»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas!, que son como tumbas blanqueadas. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre.
Gálatas 6:12 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Los que tratan de obligarlos a ustedes a circuncidarse lo hacen únicamente para agradar a la gente. No quieren sufrir problemas por predicar de lo que Cristo hizo en la cruz. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 Todos los que quieren agradar en la carne, estos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo. Biblia Nueva Traducción Viviente Los que tratan de obligarlos a circuncidarse lo hacen para quedar bien con otros. No quieren ser perseguidos por enseñar que solo la cruz de Cristo salva. Biblia Católica (Latinoamericana) Los que tratan de imponerles la circuncisión son sobre todo gente preocupada por ser más considerados en el mundo; no quieren que la cruz de Cristo les acarree problemas. La Biblia Textual 3a Edicion Todos los que desean tener buena apariencia en la carne, ésos os obligan a circuncidaros, sólo para no ser perseguidos por causa de la cruz del Mesías. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Todos los que quieren aparecer bien en lo humano, ésos os obligan a circuncidaros, sólo para no ser perseguidos a causa de la cruz de Cristo. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Todos los que quieren agradar en la carne, estos os constriñen a que os circuncidéis; solamente para no sufrir persecución por la cruz de Cristo. |
»¡Ay de ustedes, maestros de la Ley y fariseos, hipócritas!, que son como tumbas blanqueadas. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre.
Así también ustedes por fuera dan la impresión de ser justos, pero por dentro están llenos de hipocresía y de maldad.
»Todo lo hacen para que la gente los vea: Usan en la frente y en los brazos porciones de las Escrituras escritas en anchas cintas, y ponen en sus ropas adornos llamativos.
Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece.
»Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que ponen esa cara para mostrar que están ayunando. Les aseguro que estos ya han obtenido toda su recompensa.
»Por eso, cuando des a los necesitados, no lo hagas saber a todos, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente los aplauda. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa.
»Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa.
Él les dijo: «Ustedes se hacen los buenos ante la gente, pero Dios conoce sus corazones. Dense cuenta de que aquello que la gente tiene en gran estima es detestable delante de Dios.
Les roban los bienes a las viudas y a la vez hacen largas oraciones para impresionar a los demás. Estos recibirán peor castigo.
El que habla por cuenta propia busca su propia honra. En cambio, el que busca honrar al que lo envió es una persona sincera y sin maldad.
Algunos hombres de Judea llegaron a Antioquía y se pusieron a enseñar a los creyentes. Les decían: «A menos que ustedes se circunciden, obedeciendo a la tradición de Moisés, no pueden ser salvos».
Entonces algunos creyentes que pertenecían al grupo de los fariseos se pusieron de pie y dijeron: ―Es necesario circuncidar a los no judíos y exigirles que obedezcan la Ley de Moisés.
No nos atrevemos a decir que somos iguales a los que hablan bien de sí mismos. Compararse con otros y decir que uno es bueno o mejor es una tontería.
Esos hombres son falsos, los engañan diciendo que son apóstoles de Cristo, son unos estafadores.
Pude ver que no actuaban correctamente, pues no era lo que enseñábamos con el mensaje de la buena noticia. Entonces le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los no judíos a practicar la religión judía?
Ahora bien, ni siquiera Tito, que me acompañaba, fue obligado a circuncidarse, aunque era griego.
Hermanos en la fe, si fuera verdad que yo todavía enseño que la circuncisión es necesaria, mis enemigos dejarían de molestarme. Si eso fuera lo que yo predico, el mensaje de la muerte de Cristo en la cruz no los ofendería tanto.
Ellos están circuncidados, pero ellos mismos no obedecen la Ley. Solo quieren obligarlos a circuncidarse para luego decir con orgullo que los convencieron de llevar esa marca en el cuerpo.
Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad, pero otros lo hacen con buenas intenciones.
Ya les he dicho a menudo, y ahora lo repito hasta con lágrimas: muchos se comportan como enemigos de la cruz de Cristo.
Sin duda esas enseñanzas parecen muy sabias, y te podrían hacer parecer muy religioso, humilde y con dominio de tu cuerpo. Sin embargo, esas cosas no te ayudarán a vencer los malos deseos de tu naturaleza humana.