Jeremías 5:31 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 200831 los profetas anunciando mentiras y los sacerdotes muy contentos apoyándolos. Y al pueblo parece que le gusta esta situación. ¡¿Dónde irá a parar toda esta locura?! Féach an chaibidilTuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 196031 los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues, haréis cuando llegue el fin? Féach an chaibidilBiblia Nueva Traducción Viviente31 los profetas dan profecías falsas, y los sacerdotes gobiernan con mano de hierro. Peor todavía, ¡a mi pueblo le encanta que sea así! Ahora bien, ¿qué harán ustedes cuando todo esto llegue a su fin? Féach an chaibidilBiblia Católica (Latinoamericana)31 Los profetas anuncian mentiras, los sacerdotes buscan el dinero y todo esto le gusta a mi pueblo. ¿Qué harán ustedes, cuando llegue el fin? Féach an chaibidilLa Biblia Textual 3a Edicion31 Los profetas profetizan mentira y los sacerdotes gobiernan bajo su dirección,° Y mi pueblo así lo quiere. Pero, ¿qué haréis al final de ello? Féach an chaibidilBiblia Serafín de Ausejo 197531 los profetas profetizan con mentira, los sacerdotes gobiernan por su cuenta, y mi pueblo así lo quiere. Pero ¿qué haréis cuando llegue el fin? Féach an chaibidil |
¿Hasta cuando tendrá esta tierra tuya que soportar la conducta de ellos? ¡Aun la hierba del campo tiene que pagar las consecuencias por las perversidades que ellos cometen! Las bestias y aves silvestres han huido, dejando desierta la tierra. Sin embargo, el pueblo dice: «Dios no nos llevará a juicio. Estamos completamente a salvo».
Entonces el Señor dijo: ¡Pues falso es todo eso que andan diciendo! ¡Profetizan falsamente como si yo los hubiera enviado! Yo no los envié ni les ordené hablar ni les di mensaje alguno. Profetizan de visiones y revelaciones que jamás vieron ni oyeron, proclaman necedades inventadas en su mentiroso corazón.
Los jueces son corruptos, pues reciben dinero para juzgar a favor de los ricos; los sacerdotes enseñan sólo si se les paga, y los falsos profetas le ponen precio a sus mensajes. Y como si esto fuera poco, mal usan el nombre del Señor, diciendo: «¡El Señor está entre nosotros! ¡Ningún mal nos puede acontecer!».