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Lucas 9:51 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia

Cuando se iban cumpliendo los días en que Jesús tendría que consumar su misión en la cruz, decididamente emprendió su viaje hacia Jerusalén.

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Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Cuando se acercaba el tiempo de ascender al cielo, Jesús salió con determinación hacia Jerusalén.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Como ya se acercaba el tiempo en que sería llevado al cielo, Jesús emprendió resueltamente el camino a Jerusalén.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Aconteció que al cumplirse° los días de su ascensión,° Él decidió resueltamente° ir a Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Y sucedió que, al cumplirse el tiempo de su elevación, tomó la decisión irrevocable de ir a Jerusalén

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y aconteció, que cumpliéndose el tiempo en que había de ser recibido arriba, Él afirmó su rostro para ir a Jerusalén.

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Lucas 9:51
29 Tagairtí Cros  

Cuando Jesús terminó de hablar, fue llevado hacia el cielo y se sentó a la derecha de Dios.


Pero primero tengo que pasar por un bautismo, la prueba de la muerte y de la sepultura, tendré que sumergirme para después ser levantado, y vivo esta angustia hasta que se cumpla ese momento.


Mientras seguía su viaje hacia Jerusalén, Jesús caminaba por ciudades y pueblos, y por todas partes aprovechaba para enseñar la Palabra.


Caminando hacia Jerusalén, Jesús tomó un camino que pasaba entre la región de Samaria y la región de Galilea.


Jesús dijo a los doce: – Estamos subiendo a Jerusalén y se cumplirá todo lo que ha sido escrito por los profetas respecto del Hijo del Hombre:


Ya estaba cerca de Jerusalén, y la gente que seguía a Jesús, al escuchar todas estas cosas, creía que el reino de Dios estaba a punto de manifestarse; por eso Jesús aprovechó que tenía la atención de todos, y volvió a enseñar a través de una parábola:


Después de decir esto, Jesús siguió su camino hacia Jerusalén.


Y sucedió que mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo.


Mientras iban caminando, uno le dijo a Jesús: – Te seguiré a dondequiera que vayas.


Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que la hora para regresar al Padre había llegado, y habiendo amado sacrificialmente a su gente, a los que estaban con Él en este mundo, los amó extremadamente.


Salí del Padre y he venido al mundo; de nuevo dejo al mundo y voy al Padre.


Pero ahora regreso al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: – ¿A dónde vas?


Yo ya no estaré en el mundo, y estas personas están en el mundo, yo voy hacia Ti. ¡Oh, Padre santo!, a todas estas personas que me has dado, guárdalas y cuídalas en tu nombre, para que estén unidas, como Tú y yo estamos unidos.


¿Qué pasará cuando vean al Hijo del Hombre subir de nuevo al cielo?


hasta el día en que fue recibido arriba, pero antes de irse, Jesús dio órdenes con el poder del Espíritu Santo a los apóstoles que escogió.


Habiendo dicho esto, ellos vieron como Jesús fue llevado, y una nube lo tapó y lo ocultó de los ojos de los que estaban allí.


es el mismo gran poder con el que Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha en los lugares celestiales


hacia la meta, para conquistarla, y recibir el premio que viene de arriba, que es el supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.


Sin lugar a duda, grandes son las verdades espirituales: que Dios a través de Jesucristo fue encarnado, fue justificado en el Espíritu, fue visto y vivido por los ángeles, fue predicado entre los gentiles, el mundo tuvo fe en Él y fue recibido en el cielo con gloria.


Fijando la mirada en el autor y perfeccionador de nuestra fe, Jesús, el mejor ejemplo de fe, que miró el dolor con los ojos de la fe para redención, soportando la cruz y el maltrato, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.


Él lo hizo como precursor, para abrirnos el camino hacia Dios, pues Cristo es para siempre el Sumo Sacerdote, según el orden real de Melquisedec.


el que subió al cielo y está a la derecha de Dios Padre; tanto los ángeles como las autoridades y potestades se someten a Cristo.