Sé vivir en necesidad y sé también estar en abundancia; en todo y para todo he sido entrenado, tanto para estar saciado como para tener hambre, tanto para la abundancia como para la escasez,
porque nada hemos traído a este mundo, y es evidente que tampoco nada podremos llevarnos de él.
Por tal razón, sean suficientes para nosotros el alimento y el vestido,
No lo digo porque tenga carencia, porque he aprendido a hacer que lo que poseo sea suficiente para mí.
Sé vivir en necesidad y sé también estar en abundancia; en todo y para todo he sido entrenado, tanto para estar saciado como para tener hambre, tanto para la abundancia como para la escasez,
porque todo lo puedo en el Cristo que me fortalece.
porque inmensa es nuestra ganancia, la cual es la reverencia a Dios, disponiendo solamente de lo que nos es suficiente,
porque nada hemos traído a este mundo, y es evidente que tampoco nada podremos llevarnos de él.
Por tal razón, sean suficientes para nosotros el alimento y el vestido,
Que su mente no se complazca en el dinero, sino que lo que tengan les sea suficiente, porque Yahweh mismo dice: 'NO TE DEJARÉ NI TE DESAMPARARÉ',
porque inmensa es nuestra ganancia, la cual es la reverencia a Dios, disponiendo solamente de lo que nos es suficiente,
No lo digo porque tenga carencia, porque he aprendido a hacer que lo que poseo sea suficiente para mí.
Por eso, por causa del Cristo me complazco en las debilidades, en insultos, en aflicciones, en persecuciones y en prisiones, pues cuando soy débil, entonces soy fuerte.
Por lo cual les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. He aquí, ¿no es el alma[14] más importante que la comida y el cuerpo más importante que la ropa?
Observen a las aves del cielo no siembran, ni cosechan, ni almacenan en graneros, y su Padre que está en el Cielo las alimenta. ¿No son acaso ustedes más importantes que ellas?
Luego dijo a sus discípulos: Tengan cuidado con toda forma de codicia, porque la vida no consiste en la abundancia de bienes.
y el concepto que tengan respecto a ustedes mismos, ténganlo también respecto a sus hermanos, y no piensen con mente altiva, sino reúnanse con los humildes. No sean sabios en su propia opinión.
Por lo cual les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o qué beberán; ni por su cuerpo, qué vestirán. He aquí, ¿no es el alma[14] más importante que la comida y el cuerpo más importante que la ropa?
Pero los frutos del espíritu son: amor, gozo, paz, paciencia, afabilidad, bondad, confianza,
humildad, dominio de sí mismo. Contra tales cosas no hay ley,
Les suplico, pues, hermanos míos, por las misericordias de Dios, que presenten sus cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, en culto racional,
y no sean conforme a este mundo, sino transfórmense por medio de la renovación de su mente, y disciernan cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios.
Porque el reino de Dios no consiste en comida ni en bebida, sino en justicia, paz y gozo por el espíritu santo,
Y nosotros sabemos que a los que aman a Dios, Él los ayuda en todo para bien, a los que designó anticipadamente para que fueran llamados,
Que el Dios de la esperanza los colme de todo gozo y paz en la fe, para que crezcan en su esperanza por el poder del espíritu santo.
Y si no eximió a su Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará con Él todas las cosas?
Den gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para ustedes en Jesucristo.
porque toda generosidad que abunda en ustedes llega de las manos de Dios, para que teniendo siempre lo suficiente en todo, abunden para toda buena obra.
dando gracias a Dios Padre en todo tiempo a favor de todos los hombres, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Mi Dios, pues, suplirá para toda su necesidad, según sus riquezas, en la gloria de Jesucristo.
Por tanto, ya sea que coman, que beban o que hagan cualquier cosa, háganlo todo para la gloria de Dios,
Vengan a mí todos los que están abatidos y cargados, y yo los haré descansar.
Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí que soy manso[23] y humilde de corazón, y ENCONTRARÁN REPOSO PARA SUS ALMAS,
porque mi yugo es placentero[24] y ligera mi carga.
Den gracias a Dios Padre, que nos hizo dignos de participar de la herencia de los santos en luz,
cuyo final será perdición, cuyo dios es su vientre, y cuya gloria es su deshonra, porque solamente piensan en las cosas terrenales.
Porque, ¿quién te ha examinado? ¿O qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué haces alarde de ellos como si no lo hubieras recibido?
