Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: – Este hombre expulsa a los demonios con el poder de Beelzebú, que es el príncipe de los demonios.
Juan 9:29 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Nosotros sabemos que Dios le habló a Moisés, pero este Jesús, no sabemos de dónde es. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés; pero respecto a ese, no sabemos de dónde sea. Biblia Nueva Traducción Viviente Sabemos que Dios le habló a Moisés, pero no sabemos ni siquiera de dónde proviene este hombre. Biblia Católica (Latinoamericana) Sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ése no sabemos ni siquiera de dónde es. La Biblia Textual 3a Edicion Nosotros sabemos que Dios ha hablado a Moisés, pero éste, no sabemos de dónde es. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios; pero éste no sabemos de dónde es'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Nosotros sabemos que Dios habló a Moisés; pero Éste, no sabemos de dónde sea. |
Mas los fariseos, al oírlo, dijeron: – Este hombre expulsa a los demonios con el poder de Beelzebú, que es el príncipe de los demonios.
y declararon: – Este hombre había dicho que podría derribar este santuario de Dios y reconstruirlo en tres días.
Empezaron a acusarle, diciendo: – A este hombre lo encontramos alborotando al pueblo para que se rebele contra Roma, prohibiéndole que pague impuestos al emperador, y Él mismo se declaró el Mesías, es decir, rey.
A través de Moisés fue dada la ley, pero a través de Jesucristo fue dada la gracia y la verdad.
Pero nosotros sabemos de dónde viene este hombre; no obstante, cuando venga el verdadero Mesías, nadie conocerá su lugar de origen.
Jesús alzó su voz en el templo mientras enseñaba y dijo: – A mí me conocen y saben de dónde vengo; pero realmente no he venido por mi propia iniciativa, sino por la iniciativa del que me envió, ya que es verdadero, y ustedes no lo conocen,
Respondió Jesús: – Aunque yo testifico acerca de mí, este testimonio es totalmente válido, pues yo sé de dónde vengo y hacia dónde voy; pero ustedes no saben nada de mí, no saben de dónde vengo ni para dónde voy.
Algunos de los fariseos decían: – Este hombre no procede de Dios, pues quebranta el sábado; en cambio, otros fariseos decían: – ¿Cómo puede un pecador hacer tales señales? Había división entre los propios fariseos.
Llamaron por segunda vez al hombre que había sido ciego, y le dijeron: – Está bien que des gloria a Dios por tu sanidad; pero nosotros sabemos que ese hombre llamado Jesús es pecador.
Le respondió el hombre: – ¡Esto es maravilloso!, que ustedes no saben ni de dónde es Jesús, pero a mí me sanó.
La multitud estuvo escuchando a Pablo hasta que pronunció esas palabras. Entonces levantaron la voz y gritaron: – ¡Eliminen de la tierra a este hombre! ¡Ese tipo no merece vivir!
pero Dios me ha ayudado hasta el día de hoy, así que me mantengo firme, dando testimonio a grandes y pequeños. No he dicho nada diferente de lo que ya dijeron los profetas y también Moisés:
A este Moisés, a quien rechazaron diciéndole: “¿Quién te nombró gobernante y juez?”, Dios mismo lo constituyó como gobernante y libertador. Lo envió de vuelta guiado por la mano del ángel que se apareció en el arbusto ardiente.
En el pasado, Dios habló a nuestros antepasados por medio de los profetas; les habló creativamente de muchas maneras, parciales y variadas;
pero en esta etapa final, nos ha hablado de forma muy clara y directa a través de su Hijo, quien también es el heredero de todo y por medio de quien hizo el universo.