Pero Jesús lo reprendió: ¡Enmudece y sal de él!
El espíritu impuro lo convulsionó, gritó a gran voz y salió de él.
Los 70 regresaron con gozo y decían: Señor, aun los demonios se nos someten en tu Nombre.
Les dijo: Yo veía a Satanás que cayó del cielo como un rayo.
Recuerden que les di potestad de pisar serpientes y escorpiones y sobre todo el poder del enemigo, y que de ningún modo algo les haga daño.
Y les decía: La cosecha en verdad es mucha, y los obreros pocos. Hablen, pues, con el Señor de la cosecha para que envíe obreros a su cosecha.
Pero no se regocijen por esto, que los espíritus se les sometan, sino regocíjense porque sus nombres están inscritos en los cielos.
Llamó a sus 12 discípulos y les dio autoridad sobre los espíritus impuros para que los echaran fuera y sanaran toda enfermedad y toda dolencia.
Entonces le llevaron un endemoniado ciego y mudo. Lo sanó de manera que el mudo hablaba y veía.
Incluso les llevaban a los enfermos pañuelos o delantales de su cuerpo, y eran sanados de sus dolencias y salían los espíritus malos.
Recuerden que les di potestad de pisar serpientes y escorpiones y sobre todo el poder del enemigo, y que de ningún modo algo les haga daño.
Jesús sanó a muchos de diversas dolencias y echó fuera muchos demonios. No los dejaba hablar, porque lo conocían.
Fue por toda Galilea, predicaba en las congregaciones de ellos y echaba fuera los demonios.
No pueden beber la copa del Señor y la copa de los demonios, ni pueden comer la mesa del Señor y la mesa de demonios.
Entonces, al salir los demonios del hombre, entraron en los cerdos. La piara salió precipitada por el despeñadero al lago y se ahogó.
Después de gritar y convulsionar mucho, salió. Y éste quedó como muerto, de manera que decían: ¡Está muerto!
Esto lo hacía por muchos días. Entonces Pablo se perturbó y dijo al espíritu: ¡En el Nombre de Jesucristo te ordeno que salgas de ella! Y en ese momento salió.
Le rogaron: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.
Jesús les permitió. Al salir los espíritus impuros, entraron en los cerdos. La piara, que era como 2.000, corrió por el acantilado al mar y se ahogaron.
Finalmente, mis hermanos, sean fuertes en el Señor y su fuerza poderosa.
Vístanse con toda la armadura de Dios para que estén firmes contra las estrategias del diablo.
Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra los principados, las circunscripciones, los gobernadores de este mundo de la oscuridad y contra las huestes espirituales en los planes celestiales.
¡Cuánto más vale un hombre que una oveja! De manera que es lícito hacer bien los sábados.
Pero cuando el arcángel Miguel, al contender con el diablo para expresarse con respecto al cuerpo de Moisés, no se atrevió a pronunciar juicio de maldición, sino dijo: ¡El Señor te reprenda!
Yavé dijo a Satán: ¡Yavé te reprenda, Satán! Yavé, Quien escogió a Jerusalén, te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del fuego?
Hijitos, ustedes son de Dios, y lo vencieron, porque mayor es el que está en ustedes que el que está en el mundo.
Desarmó en ella a los principados y a las jurisdicciones. Al dirigir un desfile triunfal, los expuso en público y triunfó sobre ellos en la cruz.
El Dios de paz aplastará pronto a Satanás debajo de los pies de ustedes. La gracia de nuestro Señor Jesús sea con ustedes.
Pero si por el Espíritu de Dios Yo echo fuera los demonios, entonces el reino de Dios vino a ustedes.
Porque las armas de nuestra milicia no son humanas, sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas que derriban argumentos
y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y lleva cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,
Quien se dio por nuestros pecados para librarnos de la presente era perversa, según la voluntad de nuestro Dios y Padre,
Ningún arma forjada contra ti prosperará. Tú condenarás a toda lengua que se levante en juicio contra ti. Esta es la herencia de los esclavos de Yavé. Su salvación vendrá de Mí, dice Yavé.
Cuando llegó la tarde le llevaron muchos endemoniados. Con su Palabra echó los demonios y sanó a todos los enfermos,
Jesús echó fuera un demonio mudo. Al salir el demonio, el mudo habló, y la multitud quedó asombrada.
Sean sobrios y velen. Su enemigo el diablo anda alrededor como león que ruge y busca a quien devorar,
al cual resistan firmes en la fe, pues saben que los mismos padecimientos están sobre su hermandad en el mundo.
Así que, por cuanto los hijos participaron de sangre y carne, de igual manera Él mismo también participó de las mismas, para destruir por medio de la muerte y reducir a la impotencia al que tiene el poder de la muerte, es decir, al diablo,
y librar a los que estaban sometidos a esclavitud toda la vida por temor a la muerte.
sobre todo principado, autoridad, poder, señorío y todo nombre que se pronuncie, no solo en esta era sino también en la que viene.