Yo, pues, preso por causa de nuestro Señor, les suplico que se conduzcan como es propio de la vocación a la que fueron llamados,
con toda humildad en su modo de pensar, mansedumbre[4] y paciencia, tolerándose unos a otros en amor,
siendo diligentes en conservar la armonía del espíritu en el vínculo de la paz;
por cuanto les es necesaria la perseverancia para que hagan la voluntad de Dios y obtengan la promesa,
Y cuando hagamos lo que es bueno, no nos cansemos, porque llegará el tiempo de cosechar, y ya no nos cansaremos.
pero no solamente en esto, sino que también nos gloriamos en nuestras aflicciones, porque comprendemos que la aflicción perfecciona la paciencia en nosotros,
y la paciencia produce experiencia, y la experiencia, confianza;
y la confianza no confunde, porque el amor de Dios es derramado en nuestros corazones por el espíritu santo que nos fue dado.
pero Él me ha dicho: 'Mi gracia te es suficiente, porque mi poder se perfecciona en la debilidad'. Así que me sentiré gozosamente orgulloso en mis debilidades, para que el poder del Cristo more en mí.
Busquen, pues, primero el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.
Luego le preguntaron unos soldados, diciendo: ¿Qué debemos hacer también nosotros? Él les dijo: A nadie hagan daño, ni denuncien a nadie falsamente, y estén satisfechos con su salario.
Hagan todas las cosas sin murmuración y sin división,
para que sean íntegros e irreprensibles, como hijos puros de Dios que habitan en medio de una generación torcida y perversa, para que sean vistos entre ellos como luminarias en el mundo,
Gracias doy a nuestro Señor Jesucristo que me ha fortalecido, porque me ha tenido por fiel designándome en su ministerio,
esforzándose por mantenerse en tranquilidad y ocupándose en sus propios asuntos, trabajando con sus manos, tal como les hemos ordenado,
gócense en su esperanza, y sean pacientes en sus aflicciones, siendo constantes en la oración.
pero ustedes son linaje escogido, para que sirvan como sacerdotes para el reino; pueblo santo, congregación redimida para que anuncien las glorias de Aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable,
como quien les ha concedido todas las cosas que pertenecen al poder de la Deidad para salvación y la reverencia a Dios, por el conocimiento de Aquel que nos ha llamado por su gloria y excelencia,
mediante las cuales les ha dado magníficas y gloriosas promesas, para que por medio de éstas participen de la naturaleza de la Deidad, habiendo escapado de la corrupción de las bajas pasiones propias del mundo.
y que la paz del Cristo gobierne sus corazones, porque han sido llamados para Él en un cuerpo; y muestren gratitud al Cristo.
No acumulen tesoros en la Tierra, donde la polilla y la herrumbre corroen y donde ladrones horadan y roban,
sino acumulen tesoros en el Cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre corroen y donde los ladrones no horadan ni roban,
porque donde esté su tesoro, allí estará su corazón.
Pero gracias a Dios porque, habiendo sido ustedes esclavos del pecado, ahora obedecen de corazón a la forma de doctrina a la cual se han entregado,
y una vez libertados del pecado, están sometidos a la justicia.
Bendito es Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con todas las bendiciones espirituales en el Cielo, en el Cristo,
Miren cuán grande es el amor del Padre por nosotros, que nos llamó y nos ha hecho hijos. Por eso el mundo no nos conoce, porque a Él tampoco lo conoce.
Así pues, por cuanto somos justificados por medio de la fe, tenemos paz para con Dios mediante nuestro Señor Jesucristo,
por quien fuimos acercados por medio de la fe a esta gracia en la que estamos, y nos deleitamos en la esperanza de la gloria de Dios;
a quien ustedes han amado sin haberlo visto, y en cuya fe se regocijan jubilosamente con regocijo glorioso e inefable,
Por tanto, no nos fatigamos, porque aunque nuestro hombre exterior se va desgastando, no obstante el interior se va renovando día a día,
Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; toquen a la puerta, y se les abrirá;
porque todo el que pida recibirá, y el que busque, hallará, y al que toque a la puerta, se le abrirá.
Pero los frutos del espíritu son: amor, gozo, paz, paciencia, afabilidad, bondad, confianza,
Por nada estén ansiosos, sino sean conocidas siempre sus peticiones delante de Dios en oración y súplicas y con acción de gracias,
y la paz de Dios, que excede a todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Jesucristo.
Estén siempre gozosos.
Oren sin desistir.
Den gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para ustedes en Jesucristo.