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Gálatas 2:14 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)

14 Pude ver que no actuaban correctamente, pues no era lo que enseñábamos con el mensaje de la buena noticia. Entonces le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, que eres judío, vives como si no lo fueras, ¿por qué obligas a los no judíos a practicar la religión judía?

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Más versiones

Biblia Reina Valera 1960

14 Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Cuando vi que ellos no seguían la verdad del mensaje del evangelio, le dije a Pedro delante de todos los demás: «Si tú, que eres judío de nacimiento, dejaste a un lado las leyes judías y vives como un gentil, ¿por qué ahora tratas de obligar a estos gentiles a seguir las tradiciones judías?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Cuando advertí que no andaban derecho según la verdad del Evangelio, le dije a Cefas delante de todos: 'Si tú, que has nacido judío, te has pasado del modo de vivir de los judíos al de los otros pueblos, ¿por qué ahora impones a esos pueblos el modo de vivir de los judíos?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Pero cuando vi que no andaban rectamente en cuanto a° la verdad del evangelio, dije a Cefas° delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como gentil y no como judío, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Pero cuando vi que no procedían rectamente conforme a la verdad del Evangelio le dije a Cefas delante de todos: 'Si tú, siendo como eres judío, vives a lo gentil y no a lo judío, ¿cómo obligas a los gentiles a judaizar?'.

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Gálatas 2:14
30 Referencias Cruzadas  

Entonces les habló así: ―Ustedes saben muy bien que nuestra Ley prohíbe que un judío se junte con un extranjero o lo visite. Pero Dios me ha hecho ver que no debo rechazar a nadie ni llamarlo impuro.


Algunos hombres de Judea llegaron a Antioquía y se pusieron a enseñar a los creyentes. Les decían: «A menos que ustedes se circunciden, obedeciendo a la tradición de Moisés, no pueden ser salvos».


Hemos oído que algunos de los nuestros los han preocupado a ustedes. Les han dicho cosas sin nuestra autorización, y ustedes se han alarmado.


Entonces algunos creyentes que pertenecían al grupo de los fariseos se pusieron de pie y dijeron: ―Es necesario circuncidar a los no judíos y exigirles que obedezcan la Ley de Moisés.


Yo, que creo en el Señor Jesús, les digo que estoy plenamente convencido de que no hay alimento impuro en sí mismo. Si algún alimento es impuro, lo es solamente para quien así lo considera.


Después de tres años, subí a Jerusalén para visitar a Pedro, y me quedé con él quince días.


Me asombra que ustedes se hayan alejado de Dios tan pronto y hayan aceptado un mensaje distinto al de la buena noticia. Fue Dios quien los llamó, y los llamó porque los ama, aunque no merecían el amor de Cristo.


Ahora bien, ni siquiera Tito, que me acompañaba, fue obligado a circuncidarse, aunque era griego.


Ni por un momento aceptamos obedecer a esas personas. Queríamos que ustedes continuaran creyendo en el verdadero mensaje de la buena noticia.


Al contrario, reconocieron que a mí se me había confiado predicar la buena noticia a los no judíos, y a Pedro predicarla a los judíos.


En efecto, Santiago, Pedro y Juan, que eran considerados líderes importantes, reconocieron que Dios, aunque yo no lo merecía, me escogió. Entonces nos dieron la mano a Bernabé y a mí aceptándonos como compañeros. Y acordamos que nosotros iríamos a los no judíos y ellos a los judíos.


Los que tratan de obligarlos a ustedes a circuncidarse lo hacen únicamente para agradar a la gente. No quieren sufrir problemas por predicar de lo que Cristo hizo en la cruz.


Y sabemos que lo hacen porque están seguros de la recompensa que Dios les dará en el cielo. Esta seguridad la obtuvieron al escuchar el verdadero mensaje, que es la buena noticia


A los que pecan, repréndelos en público para que sirva de advertencia a los demás.


Corran por caminos rectos y parejos, para que la pierna dañada no se enferme más, sino que se sane.


Solo se trata de reglas externas relacionadas con alimentos, bebidas y muchas ceremonias de purificación. Esas reglas eran válidas solo hasta el tiempo señalado por Dios para cambiarlo todo.


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