Jesús estaba rodeado de amigos y nos dejó un gran ejemplo de la amistad, un amigo es un ser importante en nuestras vidas, la biblia nos dice que mejor son dos que uno porque si uno cae el otro está allí para levantarlo, tener un buen y verdadero amigo es una bendición y un privilegio. Un amigo es como un hermano en tiempo de angustia, el amigo te aconseja, se goza de tus logros y te acompaña en la aflicción. El amigo siempre desea que estés bien que salgas adelante, te ayuda a conducirte hacia Dios. La amistad tiene presencia en distintas etapas de la vida, los amigos se vuelven nuestra familia es por eso que es importante saber que tienes un amigo con una amistad pura. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. (Juan 15:13)
¡Yavé, Roca mía y Castillo mío, y mi Libertador! ʼElohim mío y Fortaleza mía, en Quien me refugio, Mi Escudo y mi Cuerno de salvación, mi alta Torre.
Los cachorros de león necesitan y sufren hambre, Pero los que buscan a Yavé no carecen de ningún bien.
Tú eres mi Refugio. Me guardas de la angustia. Me rodeas con cantos de liberación. Selah
Te haré entender Y te enseñaré el camino en el cual debes andar. Sobre Ti fijaré mis ojos y te aconsejaré.
Yavé es el que va delante de ti. Él estará contigo. No te dejará, ni te desamparará. No temas, ni desmayes.
Pero ahora, oh Jacob, Yavé, el que te creó, El que te formó, oh Israel, dice: No temas, porque Yo te redimí. Te di nombre. Mío eres tú.
Ustedes son mis testigos, dice Yavé, y mi Esclavo que Yo escogí para que me conozcan, me crean y entiendan que Yo Soy. Antes de Mí no fue formado algún ʼEL, ni existirá después de Mí.
Yo, Yo soy Yavé, y fuera de Mí no hay quien salve.
Yo predije y Yo salvé. Yo se lo informé, y no hubo testigo extraño entre ustedes. Por tanto, dice Yavé, ustedes son mis testigos: Yo soy ʼEL.
Aun antes que hubiera día, Yo Soy. No hay quien libre de mi mano. Lo que Yo hago, ¿quién puede revertirlo?
Yavé, Redentor de ustedes, el Santo de Israel, dice: Por amor a ustedes envié un mensaje a Babilonia, y los haré bajar a todos como fugitivos, aun a los caldeos, en las naves en las cuales se regocijan.
Yo soy Yavé, su Santo, el Creador de Israel, su Rey.
Yavé, Quien abrió camino en el mar y sendero en las aguas impetuosas,
el que saca a batalla el carruaje y el caballo, el ejército y sus valientes, dice: Ellos caerán juntamente y no volverán a levantarse. Son apagados y se extinguen como un pabilo.
No se acuerden de las cosas pasadas, ni traigan a la memoria las cosas antiguas.
Ciertamente Yo hago algo nuevo. Pronto saldrá a la luz. ¿No la conocerán? Abriré un camino en el desierto, ríos en la región despoblada.
Cuando pases por las aguas Yo estaré contigo. La corriente no te anegará. Cuando andes por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Me darán honra las fieras del campo, los chacales y los avestruces, porque daré aguas en el desierto y ríos en la región despoblada para dar de beber a mi pueblo escogido,
el pueblo que Yo formé para Mí mismo a fin de que proclame mi alabanza.
Sin embargo, oh Jacob, no me invocaste. Te cansaste de Mí, oh Israel.
No me trajiste corderos para tus holocaustos, ni me honraste con tus sacrificios. No te obligué a servir con ofrendas, ni te fatigué al pedirte incienso.
No me compraste canela con dinero, ni me saciaste con la sustancia de tus sacrificios, sino pusiste la carga de tus pecados sobre Mí. Me fatigaste con tus iniquidades.
Yo, Yo soy el que borro tus rebeliones por amor a Mí mismo y no me acordaré de tus pecados.
Recuérdamelo y entremos juntos a juicio. Habla tú para justificarte.
Tu primer antepasado pecó. Tus representantes se rebelaron contra Mí.
Por tanto, Yo deshonré a los jefes del Santuario, entregué a Jacob como maldición y a Israel como oprobio.
Porque Yo, Yavé tu ʼElohim, el Santo de Israel, soy tu Salvador. A Egipto di por tu rescate, a Etiopía y a Seba, a cambio de ti.
Por nada estén ansiosos, sino sean conocidas sus peticiones ante Dios, en toda conversación con Dios y súplica, con acción de gracias.
