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Salmos 34:5 - Biblia Martin Nieto

5 Busqué al Señor y él me contestó, y me libró de todos mis temores.

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Biblia Reina Valera 1960

5 Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Los que buscan su ayuda estarán radiantes de alegría; ninguna sombra de vergüenza les oscurecerá el rostro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Mírenlo a él y serán iluminados y no tendrán más cara de frustrados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 h Los que miraron a Él fueron iluminados, Y sus rostros nunca serán avergonzados.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Dálet. Cuando busco al Señor, él me responde y me libra de todos mis terrores.

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Salmos 34:5
17 Tagairtí Cros  

El rey se había cubierto el rostro y daba grandes gritos: '¡Hijo mío, Absalón! ¡Absalón, hijo mío, hijo mío!'.


Para los judíos había nacido un día de luz, de alegría, de gloria y de triunfo.


¿Hasta cuándo tendré desazón en mi alma, y en mi corazón tristeza día y noche? ¿Hasta cuándo va a triunfar mi enemigo sobre mí?


El día que te llamé, tú me respondiste y me diste valor.


Tú salvas al pueblo humilde y humillas los ojos altaneros.


No queda defraudado el que en ti espera, que lo quede el que traiciona sin motivo.


Mi clamor levanto hacia el Señor, y él me atiende desde su santo monte.


se sacian de los ricos manjares de tu casa, en el torrente de tus delicias los abrevas.


invócame cuando estés angustiado; yo te libraré y tú deberás glorificarme'.


el que me ofrece la acción de gracias, ése me honra y toma el camino en el que encuentra la salvación de Dios'.


persíguelos así con tu tormenta, llénalos de terror con tu huracán.


La luz sale para los que practican la justicia y la alegría para los corazones rectos.


Volveos a mí y os salvaréis, confines todos de la tierra, porque yo soy Dios y nadie más.


Al verlo te pondrás radiante, tu corazón se henchirá de emoción, porque a ti afluirán los tesoros del mar, las riquezas de las naciones llegarán a ti.


fijando nuestra mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien, para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios.


Entonces David partió con sus hombres, en número de unos seiscientos; salieron de Queilá y andaban errantes de acá para allá. Informado Saúl de que David había escapado de Queilá, desistió de la expedición.


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