Dios sometió todo debajo de sus pies. Sobre todas las cosas lo dio como Cabeza a la iglesia,
Pero ¡gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
Entonces sométanse a Dios. Estén firmes contra el diablo y huirá de ustedes.
Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes. Pecadores, limpien sus manos, y los que vacilan purifiquen sus corazones.
Todos se asombraron y discutían entre ellos: ¿Qué Palabra es ésta, que con autoridad y poder manda a los espíritus impuros, y salen?
Su fama se difundía por todo lugar de la región circunvecina.
Pero el espíritu maligno les respondió: Conozco a Jesús y entiendo a Pablo, pero ustedes, ¿quiénes son?
El hombre en quien estaba el espíritu maligno se abalanzó sobre ellos y dominó a dos. Prevaleció contra ellos de tal modo que huyeron de aquella casa desnudos y heridos.
ʼElohim es nuestro Refugio y Fortaleza, Un auxilio muy presente en la tribulación.
Estén quietos y reconozcan que Yo soy ʼElohim. Seré exaltado entre las naciones. Seré enaltecido en la tierra.
Yavé de las huestes está con nosotros. Nuestra Fortaleza es el ʼElohim de Jacob. Selah
Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida, Y las montañas se traspasen al corazón del mar,
Aunque bramen y espumen sus aguas, Y tiemblen las montañas a causa de su ímpetu. Selah
Al salir ellos, le llevaron un hombre mudo endemoniado.
Cuando echó fuera el demonio, el mudo habló, y la multitud, asombrada, exclamó: ¡Nunca se vio algo semejante en Israel!
¿Qué diremos con respecto a esto? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién contra nosotros?
Porque Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Sabemos que todo el que fue engendrado por Dios no tiene la práctica de pecar, pues lo guarda el que fue engendrado por Dios, y el maligno no se apodera de él.
¿No saben que su cuerpo es Santuario del Espíritu Santo, Quien está en ustedes, el cual recibieron de Dios? ¿No saben que ustedes no se pertenecen
¿No saben que los santos juzgarán al mundo? Si el mundo será juzgado por ustedes, ¿no son capaces de juzgar en casos insignificantes?
porque fueron comprados por precio? Por tanto enaltezcan a Dios con su cuerpo.
Para la libertad Cristo nos libertó. Por tanto estén firmes y no sean sometidos otra vez a yugo de esclavitud.
Pelea la buena batalla de la fe. Agarra la vida eterna a la cual fuiste llamado, de la cual hiciste buena confesión delante de muchos testigos.
Porque ʼEL es Quien me ata con vigor, Y que perfecciona mi camino,
Que fortalece mis pies para que sean como de venado Y me sostiene firme en mis alturas,
Que adiestra mis manos para la batalla, De modo que mis brazos puedan tensar el arco de bronce.
Pero gracias a Dios, Quien siempre nos lleva en un desfile triunfal en Cristo, y por medio de nosotros manifiesta la fragancia de su conocimiento en todo lugar.
Porque no son ustedes quienes hablan, sino el Espíritu de su Padre es Quien habla por ustedes.
Ahora Señor, mira sus amenazas y concede a tus esclavos que hablen tu Palabra con toda osadía.
Los detuvieron y, como ya era tarde, los pusieron bajo custodia hasta el día siguiente.
Extiende tu mano para que se realicen sanidades, señales milagrosas y prodigios por medio del Nombre de tu santo Siervo Jesús.
Pero Él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos dio paz cayó sobre Él. Por su herida somos sanados.
Entonces Jesús, cuando vio que una multitud se reunía de golpe, reprendió al espíritu impuro y dijo: Espíritu mudo y sordo. Yo te mando: ¡Sal de él y no entres más en él!
Pero en todas estas cosas ganamos la más gloriosa victoria por medio de Aquel que nos amó.
Al que es poderoso para hacer todas las cosas infinitamente más allá de lo que nos atrevemos a pedir o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
Éstos confían en carruajes de guerra, Y aquéllos en caballos, Pero nosotros nos gloriamos del Nombre de Yavé, nuestro ʼElohim.
En el amor no hay temor, porque el perfecto amor echa fuera el temor, pues el temor incluye castigo. El que teme no ha sido perfeccionado en el amor.
¿O cómo puede alguno entrar en la casa del fuerte y saquear sus bienes, si primero no ata al fuerte? Entonces saqueará su casa.
Pero, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni mente pensó, son las que Dios preparó para los que lo aman.
Porque el pecado no tendrá dominio sobre ustedes, pues no están bajo la Ley, sino bajo la gracia.
Quien nos rescató de la jurisdicción de la oscuridad y nos trasladó al reino del Hijo de su amor.
Por tanto, como somos declarados justos por la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo,
El día cuando yo te invoque retrocederán mis enemigos. Esto sé porque ʼElohim está a mi favor.
¡Estén siempre gozosos!
Hablen con Dios sin cesar.
Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.
Tomen la armadura completa de Dios, para que puedan resistir en el día malo y, después de conquistar todo, estar firmes.
El Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. A Él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.
