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Jeremías 2:13 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

Porque dos males ha cometido mi pueblo: me abandonaron a mí que soy fuente de agua viva, y han cavado para sí cisternas que no pueden ni siquiera retener agua.

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Biblia Reina Valera 1960

Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pues mi pueblo ha cometido dos maldades: me ha abandonado a mí —la fuente de agua viva— y ha cavado para sí cisternas rotas ¡que jamás pueden retener el agua!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

doble falta ha cometido mi pueblo: me ha abandonado a mí, que soy manantial de aguas vivas, y se han cavado pozos, pozos agrietados que no retendrán el agua.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me abandonaron a mí, fuente de agua viva, Y cavaron para sí cisternas, Cisternas rotas que no retienen el agua.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

pues dos males hizo mi pueblo: me abandonaron a mí, fuente de aguas vivas, y se excavaron cisternas, cisternas agrietadas, que no retienen el agua.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, para cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua.

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Jeremías 2:13
49 Tagairtí Cros  

Porque el pueblo de Judá me ha abandonado y ha adorado a otros dioses, y ha hecho que mi ira arda contra este lugar, sin que se pueda apagar.


Porque tú eres la fuente de la vida; nuestra luz viene de tu luz.


Según mi entender, nada vale la pena; todo es vano.


Vanidad tras vanidad, dice el Predicador; todo es vanidad.


Pero mirando cuanto había emprendido, me pareció tan inútil, como perseguir el viento sin que nada valiera realmente la pena.


Vi entonces que el móvil principal del éxito es el impulso de la envidia y los celos. Pero también esto es necedad, es perseguir el viento.


Hasta los animales —el burro y el buey— conocen a su amo y agradecen sus cuidados, ¡pero no así mi pueblo Israel! Haga lo que haga por ellos, les tiene sin cuidado.


¡Qué nación tan pecadora! Andan encorvados bajo la carga de su culpa. También sus padres fueron malvados. Nacidos para el mal, le volvieron las espaldas al Señor y menospreciaron al Santo de Israel. Ellos mismos se han alejado de mi auxilio.


¡Oh, qué gozo es beber hasta saciarse de la fuente de salvación!


Por lo tanto les enviaré desterrados a tierras muy lejanas, pues no saben ni les importa todo lo que por ustedes he hecho. Los hombres de grandeza y respeto entre ustedes morirán de hambre y los del vulgo morirán de sed.


¿Por qué gastar su dinero en alimento que no nutre? ¿Por qué pagar por víveres que no aprovechan? Escuchen y les diré dónde obtener buen alimento que fortalece el alma.


Él dijo: Míos son, sin duda no volverán a serme desleales. Y él se convirtió en su Salvador,


Así castigaré a mi pueblo por haberme abandonado y por rendirles homenaje a otros dioses, que son sólo ídolos hechos por sus propias manos.


Los nobles envían empleados a los pozos en busca de agua, pero los encuentran secos. Contrariados y desesperados, regresan los empleados y en señal de desesperación se cubren la cabeza, como es la costumbre.


Me abandonaste y me volviste la espalda, dice el Señor. Por lo tanto, yo utilizaré mi fuerza para destruirte. Ya estoy harto de darte oportunidad tras oportunidad de que te arrepientas.


¡Oh Señor, esperanza de Israel, todos cuantos de ti se apartan serán deshonrados y avergonzados! Su futuro es muy mediocre, sólo cosas terrenales, porque han abandonado al Señor, quien es como una fuente de aguas dadoras de vida.


En lo alto del Líbano jamás se derrite la nieve. Las frías corrientes que manan de las grietas del monte Hermón jamás se secan.


Porque Israel me ha abandonado y ha convertido este valle en sitio de vergüenza e iniquidad. El pueblo le ofrece perfumes agradables a los ídolos en señal de homenaje, ídolos que ni esta generación ni sus antepasados ni los reyes de Judá habían honrado antes, y han empapado en sangre de niños inocentes este lugar.


¿No se dan cuenta aún que ustedes se han acarreado esto al rebelarse contra el Señor su Dios cuando él quería guiarlos y mostrarles la forma correcta de vivir?


Como el ladrón, la única vergüenza que Israel conoce es que lo atrapen. Reyes, príncipes, sacerdotes y profetas, en esto son iguales. A un poste labrado lo llaman padre suyo, y tienen por madre un ídolo labrado en piedra. ¡Pero cuando le llegan los tiempos de angustia es a mí a quien recurren pidiendo salvación!


Hasta que mi pueblo abandone su terquedad, pues se niegan a seguir mis instrucciones. Son torpes, retrasados, sin entendimiento, muy avispados para hacer el mal, pero muy tontos cuando se trata de hacer algo bueno.


Hay entre mi pueblo hombres perversos que acechan víctimas como lo hace un cazador oculto. Arman trampas y redes con mucha habilidad. ¿Y qué es lo que atrapan? ¡Personas!


los profetas anunciando mentiras y los sacerdotes muy contentos apoyándolos. Y al pueblo parece que le gusta esta situación. ¡¿Dónde irá a parar toda esta locura?!


Pues yo castigaré a todos aquellos que se apartan de mí y van tras los ídolos”.


Luego mi guía celestial me trajo de vuelta a la puerta del templo. Vi una corriente de agua fluyendo hacia el este, desde debajo del templo y pasando a la derecha del altar, o sea, sobre su lado sur.


Antes ustedes eran mi pueblo, pero ahora se han convertido en mis enemigos. Son tan malos que a los que regresan agotados de la guerra, ustedes les arrebatan su ropa.


El Señor dice: «Pueblo mío, ¿qué te he hecho para que reniegues de mí de ese modo? ¿En qué te he ofendido? ¡Respóndeme!


»En aquel día será como abrir un gran manantial en donde la descendencia real de David y todos los habitantes de Jerusalén puedan purificarse de todas las maldades que han cometido.


Jesús le contestó: ―Si supieras lo que Dios puede darte y quién es el que te está pidiendo agua, serías tú la que le pediría agua a él y él te daría agua que da vida.


La mujer le dijo: ―Señor, ni siquiera tienes con qué sacar el agua y el pozo es muy hondo. ¿Cómo me vas a dar agua que da vida?


pero el que beba del agua que yo le dé, no volverá a tener sed jamás, porque dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna.


El último día de la fiesta, que era el más importante, Jesús se puso de pie y dijo con fuerte voz: ―¡Si alguno tiene sed, venga a mí y beba!


y le dijo a Moisés: «Tú morirás y te reunirás con tus antepasados. Después de tu partida, este pueblo comenzará a adorar dioses extraños en la tierra en la que van a entrar. Ellos se olvidarán de mí y quebrantarán el pacto que he hecho con ellos.


Estos individuos son como manantiales secos; son inestables como nubes de vendaval. ¡Están condenados a vivir en la más negra oscuridad!


»¡Hecho está! ¡Yo soy la A y la Z, el principio y el fin! ¡Al sediento le daré a beber gratuitamente del manantial del agua de la vida!


Luego el ángel me mostró un río de agua de vida, transparente como el cristal, que brotaba del trono de Dios y del Cordero


El Espíritu y la Esposa dicen: «Ven». Y el que oye también diga: «Ven». Y el que tenga sed, venga; y el que quiera, beba gratuitamente del agua de la vida.


Sin embargo, sigue alejado de mí y adora a otros dioses. Váyanse. No los volveré a salvar.


Ellos clamaron al Señor nuevamente y confesaron que habían pecado apartándose de él y adorando a Baal y a Astarté. Y suplicaron: “Solamente a ti te adoraremos si nos salvas de nuestros enemigos”.