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VERSÍCULOS SOBRE EL DOLOR Y DIFICULTAD
A lo largo de la vida nos encontramos con momentos o situaciones que pueden ser muy difíciles de superar. La muerte de alguien, problemas económicos, una enfermedad... son muchísimas las dificultades que se nos presentan, y nos toca enfrentar a través de los años. Pero que bueno es saber que Dios está con nosotros en cada momento y nos ayudará siempre. En la biblia encontraremos hermoso versículo donde Dios nos recuerda que no nos dejará, que siempre estará con nosotros, que no temamos que él es quien pelea por nosotros. Dios nos consuela y él llega en el tiempo preciso, con la ayuda de Dios seguirás adelante confiado en aquel que todo lo puede y que dio a su hijo amado por amor a ti.
Yavé mandará su bendición sobre tus graneros y sobre todo lo que emprenda tu mano. Te bendecirá en la tierra que te da Yavé tu ʼElohim.
No se aparte de tu boca el rollo de esta Ley. Meditarás en él día y noche para que cuides de hacer conforme a todo aquello que está escrito en él, porque entonces prosperará tu camino, y tendrás buen éxito.
Sean nuestros hijos en su juventud como plantas crecidas, Y nuestras hijas como columnas de esquinas labradas.
Guarda la encomienda de Yavé tu ʼElohim para andar en sus caminos, y guardar sus Estatutos, Mandamientos, Ordenanzas y Testimonios, como están escritos en la Ley de Moisés, para que tengas éxito en todo lo que hagas y dondequiera que vayas,
Por el ʼEL de tu padre, Quien te ayudará, Por ʼEL-Shadday, Quien te bendecirá Con bendiciones de los cielos arriba, Con bendiciones de las profundidades abajo, Con bendiciones de los pechos y de la matriz.
Bendito el que confía en Yavé, cuyo fundamento está en Yavé.
Será como árbol plantado junto a las aguas, que extiende sus raíces hacia las corrientes. No teme cuando viene el calor, pues su follaje estará frondoso. El año de sequía no se afanará, ni dejará de dar su fruto.
Desde Sion te bendiga Yavé, Y que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida,
Que en verdad veas tus nietos. Paz sea sobre Israel.
Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer Mandamiento con promesa,
del cual soy embajador con cadena, para que hable de él con osadía, como debo hablar.
Para que ustedes también sepan mi situación y lo que hago, todo les informará Tíquico, el hermano amado, y fiel ministro en el Señor,
a quien les envié para que sepan las cosas con respecto a nosotros y consuele sus corazones.
Paz a los hermanos y amor con fe en Dios Padre y en el Señor Jesucristo.
La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con perpetuidad.
para que te vaya bien, y vivas largo tiempo sobre la tierra.
¡Alaba a Yavé, oh Jerusalén! ¡Alaba a tu ʼElohim, oh Sion!
Porque Él refuerza los cerrojos de tus puertas, Él bendice a tus hijos dentro de ti.
Sus descendientes serán poderosos en la tierra. La generación de los rectos será bendita.
Yo derramaré aguas sobre el sequedal y torrentes sobre la tierra seca. Derramaré mi Espíritu sobre tu descendencia y mi bendición sobre tus ramas.
Si escuchas la voz de Yavé tu ʼElohim, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán:
Desde Sion te bendiga Yavé, Y que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida,
Mi Dios, pues, suplirá toda su necesidad conforme a su riqueza en gloria en Cristo Jesús.
Instruye al niño en el camino que debe seguir, Aun cuando sea viejo no se apartará de él.
Yavé te bendiga y te guarde.
Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti, Y tenga de ti misericordia.
Los hijos obedezcan a sus progenitores, porque esto es justo.
Finalmente, mis hermanos, sean fuertes en el Señor y su fuerza poderosa.
Vístanse con toda la armadura de Dios para que estén firmes contra las estrategias del diablo.
Porque no tenemos lucha contra carne y sangre, sino contra los principados, las circunscripciones, los gobernadores de este mundo de la oscuridad y contra las huestes espirituales en los planes celestiales.
Tomen la armadura completa de Dios, para que puedan resistir en el día malo y, después de conquistar todo, estar firmes.
Por tanto estén firmes. Átense la cintura con la verdad. Pónganse la coraza de justicia.
Cálcense los pies con el equipo de las Buenas Noticias de la paz.
