Memorizar versículos bíblicos es una excelente manera de asegurarte y de estar preparado con respecto a la Palabra de Dios sin importar la situación en la que te encuentres. Una forma práctica de asegurarse de que la Palabra de Dios esté siempre a la mano es memorizando los versos y pasajes de la Biblia. Por ejemplo, puedes recitar un versículo acerca del amor de Dios cuando ministras a un amigo o puedes recordar un versículo sobre la paciencia si tienes que esperar en algún lugar. Si pasas un poco de tiempo trabajando en la memorización cada día, será mucho más fácil que recuerdes la Palabra de Dios cuando lo necesites. Josué 1:8, dice: Estudia constantemente este libro de instrucción. Medita en él de día y de noche para asegurarte de obedecer todo lo que allí está escrito. Solamente entonces prosperarás y te irá bien en todo lo que hagas.
Por tanto, si hay algún estímulo en Cristo, si alguna consolación de amor, si alguna comunión del espíritu, si algunos afectos profundos y alguna compasión,
para que en el Nombre de Jesús se doble toda rodilla, las celestiales, terrenales y subterráneas,
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor para la gloria de Dios Padre.
Por tanto, amados míos, como siempre obedecieron, no solo en mi presencia, sino mucho más ahora en mi ausencia, alisten su propia salvación con temor y temblor.
Porque Dios es el que activa en ustedes tanto el querer como el hacer, según su buena voluntad.
Hagan todo sin murmuraciones ni disputas,
para que sean hijos de Dios intachables y puros en medio de la generación deshonesta y depravada. Ustedes brillan entre ellos como estrellas en el universo,
y están aferrados a la Palabra de vida para satisfacción mía en el día de Cristo, pues no corrí ni trabajé duro en vano.
Pero aunque sea derramado en libación sobre el sacrificio y servicio de su fe, me gozo y me regocijo con todos ustedes.
Asimismo también ustedes, gócense y regocíjense conmigo.
Espero en el Señor Jesús enviarles pronto a Timoteo, para que yo también me anime al saber de ustedes.
completen mi gozo. Piensen lo mismo. Tengan el mismo amor. Estén unidos en espíritu. Sostengan un mismo pensamiento.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
Quien nos consuela en toda nuestra aflicción, para que nosotros consolemos a los que están en cualquier aflicción, por medio de la consolación con la cual nosotros mismos somos consolados por Dios.
Porque ʼEL es Quien me ata con vigor, Y que perfecciona mi camino,
Que fortalece mis pies para que sean como de venado Y me sostiene firme en mis alturas,
Que adiestra mis manos para la batalla, De modo que mis brazos puedan tensar el arco de bronce.
Todo el que aborrece a su hermano es homicida. Ustedes saben que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
Tengan cuidado de ustedes mismos. Cuando peque tu hermano, repréndelo, y si cambia de mente, perdónalo.
Por tanto, si peca tu hermano, vé y repréndelo a solas. Si te escucha, ganaste a tu hermano.
En esto conocemos el amor: en que Él ofreció su vida por nosotros. También nosotros tenemos que ofrecer nuestras vidas por los hermanos.
Entonces la doncella gozará danzando juntamente con los jóvenes y los ancianos, porque cambiaré su duelo en alegría. Los consolaré y los alegraré después de su dolor.
Yavé es mi Fortaleza y mi Escudo. Confió mi corazón en Él Y fui ayudado, Por lo cual se regocija mi corazón. Lo alabaré con mi canto.
El mismo Señor nuestro, Jesucristo, y Dios nuestro Padre, Quien nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia,
consuele y confirme sus corazones en toda obra y buena palabra.
Porque si tu hermano se ofende por lo que comes, ya no procedes según el amor. No destruyas con tu comida a aquél por quien Cristo murió.
¡Yavé, Roca mía y Castillo mío, y mi Libertador! ʼElohim mío y Fortaleza mía, en Quien me refugio, Mi Escudo y mi Cuerno de salvación, mi alta Torre.
