Job 10 - Biblia Martin Nieto1 Mi alma siente asco de mi vida; quiero dar libre curso a mis lamentos, derramaré la amargura de mi alma. 2 Diré a Dios: ¡No me condenes! Hazme saber de qué me acusas. 3 ¿Acaso vas a mostrarte violento, a despreciar la obra de tus manos y secundar el plan de los inicuos? 4 ¿Tienes ojos de carne? ¿Ves como ve un hombre? 5 ¿Son tus días los días de un mortal, tus años como los días de un hombre, 6 para que andes rebuscando mis culpas, indagando mi pecado? 7 Sabes muy bien que yo no soy culpable y que nadie me puede salvar de tus manos. 8 Tus manos me han plasmado, me han formado; ¡y ahora, de pronto, me quieres destruir! 9 Recuerda que me amasaste como arcilla, y que al polvo me has de devolver. 10 ¿No me derramaste como leche y me coagulaste como la cuajada? 11 De piel y de carne me vestiste, y me tejiste de huesos y de nervios. 12 Vida y benevolencia me otorgaste, y tu solicitud guardó mi espíritu. 13 Pero en tu corazón guardabas otras cosas, bien sé que te reservabas esto. 14 Si peco, me vigilas y no pasas por alto falta alguna. 15 Si soy culpable, ¡desgraciado de mí! Si inocente, no oso levantar la cabeza, saturado de ignominia, ebrio de aflicción. 16 Si me levanto, como a un león me das caza, y vuelves a invadirme con tu espanto. 17 Renuevas tus ataques, redoblas tu ira contra mí, y sin cesar me atacan tus tropas de refresco. 18 Oh, ¿por qué me hiciste salir de las entrañas? Hubiera muerto y no me hubiera visto ojo alguno. 19 Sería como si no hubiera existido, llevado desde el vientre a la tumba. 20 ¿No son bien breves los días de mi vida? Deja, pues, que goce un poco de consuelo 21 antes que me vaya para no volver más, a la región de las tinieblas y de negras sombras, 22 lugar de oscuridad y caos, donde la misma claridad es cual noche cerrada. |
Evaristo Martín Nieto©