Pero el Señor se dijo: 'Mi aliento no durará por siempre en el hombre; puesto que es de carne, no vivirá más que ciento veinte años'.
Éxodo 4:21 - Nueva Biblia Española (1975) El Señor dijo a Moisés: Mientras vuelves a Egipto, fíjate en los prodigios que he puesto a tu disposición, pues los tienes que hacer delante del Faraón. Yo lo pondré terco y no dejará salir al pueblo. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y dijo Jehová a Moisés: Cuando hayas vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo. Biblia Nueva Traducción Viviente El Señor le dijo a Moisés: «Cuando llegues a Egipto, preséntate ante el faraón y haz todos los milagros que te he dado el poder de realizar. Pero yo le endureceré el corazón, y él se negará a dejar salir al pueblo. Biblia Católica (Latinoamericana) Yavé le dijo, asimismo: 'Cuando regreses a Egipto, harás delante de Faraón todos los prodigios para los cuales te he dado poder. Pero yo haré que se ponga porfiado y no dejará partir a mi pueblo. La Biblia Textual 3a Edicion pues YHVH había dicho a Moisés: Cuando vuelvas a Egipto considera todos los prodigios que he puesto en tu mano, y los harás en presencia de Faraón, aunque Yo mismo endureceré su corazón, y no dejará ir al pueblo. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo Yahveh a Moisés: 'Ahora que vas a volver a Egipto, disponte a hacer delante del Faraón todos los prodigios que he puesto en tu mano; pero yo endureceré su corazón y no dejará salir al pueblo'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y Jehová dijo a Moisés: Cuando hubiereis vuelto a Egipto, mira que hagas delante de Faraón todas las maravillas que he puesto en tu mano: pero yo endureceré su corazón, de modo que no dejará ir al pueblo. |
Pero el Señor se dijo: 'Mi aliento no durará por siempre en el hombre; puesto que es de carne, no vivirá más que ciento veinte años'.
Respondió: 'Iré y me transformaré en oráculo falso en la boca de todos los profetas'. El Señor le dijo: 'Conseguirás engañarlo. ¡Vete y hazlo!'.
A éstos les cambió el corazón para que odiaran a su pueblo y usaran malas artes con sus siervos.
El Señor dijo a Moisés: Preséntate al Faraón, porque yo lo he puesto terco a él y a su corte, para realizar en medio de ellos mis signos;
Pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas.
Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios en presencia del Faraón; pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no dejar marchar a los israelitas de su territorio.
Así, pues, el Señor dijo a Moisés: El Faraón no les hará caso, y así se multiplicarán mis prodigios en Egipto.
Yo haré que el Faraón se empeñe en entrar detrás de ustedes y mostraré mi gloria derrotando al Faraón con su ejército, sus carros y jinetes;
Haré que el Faraón se empeñe en perseguirlos, y me cubriré de gloria derrotando al Faraón y a su ejército, y sabrán los egipcios que soy el Señor. Así lo hicieron los israelitas.
El Señor hizo que el Faraón se empeñara en perseguir a los israelitas, mientras éstos salían ostentosamente.
Yo sé que el rey de Egipto no los dejará marchar si no es a la fuerza;
pero yo extenderé la mano, heriré a Egipto con prodigios que haré en el país, y entonces los dejará marchar.
Y el Faraón se puso terco y no les hizo caso, como había anunciado el Señor.
Yo pondré terco al Faraón y haré muchos signos y prodigios contra Egipto.
Las ranas se alejarán de ti, de tu palacio, de tu corte y de tu pueblo, y quedarán sólo en el Nilo.
Viendo el Faraón que le daban respiro, se puso terco y no les hizo caso, como lo había anunciado el Señor.
Pero el Faraón se puso terco también esta vez y no dejó salir al pueblo.
Pero el Señor hizo que el Faraón se empeñara en no hacerles caso, como lo había anunciado el Señor.
y se empeñó en no dejar salir a los israelitas, como lo había anunciado el Señor por medio de Moisés.
Embota el corazón de ese pueblo, endurece su oído, ciega sus ojos: que sus ojos no vean, que sus oídos no oigan, que su corazón no entienda, que no se convierta y sane.
Señor, ¿por qué nos extravías lejos de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te respete? Vuélvete, por amor a tus siervos, a las tribus de tu heredad.
Les ha cegado los ojos y les ha embotado la mente, para que sus ojos no vean ni su mente perciba ni se conviertan ni yo los cure. (Is 6,9s).
Como además juzgaron inadmisible seguir reconociendo a Dios, los entregó Dios a la inadmisible mentalidad de romper toda regla de conducta,
En conclusión: Dios tiene misericordia de quien quiere y deja endurecerse a quien quiere.
para éstos, un olor que da muerte y sólo muerte; para los otros, un olor que da vida y sólo vida. Y para esto, ¿quién tiene aptitudes?
Desde Aroer, a orillas del Arnón (la ciudad que da sobre el río), hasta Galaad no hubo villa que se nos resistiera. Todo nos lo fue entregando a nuestro paso el Señor, nuestro Dios.
porque fue cosa de Dios endurecer sus corazones para que opusieran resistencia a Israel, con intención de que Israel los exterminara sin piedad, aniquilándolos, como el Señor había ordenado a Moisés.
más, en piedra para tropezar y en roca para estrellarse”. Ellos tropiezan por ser rebeldes al mensaje: ése es su destino.