Pues por cuanto Él mismo padeció al ser tentado, puede compadecerse de los que son probados.
Yavé será un refugio, una torre alta para el oprimido, Un baluarte y fortaleza en tiempos de angustia.
Enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá muerte. No habrá llanto, ni clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron.
y verán su rostro. El Nombre de Él estará en sus frentes.
Ya no habrá noche. No tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque el Señor Dios resplandecerá sobre ellos. Y reinarán por los siglos de los siglos.
Considero que los sufrimientos actuales no merecen compararse con la gloria que se nos manifestará.
ʼElohim es nuestro Refugio y Fortaleza, Un auxilio muy presente en la tribulación.
Estén quietos y reconozcan que Yo soy ʼElohim. Seré exaltado entre las naciones. Seré enaltecido en la tierra.
Yavé de las huestes está con nosotros. Nuestra Fortaleza es el ʼElohim de Jacob. Selah
Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida, Y las montañas se traspasen al corazón del mar,
Aunque bramen y espumen sus aguas, Y tiemblen las montañas a causa de su ímpetu. Selah
Porque tuvimos mucho gozo y consolación en tu amor, pues por medio de ti, hermano, fueron refrescados los corazones de los santos.
Si alguno dice: Amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso, porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar a Dios, a Quien no ha visto.
Amado, hablo con Dios para que así como prospera tu alma seas prosperado en todas las cosas y que tengas buena salud.
Hermanos, no hablen mal unos de otros. El que habla mal del hermano o que juzga a su hermano, habla mal de la Ley y juzga a la Ley. Si juzgas la Ley, ya no eres cumplidor de la Ley, sino juez.
Por lo demás, hermanos, tengan gozo, restáurense, exhórtense, tengan un mismo sentir, vivan en paz. El Dios de amor y de paz estará con ustedes.
Mi cuerpo y mi corazón desfallecen, Pero ʼElohim es la Fuerza de mi corazón Y mi Porción para siempre.
Él fortalece al cansado y aumenta la fuerza al que no tiene vigor.
Una voz clama: ¡Preparen el camino a Yavé en el desierto! ¡Allanen una calzada a nuestro ʼElohim en la soledad!
Aun los muchachos se fatigan y se cansan. Los jóvenes tropiezan y caen,
pero los que esperan en Yavé tienen nuevas fuerzas. Levantarán las alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
El hermano ofendido es más tenaz que ciudad fuerte, Y los litigios, más que los cerrojos de una fortaleza.
No temas, porque Yo estoy contigo. No desmayes, porque Yo soy tu ʼElohim que te esfuerzo. Te ayudaré siempre. Te sostendré siempre con la mano derecha de mi justicia.
Ciertamente ʼEL es mi salvación. Confiaré y no temeré, porque mi fortaleza y mi cántico es YA Yavé, quien es mi salvación.
Levantaré mis ojos a las montañas. ¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Yavé, Quien hizo el cielo y la tierra.
ʼElohim está en medio de ella. No será conmovida. ʼElohim la ayudará al clarear la mañana.
Solo en ʼElohim cálmate, alma mía, Porque de Él viene mi esperanza.
Solo Él es mi Roca, mi Salvación, mi alto Refugio. No seré sacudido.
¿Qué diremos con respecto a esto? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién contra nosotros?
Si Yavé no me ayuda, Pronto mi alma moraría en el silencio.
Si yo digo: ¡Mi pie resbala! Tu misericordia, oh Yavé, me sostendrá.
Cuando mis inquietudes se multiplican dentro de mí, Tus consolaciones deleitan mi alma.
extinguieron fuegos violentos, escaparon del filo de espada. Fueron fortalecidos en debilidad y fuertes en batalla. Pusieron en fuga a enemigos hostiles.
