Jueces 14 - Nueva Biblia Española (1975)1 Sansón bajó a Timná y vio allí una muchacha filistea. 2 Cuando regresó les dijo a sus padres: He visto una muchacha filistea en Timná. Pídanmela para esposa. 3 Sus padres le contestaron: ¿Y no hay ninguna mujer en tu parentela y en todo el pueblo, para que vayas a casarte con una chica de los filisteos, esos incircuncisos? Pero Sansón insistió a su padre: Pídemela para esposa, porque ésa me gusta. 4 (Su padre y su madre no sospechaban que el Señor lo disponía así buscando un pretexto contra los filisteos, que por entonces dominaban a Israel). 5 Sansón bajó a Timná. Cuando llegaba cerca de las viñas de Timná, le salió rugiendo un leoncito; 6 el espíritu del Señor invadió a Sansón, que descuartizó al león como quien descuartiza un cabrito, y eso que no llevaba nada en la mano. Pero no se lo contó a sus padres. 7 Sansón habló con la muchacha, y le gustó. 8 Pasado algún tiempo, cuando volvía para casarse con ella, se desvió un poco para ver el león muerto, y encontró en el esqueleto un enjambre de abejas con miel; 9 sacó el panal con la mano y se lo fue comiendo por el camino; cuando alcanzó a sus padres, les dio miel, y la comieron, pero no les dijo que la había sacado del esqueleto del león. 10 Bajó a casa de la novia y hubo allí un convite, como suelen hacer los jóvenes; 11 y como le tenían miedo, le asignaron treinta compañeros que se cuidaran de él. 12 Sansón les dijo: Les voy a poner una adivinanza; si me la sacan en estos siete días del convite, les doy treinta sábanas y treinta mudas; 13 si no logran sacarlo, me dan ustedes a mí treinta sábanas y treinta mudas. Le contestaron: A ver, di la adivinanza. 14 El dijo: Del que come salió comida, del fuerte salió dulzura. Durante los tres primeros días no pudieron dar con la solución. 15 Al cuarto día le dijeron a la mujer de Sansón: Engaña a tu marido, a ver si nos enteramos de la solución, que si no, te quemamos a ti y a la casa de tu padre. ¿O nos han invitado para dejarnos sin nada? 16 Entonces la mujer de Sansón le fue llorando: Ya me has aborrecido, ya no me quieres. A los de mi pueblo les has puesto la adivinanza y a mí no me dices la solución. El le contestó: ¡Conque no se la he dicho a mi padre ni a mi madre y te la voy a decir a ti! 17 Pero ella le estuvo llorando los siete días del convite. Al fin, el día séptimo -tanto le importunaba- le dijo la solución, y ella se la dijo a los de su pueblo. 18 Y éstos dieron la respuesta a Sansón el día séptimo, antes de que entrara en la alcoba: '¿Qué más dulce que la miel, qué más fuerte que el león?'. Sansón repuso: 'Si no hubieran arado con mi novilla, no habrían acertado mi adivinanza'. 19 Entonces lo invadió el espíritu del Señor, bajó a Ascalón, mató allí a treinta hombres, los desnudó y dio las mudas a los que habían sacado la adivinanza. Después, enfurecido, se volvió a casa de su padre. 20 Y su mujer pasó a pertenecer a uno de los compañeros que habían cuidado de él. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.