Ciertamente ʼEL es mi salvación. Confiaré y no temeré, porque mi fortaleza y mi cántico es YA Yavé, quien es mi salvación.
ʼElohim es nuestro Refugio y Fortaleza, Un auxilio muy presente en la tribulación.
Estén quietos y reconozcan que Yo soy ʼElohim. Seré exaltado entre las naciones. Seré enaltecido en la tierra.
Yavé de las huestes está con nosotros. Nuestra Fortaleza es el ʼElohim de Jacob. Selah
Por tanto, no temeremos aunque la tierra sea removida, Y las montañas se traspasen al corazón del mar,
Aunque bramen y espumen sus aguas, Y tiemblen las montañas a causa de su ímpetu. Selah
Les he dicho esto para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen aflicción, pero ¡tengan ánimo! Yo he vencido al mundo.
Hermanos míos, gócense profundamente cuando pasen por diversas pruebas,
porque la ira del hombre no efectúa la justicia de Dios.
Por tanto desechen toda impureza y abundancia de maldad y reciban con humildad la Palabra sembrada que puede salvar sus almas.
Así que no se engañen ustedes mismos. Sean hacedores de la Palabra y no solo oidores.
Porque si alguno es oidor de la Palabra, y no hacedor, es como un hombre que mira su rostro en un espejo:
se mira y sale, e inmediatamente se olvida cómo era.
Pero el que mira atentamente en la ley perfecta, la de la libertad, permanece en ella y no es oidor olvidadizo, sino practicante, será inmensamente feliz en lo que hace.
Si alguno supone ser religioso y no refrena su lengua, sino engaña su corazón, su religión no tiene valor.
La religión pura y sin mancha delante del Dios y Padre es ésta: Atender a los huérfanos y a las viudas en su aflicción y guardarse sin mancha del mundo.
y sepan que la prueba de su fe produce paciencia.
Pero obtenga la paciencia su resultado perfecto para que sean perfectos y cabales, sin deficiencia.
Esfuércense y sean valientes. No teman, ni se aterroricen delante de ellos, porque Yavé tu ʼElohim es el que va contigo. No te dejará ni te desamparará.
Acerquémonos, pues, con confianza al trono de la gracia para que obtengamos misericordia y hallemos gracia para la ayuda oportuna.
No temas, porque Yo estoy contigo. No desmayes, porque Yo soy tu ʼElohim que te esfuerzo. Te ayudaré siempre. Te sostendré siempre con la mano derecha de mi justicia.
Jesús les respondió: En verdad les digo, si tienen fe y no dudan, no solo harán lo de la higuera, sino aun si a esta montaña dicen: Quítate y échate al mar, sucederá.
Yavé es tu Guardador, Yavé es tu Sombra a tu mano derecha.
El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche.
Yavé te protegerá de todo mal. Él guardará tu alma.
Yavé guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.
Yavé es mi Luz y mi Salvación, ¿De quién temeré? Yavé es la Fortaleza de mi vida, ¿De quién me aterrorizaré?
Yavé es mi Luz y mi Salvación, ¿De quién temeré? Yavé es la Fortaleza de mi vida, ¿De quién me aterrorizaré?
Aunque mi padre y mi madre me abandonen, Yavé me recogerá.
Enséñame, oh Yavé, tu camino, Y guíame por senda llana, a causa de mis enemigos.
No me entregues a la voluntad de mis adversarios, Porque se levantaron contra mí testigos falsos que respiran violencia.
Hubiera yo desmayado Si no creyera que veré la bondad de Yavé en la tierra de los vivientes.
Espera a Yavé. ¡Sé fortalecido y aliéntese tu corazón! ¡Sí, espera a Yavé!
Cuando se juntaron contra mí los perversos para devorar mi carne, Mis adversarios y mis enemigos tropezaron y cayeron.
Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón. Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias y Dios de toda consolación,
Quien nos consuela en toda nuestra aflicción, para que nosotros consolemos a los que están en cualquier aflicción, por medio de la consolación con la cual nosotros mismos somos consolados por Dios.
Yavé es mi Fortaleza y mi Escudo. Confió mi corazón en Él Y fui ayudado, Por lo cual se regocija mi corazón. Lo alabaré con mi canto.
Porque Dios no nos dio espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.
Por nada estén ansiosos, sino sean conocidas sus peticiones ante Dios, en toda conversación con Dios y súplica, con acción de gracias.
La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.
Paz les dejo. Les doy mi paz. Yo no se la doy como el mundo la da. No se atribule ni se atemorice su corazón.
