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Eclesiastés 2:11 - Biblica® Open Nueva Biblia Viva 2008

11 Pero mirando cuanto había emprendido, me pareció tan inútil, como perseguir el viento sin que nada valiera realmente la pena.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 pero al observar todo lo que había logrado con tanto esfuerzo, vi que nada tenía sentido; era como perseguir el viento. No había absolutamente nada que valiera la pena en ninguna parte.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Luego, reflexioné en todas las obras que había emprendido y en todas las molestias que me había costado su realización. Pues bien, no se retiene nada, se corre tras el viento; ¡no hay nada que ganar bajo el sol!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Luego, consideré todas las obras que habían hecho mis manos, y el duro trabajo con que me había afanado en hacerlas, ¡y he aquí todo era vanidad y correr tras el viento! No había provecho alguno debajo del sol.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Luego he reflexionado sobre todas las obras que hicieron mis manos y las fatigas que en ellas había puesto, y veo que todo es vanidad y atrapar viento: no existe provecho bajo el sol.

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Eclesiastés 2:11
13 Tagairtí Cros  

Entonces Dios contempló todo lo que había hecho, y vio que era muy, pero muy hermoso. Pasó la tarde y pasó la mañana, y se completó, así, el sexto día.


¡Acuérdate de lo corta que es mi vida! Es una vida vacía e inútil la de los mortales.


Moisés inspeccionó toda aquella obra, y bendijo a quienes la habían hecho, porque todo era exactamente como el Señor lo había ordenado.


Pues, ¿qué obtiene la gente de todo su trabajo? Generaciones vienen y generaciones van y todo sigue igual. Sale el sol y se pone, y en rápido giro vuelve a surgir. Sopla el viento del sur y del norte, aquí y allá, yendo y volviendo, sin ir a ninguna parte. Los ríos desembocan en el mar y este nunca se llena, y el agua vuelve a los ríos y nuevamente fluye hacia el mar.


Realmente, ¿qué se obtiene del mucho trabajar?


El que ama el dinero jamás se saciará. ¡Qué locura pensar que el dinero produce felicidad!


Esto, ya lo dijimos, es un grave problema, pues trabajó mucho para nada. Todo se lo lleva el viento.


¿No ha decretado el Señor Todopoderoso que las ganancias de la nación impía se conviertan en cenizas en sus manos? De modo que de nada te servirá haber acumulado tanto.


Sí, es cierto que con la verdadera religión uno puede obtener la mayor de las riquezas, pero sólo si uno está feliz con lo que tiene.


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