Bíobla ar líne

Fógraí


An Bíobla ar fad Sean-Tiomna Tiomna Nua




Juan 1:45 - Nueva Biblia Española (1975)

Fue a buscar a Natanael y le dijo: Al descrito por Moisés en la Ley y luego por los Profetas, lo hemos encontrado: es Jesús, hijo de José, el de Nazaret.

Féach an chaibidil
Taispeáin Interlinear Bible

Tuilleadh leaganacha

Biblia Reina Valera 1960

Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

Féach an chaibidil

Biblia Nueva Traducción Viviente

Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo: —¡Hemos encontrado a aquel de quien Moisés y los profetas escribieron! Se llama Jesús, el hijo de José, de Nazaret.

Féach an chaibidil

Biblia Católica (Latinoamericana)

Felipe se encontró con Natanael y le dijo: 'Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la Ley y también los profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret.

Féach an chaibidil

La Biblia Textual 3a Edicion

Felipe halla a Natanael y le dice: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley y los profetas: a Jesús, hijo de José, el de Nazaret.

Féach an chaibidil

Biblia Serafín de Ausejo 1975

Felipe se encuentra con Natanael y le dice: 'Hemos encontrado a aquel de quien escribieron Moisés, en la ley, y los profetas: a Jesús, hijo de José, el de Nazaret'.

Féach an chaibidil

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a Aquél de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: a Jesús de Nazaret, el hijo de José.

Féach an chaibidil
Aistriúcháin eile



Juan 1:45
41 Tagairtí Cros  

Todos los pueblos del mundo se bendecirán nombrando a tu descendencia, porque me has obedecido.


pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo: él herirá tu cabeza cuando tú hieras su talón.


No se apartará de Judá el cetro ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que le traigan tributo y le rindan homenaje los pueblos.


Aquel día, el vástago del Señor será joya y gloria, fruto del país, honor y ornamento para los supervivientes de Israel.


Creció en su presencia como brote, como raíz en el páramo: no tenía presencia ni belleza que atrajera nuestras miradas ni aspecto que nos cautivara.


Pues el Señor, por su cuenta, les dará una señal: Miren: la joven está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre Dios con nosotros.


Su glorioso principado y la paz no tendrán fin, en el trono de David y en su reino; se mantendrá y consolidará con la justicia y el derecho, desde ahora y por siempre. El celo del Señor de los ejércitos lo realizará.


Pero tú, Belén de Efrata, pequeña entre las aldeas de Judá, de ti sacaré el que ha de ser jefe de Israel: su origen es antiguo, de tiempo inmemorial.


Y le dirás: Así dice el Señor de los ejércitos: Ahí está el hombre llamado Germen, que construirá el templo -su descendencia germinará-;


Alégrate, ciudad de Sión: aclama, Jerusalén; mira a tu rey que está llegando: justo, victorioso, humilde, cabalgando un burro, una cría de burra.


Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo el recaudador; Santiago Alfeo y Tadeo;


¿No es el hijo del carpintero? ¡Si su madre es María, y sus hermanos, Santiago, José, Simón y Judas!


y fue a establecerse a un pueblo llamado Nazaret. Así se cumplió lo que se dijo por medio de los profetas: que se llamaría Nazareno.


La gente contestaba: Este es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea.


y, al ver a Pedro calentándose, se le quedó mirando y le dijo: También tú andabas con el Nazareno, ese Jesús.


¡Si es el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón! ¡Si sus hermanas viven con nosotros aquí! Y aquello les resultaba escandaloso.


y le explicaron; Está pasando Jesús el Nazareno.


También José, que era del linaje y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret, en Galilea, a la ciudad de David que se llama Belén, en Judea,


Al verla se quedaron extrañados, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? ¡Mira con qué angustia te buscábamos tu padre y yo!


Y comenzando por Moisés y siguiendo por los Profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura.


Después les dijo: A esto me refería cuando, estando todavía con ustedes, les dije que todo lo escrito en la Ley de Moisés y en los Profetas y Salmos acerca de mí tenía que cumplirse.


Este era Jesús, que al empezar tenía treinta años, y se pensaba que era hijo de José, que a su vez lo era de Helí,


Todos se declaraban en contra, extrañados de que mencionara sólo las palabras sobre la gracia y decían: Pero ¿no es éste el hijo de José?


Felipe era de Betsaida, el pueblo de Andrés y Pedro.


éstos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: Señor, quisiéramos ver a Jesús.


Felipe le dijo: Señor, haz que veamos al Padre, y nos basta.


Le contestaron: A Jesús el Nazareno. Les dijo: Soy yo. Y Judas, el que lo entregaba, estaba también presente con ellos.


Les preguntó de nuevo; ¿A quién buscan? Ellos dijeron: A Jesús el Nazareno.


Pero, además, Pilato mandó escribir un letrero y fijarlo en la cruz; estaba escrito: “JESÚS EL NAZARENO, EL REY DE LOS JUDÍOS'.


Estaban juntos Simón Pedro, Tomás (es decir, Mellizo), Natanael el de Cana de Galilea, los de Zebedeo y otros dos discípulos suyos.


y decían: ¿Pero no es éste Jesús, el hijo de José, de quien nosotros conocemos el padre y la madre? ¿Cómo dice ahora que está aquí bajado del cielo?


Jesús levantó los ojos y, al ver que mucha gente se le acercaba, le dice a Felipe:


Felipe le contestó: Medio año de jornal no bastaría para que a cada uno le tocase un pedazo.


Me refiero a Jesús de Nazaret, ungido por Dios con la fuerza del Espíritu Santo, que pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.


Escúchenme, israelitas: Les hablo de Jesús el Nazareno, el hombre que Dios acreditó ante ustedes, realizando por su medio los milagros, signos y prodigios que conocen.


Yo pregunté: '¿Quién eres, Señor?' Me respondió: 'Yo soy Jesús Nazareno, a quien tú persigues'.


Pues bueno, yo pensaba que era mi deber combatir con todos los medios a Jesús Nazareno,


Pedro le dijo: Plata y oro no tengo, lo que tengo te lo doy: en nombre de Jesús Mesías, el Nazareno, echa a andar.