Hermanos, yo mismo no considero haberlo alcanzado, pero una cosa hago: al olvidarme ciertamente de las cosas de atrás y extenderme hacia adelante,
prosigo hacia la meta, hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Pero yo clamaré a ʼElohim, Y Yavé me salvará.
Al llegar la noche, por la mañana y a mediodía Me quejaré y gemiré, Y Él escuchará mi voz.
Él rescata en paz mi alma del ataque contra mí, Aunque muchos se enfrenten contra mí.
Aun los muchachos se fatigan y se cansan. Los jóvenes tropiezan y caen,
pero los que esperan en Yavé tienen nuevas fuerzas. Levantarán las alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni gobernantes, ni lo presente, ni lo que viene, ni poderes,
ni lo alto, ni lo profundo, ni otra criatura podrá separarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, nuestro Señor.
Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan para lo bueno, a los que son llamados según su propósito.
Postrada en el polvo está mi alma. Dame vida según tu Palabra.
Te declaré mis caminos, Y me respondiste. Enséñame tus Estatutos.
Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento persevera en ti, porque en Ti confió.
Confíen en Yavé perpetuamente, porque YA Yavé es la Roca de los siglos.
Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya fruto, Aunque falte el producto del olivo, Y los campos no produzcan alimento, Aunque se acaben las ovejas del redil Y no haya vacas en los establos,
Sin embargo, yo me alegraré en Yavé Y me gozaré en el ʼElohim de mi salvación.
Levantaré mis ojos a las montañas. ¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Yavé, Quien hizo el cielo y la tierra.
Vengan a Mí todos los que están agotados y cargados, y Yo los haré descansar.
Lleven mi yugo sobre ustedes y aprendan de Mí, pues soy manso y humilde de corazón. Hallarán descanso para sus almas,
¿Eres Tú el que venía o esperamos a otro?
porque mi yugo es fácil y liviana mi carga.
pero los que esperan en Yavé tienen nuevas fuerzas. Levantarán las alas como águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Sean sus costumbres sin avaricia. Estén satisfechos con lo que tienen, porque Él mismo dijo: Que de ningún modo te abandone. Que de ningún modo te desampare.
De manera que decimos confiadamente: El Señor es mi Ayudador, no temeré. ¿Qué podrá hacerme un ser humano?
Yavé será un refugio, una torre alta para el oprimido, Un baluarte y fortaleza en tiempos de angustia.
El Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que ustedes abunden en la esperanza por el poder del Espíritu Santo.
¡Estén siempre gozosos!
Hablen con Dios sin cesar.
Den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para ustedes en Cristo Jesús.
El día cuando invoqué, Tú me respondiste. Me volviste atrevido con fortaleza en mi alma.
Por un momento es su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche dura el llanto, Pero al amanecer viene la alegría.
Confía en Yavé con todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia inteligencia.
Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus sendas.
Por tanto, no desfallecemos. Más bien, aunque nuestro aspecto exterior es desgastado, sin embargo, el interior es renovado de día en día.
Porque esta leve aflicción momentánea se nos reproduce en un peso eterno de resplandor de extraordinaria calidad,
al nosotros no mirar las cosas que se ven, sino las que no se ven. Porque las que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
Mi cuerpo y mi corazón desfallecen, Pero ʼElohim es la Fuerza de mi corazón Y mi Porción para siempre.
Al que es poderoso para hacer todas las cosas infinitamente más allá de lo que nos atrevemos a pedir o entendemos, según el poder que actúa en nosotros,
El día cuando temo, confío en Ti.
En ʼElohim, la Palabra de Quien alabo, En ʼElohim confío, no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?
No se afanen por el mañana, porque el mañana se preocupa de sí mismo. Basta a cada día su propio mal.
Sostengamos firme la confesión de nuestra esperanza sin fluctuar, porque el que prometió es fiel.
No solo esto, sino también celebramos las aflicciones, pues sabemos que la aflicción produce paciencia,
y la paciencia, carácter aprobado, y el carácter aprobado, esperanza.
La esperanza no decepciona, porque el amor de Dios se derramó en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que se nos dio.
Cuando pases por las aguas Yo estaré contigo. La corriente no te anegará. Cuando andes por el fuego no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
¿Por qué te abates, alma mía, y gimes dentro de mí? Espera a ʼElohim, porque aún lo alabaré. ¡Salvación mía y ʼElohim mío!
El corazón alegre es una buena medicina, Pero un espíritu quebrantado seca los huesos.