Salmos 10 - Biblia Martin Nieto1 ¿Por qué te quedas lejos, Señor, y te escondes en los tiempos de la angustia? 2 Con su orgullo el criminal al infeliz oprime; ¡quede preso en la redada que le ha urdido! 3 El malvado se jacta de sus propios planes, el avaro blasfema, desprecia al Señor; 4 el malvado dice con arrogancia: '¡No hay Dios!', es todo lo que piensa. 5 Su proceder prospera en todo tiempo, tus sentencias quedan muy lejos para él, se burla de todos sus rivales; 6 dice en su corazón: 'Yo no vacilo, seré siempre feliz, nunca en desgracia'. 7 Su boca está llena de violencia y fraude, bajo su lengua sólo hay vejación y mentira; 8 se aposta al acecho junto a los poblados, a escondidas mata al inocente, 9 con sus ojos espía al desdichado; escondido como un león en su guarida, al acecho para atrapar al miserable, lo atrapa enredándolo en sus redes; 10 se agazapa y se encoge, el desvalido cae en sus garras. 11 Dice en su corazón: 'Dios se ha olvidado, ha escondido su rostro, nada verá jamás'. 12 Levántate, Señor, alza tu mano; oh Dios, no te olvides del pobre. 13 ¿Por qué el malvado ha de despreciar a Dios pensando que no le pedirá cuentas? 14 Pero tú ves la pena y los lamentos, tú los miras y los tomas en tus manos; el desvalido se confía a ti, tú eres el refugio del huérfano. 15 Quiebra el brazo del criminal y del malvado, castiga su crueldad, no quede rastro. 16 El Señor es rey por siempre, por los siglos; los paganos serán barridos de su tierra. 17 Tú escuchas, Señor, el deseo de los pobres; su corazón confortas, les tiendes tus oídos 18 para hacer justicia al huérfano, al vejado; que el hombre, nacido de la tierra, no infunda más terror. |
Evaristo Martín Nieto©