Regocíjense en la esperanza, permanezcan firmes en la aflicción, persistan en la conversación con Dios,
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Quien según su gran misericordia causó que renaciéramos para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
Yavé es mi Fortaleza y mi Escudo. Confió mi corazón en Él Y fui ayudado, Por lo cual se regocija mi corazón. Lo alabaré con mi canto.
¡Yavé, Roca mía y Castillo mío, y mi Libertador! ʼElohim mío y Fortaleza mía, en Quien me refugio, Mi Escudo y mi Cuerno de salvación, mi alta Torre.
La esperanza no decepciona, porque el amor de Dios se derramó en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos dio.
Porque Sol y Escudo es Yavé ʼElohim, Gracia y gloria da Yavé. No retendrá el bien a los que andan en integridad.
El que mora al abrigo del ʼElyón Morará bajo la sombra del Shadday.
No te vendrá mal, Ni alguna plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará con respecto a Ti, Que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás. Pisotearás al cachorro de león y al dragón.
Me amó, Por tanto Yo lo libraré. Lo pondré en alto, Porque conoció mi Nombre.
Me invocará Y Yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré.
Lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación.
Diré yo a Yavé: ¡Refugio mío y Fortaleza mía, Mi ʼElohim, en Quien confío!
Porque en esperanza fuimos salvos, pero la esperanza que se ve no es esperanza, porque ¿qué espera el que ve?
¡Estén siempre gozosos!
Hablen con Dios sin cesar.
Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.
el cual tenemos como ancla firme y segura del alma, y que entra hasta lo que está en el interior del velo,
El Dios de toda gracia, Quien los llamó a su gloria eterna en Cristo, después que padezcan un poco, Él mismo los perfeccionará, confirmará, fortalecerá y establecerá.
Por tanto, no desfallecemos. Más bien, aunque nuestro aspecto exterior es desgastado, sin embargo, el interior es renovado de día en día.
¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera a ʼElohim, porque aún lo alabaré. ¡Por la ayuda de su presencia!
De manera que decimos confiadamente: El Señor es mi Ayudador, no temeré. ¿Qué podrá hacerme un ser humano?
Hijitos, ustedes son de Dios, y lo vencieron, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.
Oh Yavé, ten misericordia de nosotros. En Ti fijamos nuestra esperanza. Sé nuestra fortaleza cada mañana. Sé también nuestra salvación en el tiempo de aflicción.
El mismo Señor nuestro, Jesucristo, y Dios nuestro Padre, Quien nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
consuele y confirme sus corazones en toda obra y buena palabra.
Por tanto, mis hermanos amados, estén firmes e inconmovibles. Abunden en la obra del Señor siempre y entiendan que su trabajo en el Señor no es vano.
Enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá muerte. No habrá llanto, ni clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron.
Pero esfuércense ustedes y no desmayen sus manos, porque hay recompensa para su labor.
Paz les dejo. Les doy mi paz. Yo no se la doy como el mundo la da. No se atribule ni se atemorice su corazón.
Ésta es la confianza que tenemos ante Él: Que cuando pidamos algo conforme a su voluntad, nos escucha.
En mi angustia invoqué a Yavé, Clamé a mi ʼElohim, Y Él oyó mi voz desde su Templo. Mi clamor delante de Él llegó a sus oídos.
Por tanto confiésense los pecados unos a otros, y hablen con Dios los unos por los otros para que sean sanados. La súplica del justo cuando obra eficazmente puede mucho.
Mi cuerpo y mi corazón desfallecen, Pero ʼElohim es la Fuerza de mi corazón Y mi Porción para siempre.
Hermanos, yo mismo no considero haberlo alcanzado, pero una cosa hago: al olvidarme ciertamente de las cosas de atrás y extenderme hacia adelante,
prosigo hacia la meta, hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Pero en todas estas cosas ganamos la más gloriosa victoria por medio de Aquel que nos amó.
Fijemos nuestros ojos en Jesús, el Autor y Perfeccionador de la fe, Quien despreció el oprobio, sufrió la cruz y se sentó a la derecha del trono de Dios, porque sabía el gozo que tenía delante de Él.
Yo soy, Yo soy Quien los consuela. ¿Quién eres tú para que temas al hombre que es mortal, al hijo de hombre que es como pasto seco?
y recordamos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro la obra de su fe, el trabajo del amor, y la perseverancia en la esperanza de nuestro Señor Jesucristo.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia.
Como un padre tiene compasión de sus hijos, Así Yavé tiene compasión de los que le temen.
Por tanto, Yavé espera para otorgarles gracia. Por eso se levanta para compadecerse de ustedes, porque Yavé es ʼElohim justo. ¡Inmensamente felices todos los que esperan en Él!
