Porque había un letrero encima de su cabeza que decía: “ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS”
Juan 19:20 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia El título fue leído por muchos judíos, pues el lugar de la crucifixión estaba cerca de la ciudad; y el escrito estaba en hebreo, griego y latín. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y muchos de los judíos leyeron este título; porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y el título estaba escrito en hebreo, en griego y en latín. Biblia Nueva Traducción Viviente El lugar donde crucificaron a Jesús estaba cerca de la ciudad, y el letrero estaba escrito en hebreo, en latín y en griego, para que muchos pudieran leerlo. Biblia Católica (Latinoamericana) Muchos judíos leyeron este letrero, pues el lugar donde Jesús fue crucificado estaba muy cerca de la ciudad. Además estaba escrito en hebreo, latín y griego. La Biblia Textual 3a Edicion Muchos de los judíos leyeron este título, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y había sido escrito en hebreo, en latín y en griego.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Muchos judíos leyeron este letrero, porque el lugar en donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad y estaba redactado en hebreo, en latín y en griego. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y muchos de los judíos leyeron este título, porque el lugar donde Jesús fue crucificado estaba cerca de la ciudad, y estaba escrito en hebreo, y en griego, y en latín. |
Porque había un letrero encima de su cabeza que decía: “ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS”
Por lo tanto, Pilatos oyendo estas palabras, condujo a Jesús hacia afuera y se sentó en el tribunal, en un lugar empedrado, que en hebreo se llama Gabbathá.
Por motivo de la preparación de la Pascua de los judíos, buscaron un lugar cerca para sepultar a Jesús, y precisamente lo pusieron en el sepulcro de aquel huerto.
Había en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que en hebreo se llamaba Betesda, y esta piscina tenía cinco puertas pequeñas.
Cuando Pablo estaba a punto de ser metido al cuartel, le preguntó al comandante: – ¿Me permites decirte algo? Y el comandante respondió: – ¿Sabes griego?
El comandante se lo permitió. Pablo se puso de pie en las escaleras e indicó con la mano que todos guardaran silencio. Cuando se callaron, Pablo les habló en hebreo arameizado:
Cuando lo escucharon hablando en hebreo arameizado, guardaron más silencio. Pablo continuó:
todos caímos al suelo, y yo oí una voz que me decía en hebreo arameizado: – “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? ¿Qué sacas con dar golpes contra la pared? Lo único que logras al tratar de luchar contra mí es hacerte daño”.
Por lo cual Jesús también sufrió la muerte fuera de la ciudad, para purificar a su pueblo con su propia sangre.
Entonces, los espíritus malignos reunieron a los reyes en un lugar que en hebreo se llama Armagedón.
El rey de las langostas era el ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es “Abadón” y en griego es “Apolión”.