Les escribo, hijitos, porque conocieron al Padre. Les escribí, padres, porque conocieron al que es desde un principio. Les escribí, jóvenes, porque son fuertes y la Palabra de Dios permanece en ustedes, y vencieron al maligno.
y ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo en la fe en el Hijo de Dios, Quien me amó y se entregó por mí.
Por la opresión a los pobres, Por el gemido del menesteroso, Ahora me levantaré, dice Yavé. Pondré en seguridad al que por ella suspira.
Sostengamos firme la confesión de nuestra esperanza sin fluctuar, porque el que prometió es fiel.
Vengan a Mí todos los que están agotados y cargados, y Yo los haré descansar.
Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, pues soy manso y humilde de corazón. Hallarán descanso para sus almas,
¿Eres Tú el que venía o esperamos a otro?
porque mi yugo es fácil y liviana mi carga.
Confía en Yavé con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas.
No sean moldeados por este mundo, sino sean transformados por la renovación de la mente, para que comprueben la voluntad de Dios, la cual es buena, aceptable y perfecta.
Por medio de Ti sacudiremos a nuestros enemigos. En tu Nombre pisotearemos a los que se levantan contra nosotros.
Porque la Palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra aun hasta la separación de alma y espíritu, y de coyunturas y tuétanos. Distingue pensamientos e intenciones del corazón.
Entonces, los discípulos se acercaron a Jesús en privado y le preguntaron: ¿Por qué nosotros no pudimos echarlo?
Y se transfiguró delante de ellos. Su rostro resplandeció como el sol y sus vestiduras se transformaron como la luz.
Les respondió: Por su poca fe, porque en verdad les digo que si tuvieran fe como un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ¡Pásate de aquí allá! Y se pasaría, y nada les sería imposible. [[
Les narró también una parábola con respecto a la necesidad de hablar ellos siempre con Dios y no desmayar:
Porque no me avergüenzo de las Buenas Noticias, puesto que son poder de Dios para salvación a todo el que cree, primero al judío y luego al griego.
Levántese ʼElohim, sean esparcidos sus enemigos. Huyan de tu Presencia los que lo aborrecen.
De modo que si alguno es nueva creación en Cristo, las cosas viejas pasaron y todas son nuevas.
Por tanto, tenemos que poner mucha más atención a lo que se oyó, no sea que nos deslicemos.
Porque convenía a Dios, por cuya causa y por medio de Quien son todas las cosas, Quien condujo a muchos hijos a la gloria, perfeccionar al Autor de la salvación de ellos por medio de padecimientos.
Porque el que santifica y los santificados son todos de un Padre, por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos
cuando dijo: Anunciaré tu Nombre a mis hermanos. En medio de la congregación te cantaré alabanza.
Otra vez: Yo pondré mi confianza en Él. Y otra vez: Aquí estoy Yo con los niños que Dios me dio.
Así que, por cuanto los hijos participaron de sangre y carne, de igual manera Él mismo también participó de las mismas, para destruir por medio de la muerte y reducir a la impotencia al que tiene el poder de la muerte, es decir, al diablo,
y librar a los que estaban sometidos a esclavitud toda la vida por temor a la muerte.
Ciertamente no socorrió a los ángeles, sino socorrió a la descendencia de Abraham.
Por lo cual Jesús debía ser semejante a sus hermanos en todo, para que también fuera un Sumo Sacerdote misericordioso y fiel delante de Dios, a fin de apaciguarlo por los pecados del pueblo.
Pues por cuanto Él mismo padeció al ser tentado, puede compadecerse de los que son probados.
Si la palabra hablada por medio de ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justo castigo,
¿cómo escaparemos nosotros si menospreciamos una salvación tan grande? Ésta fue proclamada al principio por el Señor y nos fue confirmada por los que oyeron,
Serás adornada con justicia. Estarás alejada de opresión, porque no temerás, pues no se acercará a ti.
Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
Solo en ʼElohim se aquieta mi alma. De Él viene mi salvación.
No confíen en la opresión, Ni se envanezcan en el robo. Si se aumentan las riquezas, No fijen el corazón en ellas.
Una vez habló ʼElohim. Dos veces oí esto: Que el poder es de ʼElohim.
La misericordia es tuya, oh ʼAdonay, Porque Tú pagas a cada uno según su obra.
Solo Él es mi Roca, mi Salvación, mi Refugio. No seré grandemente sacudido.
Ésta es la confianza que tenemos ante Él: Que cuando pidamos algo conforme a su voluntad, nos escucha.
Si sabemos que nos escucha en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que solicitamos de Él.
Me invocará Y Yo le responderé. Estaré con él en la angustia. Lo libraré y lo glorificaré.
El Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que ustedes abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Me convencí de que El que inició en ustedes la buena obra la completará hasta el día de Jesucristo.
razón por la cual también soporto estas cosas. Pero no me avergüenzo, porque sé en Quién creí y me persuadí de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel día.
No sean engañados. Dios no es burlado, porque lo que siembre un hombre, esto también cosechará.