Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Hechos 8:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Pero Felipe les anunció la buena noticia del reino de Dios y el nombre de Jesucristo. Entonces, tanto hombres como mujeres creyeron y se bautizaron. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero ahora la gente creyó el mensaje de Felipe sobre la Buena Noticia acerca del reino de Dios y del nombre de Jesucristo. Como resultado, se bautizaron muchos hombres y mujeres. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero cuando Felipe les habló del Reino de Dios y del poder salvador de Jesús, el Mesías, tanto los hombres como las mujeres creyeron y empezaron a bautizarse. La Biblia Textual 3a Edicion Pero cuando creyeron a Felipe, que proclamaba° las buenas nuevas acerca del reino de Dios y del nombre de Jesús el Mesías, fueron bautizados tanto hombres como mujeres, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero cuando empezaron a creer en Felipe, que les anunciaba el evangelio sobre el reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Pero cuando creyeron a Felipe, que les predicaba acerca del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, fueron bautizados, así hombres como mujeres. |
Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones. Bautícenlos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
―Deja que los muertos entierren a sus muertos, pero tú ve y anuncia el reino de Dios —le respondió Jesús.
Después de sufrir la muerte, se les presentó y les dio muchas pruebas convincentes de que estaba vivo. Durante cuarenta días se les apareció y les habló acerca del reino de Dios.
Sin embargo, había entre ellos algunas personas de Chipre y de Cirene. Estas personas llegaron a Antioquía y comenzaron a hablarles también a los de habla griega. Les anunciaron la buena noticia acerca del Señor Jesús.
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su familia. También creyeron y fueron bautizados muchos de los corintios que oyeron a Pablo.
―Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo.
Así pues, los que recibieron su mensaje fueron bautizados. Aquel día se unieron a la iglesia unas tres mil personas.
A judíos y a griegos les he dicho que se arrepientan ante Dios y que crean en nuestro Señor Jesús.
»Escuchen, yo sé que ninguno de ustedes volverá a verme. Pero a todos les he anunciado el mensaje del reino de Dios.
Predicaba del reino de Dios y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin impedimento y sin temor alguno.
Los que habían huido a otras regiones predicaban el mensaje de la buena noticia por dondequiera que iban.
Pues, si crees de corazón, Dios te aceptará como justo y, si con tu boca confiesas que Cristo es el Señor, serás salvo.
Sin embargo, en el pueblo del Señor, ni la mujer existe aparte del hombre ni el hombre aparte de la mujer.
Ya no importa si son judíos o griegos, esclavos o libres, hombres o mujeres, sino que todos ustedes son iguales gracias a Cristo Jesús.
El agua simboliza el bautismo que ahora los salva también a ustedes. El bautismo no consiste en la limpieza del cuerpo, sino en comprometerse ante Dios en tener una conciencia limpia. Esta salvación es posible por la resurrección de Jesucristo.