Salmos 34 - Biblia Martin Nieto1 De David, cuando se fingió demente ante Aquís y, expulsado por él, se marchó 2 Bendeciré al Señor a todas horas, su alabanza estará siempre en mi boca; 3 mi alma se gloría en el Señor, que lo oigan los pobres y se alegren; 4 alabad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos su nombre todos juntos. 5 Busqué al Señor y él me contestó, y me libró de todos mis temores. 6 Los que miran hacia él quedan radiantes y su rostro no se sonroja más. 7 Un mísero gritó: el Señor lo escuchó y lo libró de todas sus angustias; 8 el ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los salva. 9 Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el hombre que se refugia en él. 10 Temed al Señor, vosotros, santos suyos, nada les falta a aquellos que lo temen; 11 los ricos caen en la miseria y pasan hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta. 12 Venid, hijos, escuchadme, os voy a enseñar. 13 ¿Quién es el que ama la vida y quiere vivir años felices? 14 Guarda del mal tu lengua, y tus labios de palabras mentirosas; 15 apártate del mal y haz el bien, busca la paz y corre en pos de ella. 16 El Señor mira por los que practican la justicia, sus oídos atienden a sus gritos; 17 el Señor se enfrenta con los criminales para borrar su memoria de la tierra. 18 Ellos gritan, el Señor los atiende y los libra de todas sus angustias; 19 el Señor está cerca de los atribulados, él salva a los que están hundidos. 20 El hombre justo tendrá muchas contrariedades, pero de todas el Señor lo hará salir airoso; 21 él cuida de todos sus huesos, no se le romperá ni uno solo. 22 La muerte del criminal será horrorosa, los que odian al justo tendrán su castigo. |
Evaristo Martín Nieto©