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Isaías 1:4 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

4 ¡Qué nación tan pecadora! Andan encorvados bajo la carga de su culpa. También sus padres fueron malvados. Nacidos para el mal, le volvieron las espaldas al Señor y menospreciaron al Santo de Israel. Ellos mismos se han alejado de mi auxilio.

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Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados! Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron atrás.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 ¡Qué nación tan pecadora, pueblo cargado con el peso de su culpa! Está lleno de gente malvada, hijos corruptos que han rechazado al Señor. Han despreciado al Santo de Israel y le han dado la espalda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 ¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de crímenes, raza de malvados, hijos perversos! Han abandonado a Yavé, han despreciado al Santo de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 ¡Oh gente pecadora, pueblo cargado de maldad, Generación° de perversos, hijos depravados! Abandonaron a YHVH, despreciaron al Santo de Israel y se volvieron atrás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 ¡Ay, nación pecadora, pueblo cargado de culpa, ralea de malhechores, hijos corrompidos! Abandonaron a Yahveh, despreciaron al Santo de Israel, se volvieron atrás.

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Isaías 1:4
69 Tagairtí Cros  

Los habitantes de Sodoma eran muy perversos y ofendían mucho al Señor con sus horribles pecados.


Así que Amón abandonó su fe en el Señor, Dios de sus antepasados, pues no vivió de acuerdo con su voluntad.


Pero justo cuando Roboán se encontraba en la cima de su popularidad y poder, abandonó la ley del Señor, y el pueblo lo siguió en este pecado.


Jotán actuó de acuerdo a la voluntad del Señor, siguió el ejemplo de su padre Uzías, menos en lo que tiene que ver con entrar al templo a quemar incienso. Sin embargo, a pesar de la buena conducta del rey, el pueblo seguía corrompiéndose.


Estos malvados nacieron pecadores; mienten desde el momento mismo de su nacimiento y se desvían.


Te alabaré con música de arpa, contando de tu fidelidad en cumplir cuanto prometes, oh Dios. Te cantaré con lira, oh Santo de Israel.


¡Cuántas veces se rebelaron contra él en aquellos años del desierto y le entristecieron el corazón!


Una y otra vez pusieron a prueba la paciencia de Dios, y provocaron al Santo de Israel.


Fueron desleales y traidores, como sus padres; ¡tan falsos como un arco defectuoso!


No tenían que ser como sus padres: tercos, rebeldes, infieles, que no quieren entregarle a Dios su corazón.


Sí, nuestra protección viene del Señor, y él, el Santo de Israel, es nuestro rey.


Por eso, el Señor le dijo a Moisés: ―Date prisa, desciende, porque el pueblo que sacaste de Egipto se ha contaminado,


Tus caudillos son rebeldes, compinches de ladrones; todos son sobornables y no defienden a las viudas ni a los huérfanos.


Pero todos los pecadores serán totalmente aniquilados, porque rehúsan venir a mí.


Cante jubiloso su canto de reconocimiento todo el pueblo de Jerusalén. Porque grande y poderoso es el Santo de Israel, que mora entre ustedes.


Para ti no habrá monumento, porque has destruido a tu nación y has asesinado a tu pueblo. Tu hijo no te sucederá en el trono.


Los mansos rebosarán nuevo júbilo procedente del Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel.


La administración civil de Israel estará en completa ruina porque los judíos han hablado contra su Señor y no quieren adorarlo, ofenden su gloria.


¡Ay de mis hijos rebeldes!, dice el Señor, ¡piden consejo de todos menos de mí, y resuelven hacer precisamente lo que yo no quiero! Hacen pactos sin mi consentimiento, y cometen pecados una y otra vez.


Porque el Señor Dios, el Santo de Israel dice: «Sólo volviéndose a mí y confiando en mí serán salvados. En la quietud y confianza en mí está su fuerza, pero nada de eso tendrán.


porque si no la escribes, dirán que nunca los previne. «¡Oh, no!», dirán, «¡jamás nos dijiste eso!», porque son rebeldes empecinados.


Por su sabiduría, el Señor enviará grandes males a su pueblo y no cambiará de opinión. Se alzará contra ellos por el mal que han hecho, y también a sus aliados los aplastará.


¿De quién te has burlado y mofado tú? ¿A quién has injuriado? ¿Contra quién enfilaste tu violencia y orgullo? ¡Fue contra el Santo de Israel!


Aunque seas despreciado, no temas, oh Israel, porque yo te auxiliaré. Yo soy el Señor, tu Redentor; yo soy el Santo de Israel.


Los lanzarás al aire, el viento los arrastrará, los torbellinos los esparcirán. Y estarán rebosantes de júbilo del Señor, se gloriarán en el Dios de Israel.


Todos verán este milagro y comprenderán que es Dios quien lo hizo, el Santo de Israel.


Hasta se burlan del Santo de Israel y desafían al Señor a que los castigue. «¡Vamos, castíganos, Señor!», dicen. «¡A ver qué puedes hacer!».


Por tanto Dios se encargará de ellos y los dará al fuego. Desaparecerán como la paja en las llamas. Las raíces se les pudrirán y las flores se les marchitarán, porque han desechado las leyes de Dios y han menospreciado la Palabra del Santo de Israel.


Estuve airado y herí a estos hombres codiciosos, pero ellos continuaron pecando, haciendo cuanto su malvado corazón anhelaba.


¡Mi pueblo está lleno de hipócritas! Acuden al templo cada día y les encanta oír la lectura de mis leyes, como si fueran a obedecerla, como si no menospreciaran los mandamientos de su Dios. ¡Qué afán muestran porque se les enseñen leyes justas, y les encanta estar cerca de mí!