Sobre todo, tomen el escudo de la fe, con el cual podrán extinguir todas las flechas encendidas del maligno.
Tomen el yelmo de la salvación y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios.
Hablen con Dios en todo tiempo por medio de toda conversación y súplica en espíritu. Por lo mismo, estén alerta con toda perseverancia y suplicación por todos los santos,
y por mí, para que se me dé palabra al abrir mi boca, a fin de proclamar con osadía el misterio de las Buenas Noticias,
Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer Mandamiento con promesa,
del cual soy embajador con cadena, para que hable de él con osadía, como debo hablar.
Para que ustedes también sepan mi situación y lo que hago, todo les informará Tíquico, el hermano amado, y fiel ministro en el Señor,
a quien les envié para que sepan las cosas con respecto a nosotros y consuele sus corazones.
Paz a los hermanos y amor con fe en Dios Padre y en el Señor Jesucristo.
La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con perpetuidad.
para que te vaya bien, y vivas largo tiempo sobre la tierra.
En verdad les digo que el que no recibe el reino de Dios como un niño, que de ningún modo entre en él.
Al tomarlos en sus brazos, los bendecía y colocaba las manos sobre ellos.
Yavé te bendiga y te guarde.
Yavé haga resplandecer su rostro sobre ti, Y tenga de ti misericordia.
Yavé alce sobre ti su rostro, Y te dé paz.
Porque Yo sé los designios que tengo para ustedes, dice Yavé, designios de bienestar y no de mal, a fin de darles porvenir y esperanza.
Inmensamente feliz es todo el que teme a Yavé, Quien anda en sus caminos.
Cuando tú comas del fruto de tus manos Serás inmensamente feliz y saldrás bien.
Tu esposa será como vid fructífera dentro de tu casa, Tus hijos, como retoños de olivo alrededor de tu mesa.
Ciertamente así será bendecido el hombre Que teme a Yavé.
Porque Yavé tu ʼElohim te bendecirá como te prometió: Prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado. Dominarás a muchas naciones, pero a ti no te dominarán.
Estas palabras que te ordeno hoy permanecerán sobre tu corazón.
Las inculcarás a tus hijos y hablarás de ellas sentado en tu casa, cuando andes por el camino, al acostarte y al levantarte.
Si andan en mis Estatutos y guardan mis Mandamientos para practicarlos,
Demoleré sus lugares altos, derribaré sus altares donde ofrecen incienso, amontonaré sus cadáveres sobre los cadáveres inertes de sus ídolos, y mi alma los repugnará.
Convertiré sus ciudades en ruinas. Destruiré sus santuarios. No aceptaré el aroma aplacador de sus sacrificios.
También asolaré la tierra de modo que queden asombrados sus enemigos que moren en ella.
A ustedes los esparciré entre las naciones, y desenvainaré la espada tras ustedes. Su tierra será devastada y sus ciudades desoladas.
Entonces la tierra gozará sus sábados todos los días que esté asolada, mientras ustedes estén en la tierra de sus enemigos. Entonces la tierra descansará y gozará sus sábados.
Descansará todo el tiempo que esté desolada, lo que no descansó en sus sábados cuando ustedes estaban en ella.
En cuanto a los que queden de ustedes, infundiré tal cobardía en sus corazones en las tierras de sus enemigos que el sonido de una hoja que se mueva los ahuyentará. Huirán como se huye de la espada y caerán sin que los persiga alguno.
Tropezarán los unos con los otros como si huyeran de la espada, sin que nadie los persiga. No podrán presentar resistencia delante de sus enemigos.
Perecerán entre las naciones, y la tierra de sus enemigos los consumirá.
Los que queden de ustedes desfallecerán en las tierras de sus enemigos. Por su iniquidad y por la iniquidad de sus antepasados se pudrirán juntamente con ellos.
entonces Yo daré sus lluvias en su época, la tierra producirá su cosecha y el árbol del campo dará su fruto.
Honra a tu padre y a tu madre para que tus días se prolonguen en la tierra que Yavé tu ʼElohim te da.
pero los que esperan en Yavé tienen nuevas fuerzas. Levantarán las alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Cuando la mujer da a luz tiene dolor, porque llegó su hora. Pero cuando da a luz al hijo, ya no recuerda la angustia por el gozo del nacimiento de un ser humano.
