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Lucas 16:15 - Biblia Martin Nieto

Y les dijo: 'Vosotros presumís de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que se estima tanto entre los hombres, no tiene valor alguno ante Dios.

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Biblia Reina Valera 1960

Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Entonces él les dijo: «A ustedes les encanta aparecer como personas rectas en público, pero Dios conoce el corazón. Lo que este mundo honra es detestable a los ojos de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Ustedes aparentan ser gente perfecta, pero Dios conoce los corazones, y lo que los hombres tienen por grande lo aborrece Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Entonces les dijo: Vosotros sois los que os declaráis justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestros corazones, porque lo que entre los hombres es sublime, delante de Dios es abominación.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Pero él les dijo: 'Vosotros presumís de justos delante de los hombres, pero Dios conoce vuestro corazón; porque lo que los hombres estiman, lo abomina Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; pero Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen en alta estima, delante de Dios es abominación.

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Lucas 16:15
40 Tagairtí Cros  

Yo sé, Dios mío, que tú sondeas los corazones y amas la rectitud; con rectitud de corazón he hecho yo mis ofrendas, y ahora veo con gozo al pueblo aquí presente comprometerse voluntariamente contigo.


escucha tú en el cielo, el lugar de tu morada, y perdona; da a cada uno según su conducta, pues sólo tú conoces el corazón de todos los hombres;


El malvado se jacta de sus propios planes, el avaro blasfema, desprecia al Señor;


El hombre en su riqueza no comprende que es igual a las bestias que perecen.


pues, cuando muera, no ha de llevarse nada, su hacienda no bajará con él.


El Señor juzga a las naciones. Júzgame, Señor, conforme a mi justicia y según mi inocencia.


El Señor aborrece al arrogante, ciertamente no quedará impune.


Muchos hombres se proclaman hombres de bien, pero un hombre fiel, ¿quién lo encontrará?


A los ojos del hombre todos sus caminos son rectos, pero es el Señor quien pesa los corazones.


Yo, el Señor, escruto el corazón, sondeo las entrañas para dar a cada cual según su conducta, según el fruto de sus obras.


Por eso llamamos felices a los orgullosos, que, aun haciendo el mal, progresan, provocan a Dios y quedan sin castigo'.


Hacen todas sus obras para que los vean los demás. Ensanchan sus filacterias y alargan los flecos del manto.


'Cuando ayunéis, no estéis tristes como los hipócritas, que desfiguran su rostro para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya recibieron su recompensa.


'Por tanto, cuando des limosna, no toques la trompeta delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que los hombres los alaben. Os aseguro que ya recibieron su recompensa.


'Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, que prefieren rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que los vea todo el mundo. Os aseguro que ya recibieron su recompensa.


Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: '¿Quién es mi prójimo?'.


Pero el Señor le dijo: 'Vosotros los fariseos limpiáis por fuera la copa y el plato, pero vuestro interior está lleno de rapiña y de maldad.


El fariseo, de pie, hacía en su interior esta oración: Dios mío, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni como ese publicano;


Os digo que éste volvió a su casa justificado, y el otro no. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado'.


Él dijo: 'Todo eso lo he guardado desde mi juventud'.


A unos que se tenían por justos y despreciaban a los demás les dijo esta parábola:


Se quedaron en acecho y enviaron espías que aparentaban ser justos, para cazarlo en alguna palabra y así entregarlo al poder y a la autoridad del gobernador.


y que devoran los bienes de las viudas mientras aparentan hacer largas oraciones. Ellos serán juzgados muy severamente'.


No necesitaba que le informasen de nadie, pues él conocía muy bien el interior del hombre.


Por tercera vez le preguntó: 'Simón, hijo de Juan, ¿me amas?'. Pedro se entristeció porque le había preguntado por tercera vez si lo amaba, y le respondió: 'Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo'. Jesús le dijo: '¡Apacienta mis ovejas!'.


Con lo que le dieron por el delito se compró un terreno, en el que se tiró de cabeza desde lo alto, se reventó por medio y se desparramaron todas sus entrañas.


Y oraron así: 'Tú, Señor, que conoces el corazón de todos los hombres, muéstranos a cuál de estos dos has elegido


Y Dios, conocedor de los corazones, dio testimonio en su favor, dándoles el Espíritu Santo, igual que a nosotros;


Porque por las obras de la ley no será justificado mortal alguno delante de él; pues por la ley tenemos solamente el conocimiento del pecado.


Y el que penetra los corazones, conoce los pensamientos del Espíritu y sabe que lo que pide para los creyentes es lo que Dios quiere.


Así pues, nada juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Señor, que iluminará los escondrijos de las tinieblas y pondrá de manifiesto las intenciones del corazón, y entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merezca.


sino el interior que radica en la integridad de un alma dulce y apacible; eso es lo que tiene valor ante Dios.


De igual manera vosotros, jóvenes, vivid sumisos a los ancianos. Revestíos todos mutuamente de humildad, como servidores unos de los otros; porque Dios se enfrenta a los soberbios, pero da su gracia a los humildes.


y a sus hijos los voy a herir de muerte; de este modo todas las Iglesias sabrán que soy yo el que penetra los sentimientos y los pensamientos, y os daré a cada uno según sus obras.


El Señor dijo a Samuel: 'No consideres su aspecto ni su alta estatura, porque yo lo he descartado. El hombre no ve lo que Dios ve; el hombre ve las apariencias, y Dios ve el corazón'.