Pero ya que el resto de ustedes ha abandonado al Señor y su templo, y adoran dioses de la «Suerte» y del «Destino»,


Todo el día me ofenden cara a cara adorando ídolos en muchos huertos y quemando incienso en las azoteas de sus casas.


Por eso el Señor no se complace en sus mancebos, y no se apiada siquiera de las viudas ni de los huérfanos, pues todos son malvados, mentirosos de inmunda boca. Por eso es que aún no está satisfecha su ira y su puño está aún listo para aplastarlos a todos.


Me abandonaste y me volviste la espalda, dice el Señor. Por lo tanto, yo utilizaré mi fuerza para destruirte. Ya estoy harto de darte oportunidad tras oportunidad de que te arrepientas.


Porque dos males ha cometido mi pueblo: me abandonaron a mí que soy fuente de agua viva, y han cavado para sí cisternas que no pueden ni siquiera retener agua.


¿No se dan cuenta aún que ustedes se han acarreado esto al rebelarse contra el Señor su Dios cuando él quería guiarlos y mostrarles la forma correcta de vivir?


Su propia maldad será su castigo. Verán lo malo y amargo que es rebelarse contra el Señor su Dios, abandonándolo sin temor, dice el Señor, el Señor de los ejércitos.


Oh pueblo mío, dime: ¿He sido acaso injusto con Israel? ¿He sido para ellos como tierra mala y egoísta? ¿Por qué entonces dice mi pueblo: «Por fin nos vemos libres de Dios, jamás volveremos a tener nada con él?».


¡Cuánto señuelo y qué artificios para atraer a tus amantes! ¡La coqueta más experta tendría mucho que aprender de ti!


Las malvadas acciones de Israel y Judá —del pueblo, de sus reyes, dignatarios, sacerdotes y profetas— me irritan.


Manda a llamar arqueros que vengan contra Babilonia; rodea la ciudad para que nadie pueda escapar. Haz con ella como ella hizo con otros, pues envalentonada desafió al Señor, al Santo de Israel.


porque el Señor de los ejércitos no ha abandonado a Israel ni a Judá, todavía es el Dios de ellos a pesar de la gran cantidad de faltas que han cometido contra Dios, el Santo de Israel.


¿Es a mí a quien perjudican?, pregunta el Señor. ¡A sí mismos es a quien más dañan, para vergüenza suya!


Pero no quisieron escucharles, ni siquiera trataron de poner atención. ¡Son duros, empecinados y rebeldes, peor que sus antepasados!


Pues yo castigaré a todos aquellos que se apartan de mí y van tras los ídolos”.


Las prostitutas cobran por sus servicios; los hombres pagan con muchos regalos, pero no a ti, al contrario ¡tú les das regalos a ellos, sobornándoles para que vengan a ti!


Porque tu madre aborreció a su esposo y a sus hijos, así como tú también lo haces. Y eres exactamente como tus hermanas, pues ellas también despreciaron a sus esposos y a sus hijos. ¡Verdaderamente, tu madre tiene que haber sido una hitita y tu padre un amorreo!


Todo Israel ha desobedecido, nos hemos apartado de ti y no hemos hecho caso de tus consejos. Y así tu terrible juicio y castigo, escritos en la ley de Moisés tu servidor, han caído sobre nosotros, por causa de nuestras faltas.


Destruiré también a los que antes rendían homenaje al Señor, pero ya no lo hacen, y a los que nunca lo han amado ni han querido saber de él.


»Y ahora ustedes, descendientes de tales pecadores, pretenden hacer lo mismo. De modo que la ira del Señor se encenderá contra Israel con mayor furor esta vez.


Vengan a mí los que estén cansados y afligidos y yo los haré descansar.


¡Serpientes, crías de víboras! ¿Cómo van a escapar de la condenación del infierno?


Y cuando vio que entre los que iban a bautizarse había muchos fariseos y saduceos, les dijo: «Crías de víboras, ¿quién les dijo que así podrán escapar de la ira de Dios que vendrá sobre ustedes?


porque la naturaleza pecaminosa siempre se rebela contra Dios, nunca ha obedecido la ley de Dios y nunca podrá obedecerla.


¿Qué, pues? ¿Nos arriesgaremos a poner celoso al Señor? ¿Somos más fuertes que él?


»Y se les dirá: “Porque el pueblo de esta tierra quebrantó el pacto que hicieron con el Señor, Dios de sus antepasados, quien los sacó de la tierra de Egipto.


y le dijo a Moisés: «Tú morirás y te reunirás con tus antepasados. Después de tu partida, este pueblo comenzará a adorar dioses extraños en la tierra en la que van a entrar. Ellos se olvidarán de mí y quebrantarán el pacto que he hecho con ellos.


»Dios vio lo que estaban haciendo, y los aborreció. Sus hijos e hijas lo insultaban.


Pero Israel se ha corrompido, se ha contaminado con pecado. Ya no es hijo digno. Es una generación perversa y depravada.


Es cierto que estoy sufriendo por ustedes, pero me alegro. Así ayudo a completar lo que falta de los sufrimientos de Cristo por ese cuerpo suyo que es la iglesia.


porque sus pecados se han ido amontonando hasta el cielo y Dios va a juzgarla por su perversidad.


Pero al fin, los israelitas se volvieron al Señor nuevamente y le pidieron que los salvara. ―Hemos pecado contra ti y te hemos dejado y hemos adorado ídolos —confesaron.


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