Pero Jesús los llamó y les dijo: Dejen que los niños vengan a Mí, y no se lo impidan, porque de ellos es el reino de Dios.
Confía en Yavé con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas.
El Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que ustedes abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
¡Aleluya! Inmensamente feliz es el hombre que teme a Yavé, Que grandemente se deleita en sus Mandamientos.
Lo verá el perverso y se angustiará. Crujirá sus dientes y se consumirá. El deseo de los perversos perecerá.
Sus descendientes serán poderosos en la tierra. La generación de los rectos será bendita.
Suficiencia y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece para siempre.
Fui joven, y ahora soy anciano, Y no he visto justo desamparado, Ni a su descendencia que mendigue pan.
En todo tiempo tiene misericordia, y presta, Y sus descendientes son para bendición.
Pero Jesús dijo: Dejen a los niños venir a Mí y no les impidan, porque de ellos es el reino celestial.
¡Consideren qué glorioso amor nos dio el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios! ¡Y somos! Por esto no nos conoce el mundo, porque no lo conoció a Él.
¡Sabiduría ante todo! Adquiere sabiduría, Y sobre toda posesión adquiere entendimiento.
Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de arriba, del Padre de las luces, en Quien no hay cambio ni sombra de variación.
Yavé te protegerá de todo mal. Él guardará tu alma.
Yavé guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.
Sucederá que si escuchas atentamente la voz de Yavé tu ʼElohim para guardar y practicar todos sus Mandamientos que yo te ordeno hoy, también Yavé tu ʼElohim te exaltará por encima de todas las naciones de la tierra.
Todos los pueblos de la tierra mirarán que el Nombre de Yavé es invocado sobre ti, y tendrán temor a ti.
Yavé hará que sobreabundes en bienes, el fruto de tu vientre, el fruto de tu bestia, el producto de tu terreno, y la tierra que Yavé juró a tus antepasados que te la daría.
Yavé te abrirá su buen tesoro, el cielo, para dar la lluvia a tu tierra en su tiempo y bendecir toda la obra de tu mano. Prestarás a muchas naciones, pero tú no tomarás prestado.
Si escuchas los Mandamientos de Yavé tu ʼElohim que te mando hoy para que los guardes y los cumplas, Yavé te pondrá como cabeza y no como cola, estarás encima solamente, y no estarás debajo.
No te apartes, ni a la derecha ni a la izquierda de ninguna de las Palabras que yo te ordeno hoy para seguir y servir a otros ʼelohim.
Pero sucederá que si no escuchas la voz de Yavé tu ʼElohim para observar y practicar todos sus Mandamientos y Estatutos que yo te ordeno hoy, vendrán sobre ti y te alcanzarán todas estas maldiciones:
Maldito serás en la ciudad y en el campo.
Malditas serán tu cesta y tu artesa de amasar.
Maldito será el fruto de tu vientre y de tu tierra, el parto de tu ganado vacuno y la cría de tu rebaño.
Maldito serás cuando entres y cuando salgas.
Si escuchas la voz de Yavé tu ʼElohim, todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán:
Apacentará su rebaño como pastor. Recogerá a los corderitos con su brazo. Los llevará en su seno, y pastoreará suavemente a las recién paridas.
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan para lo bueno, a los que son llamados según su propósito.
porque todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús.
Pues todos los que fueron bautizados en Cristo, se vistieron de Cristo.
No hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni hembra. Porque todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús.
Si ustedes son de Cristo, entonces son descendencia de Abraham, herederos según la promesa.
Tú formaste mis órganos internos. Me tejiste en el vientre de mi madre.
Te doy gracias, Porque soy temerosa y maravillosamente formado. Maravillosas son tus obras, Y mi alma lo sabe muy bien.
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Quien nos bendijo con toda bendición espiritual en los planes celestiales con Cristo,
Tengo presente el recuerdo de la fe sincera que hay en ti, la cual residió primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice, y estoy persuadido de que también en ti.
Yavé protege a los extranjeros, Él sostiene al huérfano y a la viuda, Pero Él trastorna el camino de los perversos.
Mi cuerpo y mi corazón desfallecen, Pero ʼElohim es la Fuerza de mi corazón Y mi Porción para siempre.
Pues si ustedes, que son malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¡cuánto más su Padre celestial dará cosas buenas a los que le piden!