La esperanza que tarda es tormento del corazón, Pero árbol de vida es el deseo cumplido.
Porque Yo sé los designios que tengo para ustedes, dice Yavé, designios de bienestar y no de mal, a fin de darles porvenir y esperanza.
Yavé será un refugio, una torre alta para el oprimido, Un baluarte y fortaleza en tiempos de angustia.
Porque Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
No solo esto, sino también celebramos las aflicciones, pues sabemos que la aflicción produce paciencia,
y la paciencia, carácter aprobado, y el carácter aprobado, esperanza.
No temas, porque Yo estoy contigo. No desmayes, porque Yo soy tu ʼElohim que te esfuerzo. Te ayudaré siempre. Te sostendré siempre con la mano derecha de mi justicia.
Sean sus costumbres sin avaricia. Estén satisfechos con lo que tienen, porque Él mismo dijo: Que de ningún modo te abandone. Que de ningún modo te desampare.
¿No te lo ordené Yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni desmayes, porque Yavé tu ʼElohim está contigo dondequiera que vayas.
No los atrapó alguna tentación que no sea humana. Fiel es Dios, Quien no dejará que sean tentados más de lo que puedan soportar. Y junto con la tentación proveerá la salida para que puedan resistir.
Les he dicho esto para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen aflicción, pero ¡tengan ánimo! Yo he vencido al mundo.
Cuando pases por las aguas Yo estaré contigo. La corriente no te anegará. Cuando andes por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Sostengamos firme la confesión de nuestra esperanza sin fluctuar, porque el que prometió es fiel.
¿Por qué te abates, alma mía, y gimes dentro de mí? Espera a ʼElohim, porque aún lo alabaré. ¡Salvación mía y ʼElohim mío!
El Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que ustedes abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
pero los que esperan en Yavé tienen nuevas fuerzas. Levantarán las alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Por causa de las misericordias de Yavé No estamos consumidos. Porque sus compasiones no fallan.
Nuevas son cada mañana. Grande es tu fidelidad.
quienes estamos oprimidos en todo, pero no angustiados; inciertos, pero no desesperados;
perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.
Por un momento es su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche dura el llanto, Pero al amanecer viene la alegría.
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan para lo bueno, a los que son llamados según su propósito.
Por nada estén ansiosos, sino sean conocidas sus peticiones ante Dios, en toda conversación con Dios y súplica, con acción de gracias.
La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Considero que los sufrimientos actuales no merecen compararse con la gloria que se nos manifestará.
Al que es poderoso para hacer todas las cosas infinitamente más allá de lo que nos atrevemos a pedir o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
Ahí está el ojo de Yavé sobre los que le temen, Sobre los que esperan en su misericordia
Y me dijo: Te basta mi gracia, porque el poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, con muchísimo gusto me enalteceré más bien en mis debilidades, para que el poder de Cristo more en mí.
Las montañas pueden ser removidas y las colinas pueden temblar, pero mi misericordia no será removida de ti, ni será sacudido mi Pacto de paz, dice Yavé, Quien tiene compasión de ti.
Me convencí de que El que inició en ustedes la buena obra la completará hasta el día de Jesucristo.
En mi angustia clamé a YA, Y YA me respondió Y me colocó en lugar amplio.
Yavé está conmigo, No temeré Lo que me haga el hombre.
Inmensamente feliz el varón que soporta la prueba, porque al ser aprobado, ganará la corona de la vida que Dios prometió a los que lo aman.
Ciertamente ʼEL es mi salvación. Confiaré y no temeré, porque mi fortaleza y mi cántico es YA Yavé, quien es mi salvación.
Hubiera yo desmayado Si no creyera que veré la bondad de Yavé en la tierra de los vivientes.
Confía en Yavé con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
Quien nos consuela en toda nuestra aflicción, para que nosotros consolemos a los que están en cualquier aflicción, por medio de la consolación con la cual nosotros mismos somos consolados por Dios.
Aunque ande por el valle de la sombra de muerte, No temeré algún mal, Porque Tú estás conmigo. Tu vara y tu cayado me confortan.
¿Qué diremos con respecto a esto? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién contra nosotros?
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento persevera en ti, porque en Ti confió.
No se afanen por el mañana, porque el mañana se preocupa de sí mismo. Basta a cada día su propio mal.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que obtengamos misericordia y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
Porque lo que se escribió fue para enseñarnos, a fin de que tengamos esperanza por la paciencia y la consolación de las Escrituras.
Ciertamente Yavé consolará a Sion. Consolará todos sus lugares desolados. Convertirá su desierto en un paraíso y su soledad en un huerto de Yavé. Allí habrá gozo y alegría, acciones de gracias y voz de melodía.