Ordené también a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para que se santificara el sábado. ¡También por esto, acuérdate de mí, oh Dios mío, y ten piedad de mí conforme a tu gran misericordia!
Jeremías 15:15 - Biblia Martin Nieto Tú lo sabes, Señor; acuérdate de mí, cuida de mí, véngame de mis perseguidores; que no muera yo por ser tú con ellos tan paciente, piensa que por tu causa soporto tanto ultraje. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me reproches en la prolongación de tu enojo; sabes que por amor de ti sufro afrenta. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego dije: —Señor, tú sabes lo que me sucede. Por favor, ayúdame. ¡Castiga a mis perseguidores! Por favor, dame más tiempo; no dejes que muera joven. Es por tu causa que sufro. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé, acuérdate de mí y defiéndeme y véngame de mis perseguidores. No detengas más tu ira. Piensa que por tu causa soporto tantas humillaciones. La Biblia Textual 3a Edicion ¡Oh YHVH, Tú lo sabes todo! Acuérdate de mí, y visítame, Y hazme justicia de mis perseguidores; No me arrebates a causa de tu gran paciencia,° Sabes que por ti soporto afrentas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Tú lo sabes, Yahveh: acuérdate de mí y cuídame, véngame de mis perseguidores. No me dejes perecer a causa de tu paciencia, sabe que por ti soporto ultrajes. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Tú lo sabes, oh Jehová; acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No me tomes en la prolongación de tu enojo: sabes que por amor a ti sufro afrenta. |
Ordené también a los levitas que se purificasen y viniesen a guardar las puertas, para que se santificara el sábado. ¡También por esto, acuérdate de mí, oh Dios mío, y ten piedad de mí conforme a tu gran misericordia!
la ofrenda de la leña en sus plazos señalados y la de las primicias. ¡Acuérdate de mí, oh Dios mío, para mi bien!
¡Acuérdate, oh Dios mío, para mi bien, de todo lo que he hecho por este pueblo!
¡Acuérdate, Dios mío, de Tobías y Sambalat por lo que han hecho, de la profetisa Noadías y de los demás profetas que trataron de asustarme!
Sabes muy bien que yo no soy culpable y que nadie me puede salvar de tus manos.
Cuando seas propicio con tu pueblo, acuérdate de mí, Señor; cuando vengas a salvarlo, no te olvides de mí;
¿Cuántos serán los días de tu siervo? ¿Cuándo harás justicia con los que me persiguen?
Explora mi corazón, vigílame de noche, pruébame en el crisol, no encontrarás en mí ningún delito;
Escucha, Señor, mi grito suplicante; presta oído a mis llantos y no te hagas el sordo, pues yo soy un invitado tuyo; un huésped, como todos mis padres.
¿no se hubiera dado cuenta Dios, él, que del corazón conoce los secretos?
'Señor, acuérdate, por favor, de que he caminado fielmente en tu presencia con corazón honrado, haciendo lo que es recto a tus ojos'. Y Ezequías rompió a llorar copiosamente.
A mí en cambio, Señor, me conoces, pruebas mi corazón y ves que está contigo. Sepáralos como ovejas para el matadero, guárdalos para el día de la matanza.
¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de querella y de discordia para todo el país! No he prestado dinero, no he recibido préstamo, pero todos me maldicen.
Yo te constituiré para este pueblo, cual muralla de bronce inconmovible. Lucharán contra ti, mas no te vencerán, pues yo estaré contigo para salvarte y librarte -dice el Señor-.
A pesar de todo, yo no te he insistido para que adelantases el desastre; no he deseado el día de la desgracia, tú lo sabes; lo que ha salido de mis labios está ante tu presencia.
Pero tú, Señor, conoces bien sus planes asesinos contra mí. No perdones su crimen, no borres de tu vista su pecado. ¡Caigan derribados ante ti, actúa contra ellos en el día de tu cólera!
Pero el Señor está conmigo como un héroe potente: caerán mis adversarios derrotados; ahí están en su fracaso avergonzados, en ignominia perpetua, inolvidable.
¡Señor omnipotente que juzgas con justicia, que ves los sentimientos y los pensamientos, haz que yo vea tu venganza sobre ellos, pues en tus manos he dejado mi causa!
Pues cada vez que hablo tengo que gritar y proclamar: '¡Violencia y ruina!'. La palabra del Señor es para mí oprobio y burla todo el día.
todos os aborrecerán por causa mía, pero el que persevere hasta el fin se salvará.
Y todo el que deje casa, hermanos o hermanas, padre o madre, o hijos o campos por mi causa recibirá el ciento por uno y heredará la vida eterna'.
Queridos míos, no os toméis la justicia por vuestra mano; dejad que sea Dios el que castigue, como dice la Escritura: Yo haré justicia, yo daré a cada cual su merecido.
¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿La tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada?
Sabiendo que debemos respetar al Señor, tratamos de convencer a los hombres, pues somos bien conocidos de Dios, y espero que lo seamos también de vuestras conciencias.
Alejandro, el herrero, me ha hecho mucho daño; el Señor le dará su merecido.
Alégrate sobre ella, ¡oh cielo!; y vosotros, santos, apóstoles y profetas, porque Dios, al condenarla, ha vengado vuestra causa.
Gritaron con voz potente: '¿Hasta cuándo, tú, el maestro, el santo, el veraz, vas a esperar a hacer justicia y a vengar nuestra sangre de los habitantes de la tierra?'.
Entonces Sansón invocó al Señor así: 'Señor, Señor, te lo suplico, acuérdate de mí. Dame las fuerzas tan sólo una vez más, y de un solo golpe me vengaré de todos los filisteos por la pérdida de mis ojos'.