vientos y al agua manda, y le obedecen?
Porque si confesares con tu boca Señor a Jesús, y creyeres en tu corazón que Dios lo despertó de entre los muertos, serás salvado,
Porque sabemos que si nuestra terrestre habitación en la tienda fuese destruida, tenemos de Dios un edificio, habitación no hecha de manos, eterna en los cielos,
Si pues a la hierba del campo que hoy es, y mañana es echada en el horno, Dios así la envuelve, ¿no mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
Porque hemos sido participantes del Cristo, si al menos retenemos firme hasta el fin el principio de la confianza,
teniendo fe y buena conciencia, la cual echando de sí, algunos hicieron naufragio acerca de la fe,
En fe murieron todos éstos, sin haber recibido las promesas, mas viéndolas y saludándolas de lejos y confesando que son extranjeros y forasteros sobre la tierra,
porque en Cristo Jesús ni circuncisión vale algo, ni incircuncisión, sino fe activa por amor.
Ahora pues quedan fe, esperanza y amor, tres cosas éstas, pero la mayor de éstas es el amor.
sabemos pues que a los que aman a Dios, todo concurre en bien a los que, según propósito, son llamados
teniendo esta confianza que el que comenzó en vosotros una obra buena la llevará a cabo hasta el cha de Jcsu-Cristo,
No os ha tomado tentación sino humana, pero fiel es Dios que no os dejará ser tentados sobre lo que podéis, antes con la tentación dará también la salida para que podáis sobrellevarla.
Y venidos ellos a la multitud, acercóse a Jesús un hombre arrodillándose delante de él
y diciendo: Señor compadécete de mi hijo, porque es alunado y padece mucho, pues muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua
y le he presentado a tus discípulos, y no pudieron curarle.
Jesús respondió: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo os soportaré? Traédmelo acá.
Y Jesús le increpó, y salió de él el demonio, y fué curado el muchacho desde aquella hora.
Entonces acercándose a Jesús, los discípulos aparte le dijeron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle?
Jesús les dijo: Por vuestra falta de fe. En verdad pues os digo: Si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Múdate de aquí allá, y se mudaría, y nada os será imposible.
Fe es base de cosas que se esperan, convicción de cosas que no se ven,
pues por ésta fueron aprobados los ancianos.
En efecto por la gracia habéis sido salvados por la fe, y esto no de vosotros, es el don de Dios,
no de obras para que nadie se alabe,
¿Qué, pues, dice la Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fué imputado justicia (Gen. 15:6).
No sólo eso sino que también nos alabamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia
y la paciencia experiencia y la experiencia esperanza;
prosigo hacia la meta para el premio de la superior vocación de Dios en Cristo Jesús.
Por fe también Sara misma recibió fuerza para concepción de la simiente y fuera de edad, puesto que creyó fiel al que prometió (Gen. 18'-11).
mas sabiendo que no es justificado un hombre por obras de ley, sino por la fe de Jesu-Cristo, nosotros también en Cristo Jesús creímos para que fuésemos justificados por fe de Cristo, y no por obras de ley, puesto que por obras de ley no será justificada carne alguna. (Sal. 143:2).
Traed, pues, a la memoria anteriores días en que alumbrados (6-4) sostuvisteis gran lucha de padecimientos,
y esto expuestos a injurias y tribulaciones, y esto hechos partícipes de los que estaban así tratados;
y en efecto os compadecisteis de mis prisiones y aceptasteis con gozo el rapto de vuestros haberes, sabiendo que tenéis mejor hacienda en los cielos y permanente.
pero el que duda si comiere es condenado porque no viene de fe. Y todo lo que no viene de fe es pecado.
porque si en la carne estoy ausente, con el espíritu estoy con vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en Cristo.
para nosotros quienes, en fuerza divina, somos guardados por fe para la salvación pronta a ser revelada en tiempo postrero,
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo de buen nombre, si hay virtud alguna, si alguna alabanza, sea objeto de vuestro pensamiento.
Por eso os digo: No os acongojéis por vuestra vida, qué comeréis y qué beberéis, ni por vuestro cuerpo, de qué os vestiréis. ¿No es la vida más que el alimento y el cuerpo que el vestido?
Mirad las aves del cielo, no siembran ni siegan, ni allegan en graneros, y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas?
Sea sin avaricia el trato, satisfechos con lo presente, porque El ha dicho (Deut. 31:6-8): No te dejaré, no te abandonaré.
mas cuanto a la promesa de Dios no vaciló por la desconfianza, sino que fué confortado en la fe, dando gloria a Dios
Y ésta es la libertad que tenemos para con él, que si algo pedimos según su voluntad, él nos oye,
Juzgué necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de armas, y vuestro mensajero y asistente de mi necesidad,
puesto que estaba suspirando por todos vosotros y en angustia, porque oísteis que estuvo enfermo;
y en efecto estuvo enfermo a la muerte, mas Dios tuvo misericordia de él, no sólo de él sino también de mí, para que yo no tuviese tristeza sobre tristeza.
Con tanto mayor diligencia pues lo envié para que al verlo de nuevo os regocijéis, y yo esté menos triste.
Acogedlo pues en el Señor con todo gozo, y a los tales tenedlos en estima,
porque por la obra de Cristo llegó hasta la muerte, exponiendo su vida a fin de suplir vuestra falta en mi servicio.
Por tanto nosotros también, teniendo tan grande nube de testigos que nos envuelve, dejando toda carga y el pecado ambiente, con paciencia corramos la carrera, que nos es propuesta,
entendiendo que lo probado de vuestra fe obra constancia,
y la constancia tenga obra perfecta, para que seáis perfectos y cumplidos, en nada faltando.
Vosotros sois de Dios, hijitos, y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.
Oyéndolo, Jesús se maravilló, y dijo a los que seguían: De cierto os digo que ni en Israel hallé tanta fe.
El Dios de la paciencia y de la consolación os dé sentir lo mismo los unos con los otros según Cristo Jesús,
para que unánimemente con una sola boca glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesu-Cristo.
ni lo alto, ni lo profundo, ni otra criatura podrá apartarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Mas el Dios de toda gracia que nos llamó a su eterna gloria en Cristo Jesús, después que hubiereis padecido un poco de tiempo, os perfeccionará, sostendrá, fortalecerá, consolidará.
Y la paz de Dios que sobrepuja todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Mas la Escritura lo encerró todo bajo el pecado, para que la promesa que depende de la fe de Jesu-Cristo fuese dada a los creyentes.
Fiel es Dios por quien fuisteis llamados a la comunión de su hijo Jesu-Cristo nuestro Señor.
Al instante, extendiendo la mano, Jesús le asió y le dice: ¡Hombre de poca fe!, ¿por qué dudaste?