¿Fui insensible al menester del pobre? ¿Dejé desfallecer los ojos de la viuda?
Éxodo 22:22 - Biblia Martin Nieto Si maltratas, él clamará a mí y yo escucharé su clamor; Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. Biblia Nueva Traducción Viviente »No explotes a la viuda ni al huérfano. Biblia Católica (Latinoamericana) Si ustedes lo hacen, ellos clamarán a mí, y yo escucharé su clamor, La Biblia Textual 3a Edicion No afligiréis a la viuda o al huérfano.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Si los maltratas y claman a mí, yo escucharé su queja; Biblia Reina Valera Gómez (2023) A ninguna viuda ni huérfano afligiréis. |
¿Fui insensible al menester del pobre? ¿Dejé desfallecer los ojos de la viuda?
hasta hacer llegar a él el lamento del mísero y hacerle oír el grito de los desgraciados.
Pero tú ves la pena y los lamentos, tú los miras y los tomas en tus manos; el desvalido se confía a ti, tú eres el refugio del huérfano.
Un mísero gritó: el Señor lo escuchó y lo libró de todas sus angustias;
porque el Señor defiende su causa y quitará la vida a los que los despojan.
No cambies los linderos antiguos y no entres en el campo de los huérfanos,
Aprended a hacer el bien, buscad lo que es justo, socorred al oprimido, haced justicia al huérfano, defended a la viuda.
Tus jefes son unos rebeldes, compinches de ladrones; todos hambrean recompensas y van detrás de los regalos; no hacen justicia al huérfano, ni atienden la causa de la viuda.
que niegan la justicia a los débiles y quitan su derecho a los pobres de mi pueblo; que hacen de las viudas su presa y de los huérfanos su botín!
si no oprimís al extranjero, al huérfano y a la viuda; si no derramáis sangre inocente en este lugar; si no vais, para daño vuestro, en pos de dioses extraños,
entonces yo me quedaré con vosotros en este lugar, en el país que he dado a vuestros padres desde antiguo y para siempre.
En ti se desprecia al padre y a la madre, en ti se trata mal al forastero, en ti son oprimidos los huérfanos y la viuda.
No explotéis a la viuda y al huérfano, al emigrante y al pobre, y nadie piense en hacer mal a su hermano.
Yo vendré a juzgaros; seré testigo acusador contra los hechiceros, contra los adúlteros y los perjuros, contra los que explotan al jornalero, a la viuda y al huérfano y violan el derecho del extranjero sin ningún temor de mí -dice el Señor todopoderoso-.
Hace justicia al huérfano y a la viuda, ama al emigrante suministrándole pan y vestido.
No te dejes llevar de este pensamiento egoísta: Ya está cercano el año séptimo, el año del perdón y, si poniendo mala cara a tu hermano necesitado, no le das nada, podría apelar al Señor contra ti, y te harías reo de pecado.
No violes el derecho del emigrante, ni el del huérfano, ni tomes en prenda los vestidos de la viuda.
Recuerda que fuiste esclavo en Egipto y que el Señor, tu Dios, te dio la libertad. Por eso te ordeno que cumplas esta ley.
¡Maldito el que viole el derecho del emigrante, del huérfano y la viuda! Y todo el pueblo responderá: ¡Amén!
La práctica religiosa pura y sin mancha delante de Dios, nuestro Padre, consiste en visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones y en guardarse de los vicios del mundo.