Porque Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
YA es mi fortaleza y mi cántico, Y ha sido mi salvación. ¡Éste es mi ʼElohim y lo alabaré! ¡ʼElohim de mi padre, y lo exaltaré!
Esfuércense y sean valientes. No teman, ni se aterroricen delante de ellos, porque Yavé tu ʼElohim es el que va contigo. No te dejará ni te desamparará.
Vengan a Mí todos los que están agotados y cargados, y Yo los haré descansar.
Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, pues soy manso y humilde de corazón. Hallarán descanso para sus almas,
¿Eres Tú el que venía o esperamos a otro?
porque mi yugo es fácil y liviana mi carga.
El Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que ustedes abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
El día cuando invoqué, Tú me respondiste. Me volviste atrevido con fortaleza en mi alma.
El Dios de toda gracia, Quien los llamó a su gloria eterna en Cristo, después que padezcan un poco, Él mismo los perfeccionará, confirmará, fortalecerá y establecerá.
El que mora al abrigo del ʼElyón Morará bajo la sombra del Shadday.
No te vendrá mal, Ni alguna plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará con respecto a Ti, Que te guarden en todos tus caminos.
En sus manos te llevarán Para que tu pie no tropiece en piedra.
Sobre el león y el áspid pisarás. Pisotearás al cachorro de león y al dragón.
Me amó, Por tanto Yo lo libraré. Lo pondré en alto, Porque conoció mi Nombre.
Me invocará Y Yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré.
Lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación.
Diré yo a Yavé: ¡Refugio mío y Fortaleza mía, Mi ʼElohim, en Quien confío!
Yavé es mi Luz y mi Salvación, ¿De quién temeré? Yavé es la Fortaleza de mi vida, ¿De quién me aterrorizaré?
a fin de que les dé, según la riqueza de su gloria, ser fortalecidos con poder en el ser interior por su Espíritu,
Cuando pases por las aguas Yo estaré contigo. La corriente no te anegará. Cuando andes por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Dijo: ¡Te amo, oh Yavé, Fortaleza mía!
Cabalgó sobre un querubín y voló. Se precipitó sobre las alas del viento.
Puso oscuridad como escondedero Con su Tabernáculo alrededor de Él, Oscuridad de agua, Densas nubes bajo el cielo.
El fulgor de su Presencia Atravesó las densas nubes. Descargó granizo y carbones encendidos.
Yavé tronó desde el cielo. ʼElyón dio su voz: ¡Granizo y carbones encendidos!
Disparó sus flechas y los dispersó. Relámpagos en abundancia, y los confundió.
Entonces aparecieron los lechos del agua Y se descubrieron los cimientos del mundo Ante tu bramido, oh Yavé, Por el soplo del aliento de tu nariz.
Envió desde lo alto y me tomó, Me sacó de muchas aguas.
Me libró de mi poderoso enemigo Y de los que me aborrecían, Porque eran más fuertes que yo.
Me enfrentaron en el día de mi calamidad, Pero Yavé fue mi apoyo.
Me sacó a un lugar espacioso. Me rescató, porque se complació en mí.
¡Yavé, Roca mía y Castillo mío, y mi Libertador! ʼElohim mío y Fortaleza mía, en Quien me refugio, Mi Escudo y mi Cuerno de salvación, mi alta Torre.
¡Inmensamente feliz es el hombre que tiene en Ti su fuerza, En cuyo corazón están tus caminos!
Al atravesar el Valle de Lágrimas, hacen en él un estanque. La lluvia temprana también lo cubre con bendiciones.
Irán de poder en poder. Cada uno aparece ante ʼElohim en Sion.
Me convencí de que El que inició en ustedes la buena obra la completará hasta el día de Jesucristo.
y dijo: Escuchen todo Judá, ustedes habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat. Yavé les dice: No teman ni se atemoricen a causa de tan gran multitud, porque la batalla no es de ustedes, sino de ʼElohim.
Hijitos, ustedes son de Dios, y lo vencieron, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.