Eclesiastés 1 - Nueva Biblia Española (1975)1 Discurso de Qohelet, hijo de David, rey de Jerusalén: 2 ¡Vanidad de vanidades -dice Qohelet-; vanidad de vanidades, todo es vanidad! Nada hay nuevo bajo el sol 3 ¿Qué saca el hombre de todas las fatigas que lo fatigan bajo el sol? 4 Una generación se va, otra generación viene, mientras la tierra siempre está quieta. 5 Sale el sol, se pone el sol, jadea por llegar a su puesto y de allí vuelve a salir. 6 Camina al sur, gira al norte, gira y gira y camina el viento. 7 Todos los ríos caminan al mar y el mar no se llena; llegados al sitio adonde caminan, desde allí vuelven a caminar. 8 Todas las cosas cansan y nadie es capaz de explicarlas. No se sacian los ojos de ver ni se hartan los oídos de oír. 9 Lo que pasó, eso pasará; lo que sucedió, eso sucederá; nada hay nuevo bajo el sol. 10 Si de algo se dice: 'Mira, esto es nuevo', ya sucedió en otros tiempos mucho antes de nosotros. 11 Nadie se acuerda de los antiguos y lo mismo pasará con los que vengan: no se acordarán de ellos sus sucesores. Doble experimento (1 Re 5s) 12 Yo, Qohelet, fui rey de Israel en Jerusalén. 13 Me dediqué a investigar y a explorar con método todo lo que se hace bajo el cielo. Una triste tarea ha dado Dios a los hombres para que se atareen con ella. 14 Examiné todas las acciones que se hacen bajo el sol: todo es vanidad y caza de viento, 15 torcedura imposible de enderezar, pérdida imposible de calcular. 16 Y pensé para mí: aquí estoy yo, que he acumulado tanta sabiduría, más que mis predecesores en Jerusalén; mi mente alcanzó sabiduría y mucho saber. 17 Ya fuerza de trabajo comprendí que la sabiduría y el saber son locura y necedad. Y comprendí que también eso es caza de viento, 18 pues a más sabiduría más pesadumbre, y aumentando el saber se aumenta el sufrir. |
Luis Alonso Schökel y Juan Mateos, 1975 ©, Editada por Ediciones Cristiandad.