Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».
Efesios 6:18 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento) Oren en todo momento y, guiados por el Espíritu Santo, hagan sus peticiones y ruegos. Manténganse alerta y sin dejar de orar por todos los creyentes. Más versionesBiblia Reina Valera 1960 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; Biblia Nueva Traducción Viviente Oren en el Espíritu en todo momento y en toda ocasión. Manténganse alerta y sean persistentes en sus oraciones por todos los creyentes en todas partes. Biblia Católica (Latinoamericana) Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo según les inspire el Espíritu. Velen en común y perseveren en sus oraciones sin desanimarse nunca, intercediendo en favor de todos los santos, sus hermanos. La Biblia Textual 3a Edicion Orad siempre en el Espíritu mediante toda oración y súplica, velando también para ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Con toda clase de oraciones y súplicas, orad en toda ocasión en el Espíritu, y velad juntos y con perseverancia, intercediendo por todo el pueblo santo, Biblia Reina Valera Gómez (2023) orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; |
Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».
¡Estén alerta! Manténganse despiertos porque ustedes no saben cuándo llegará ese tiempo.
Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil».
Manténganse despiertos. Oren para que puedan escapar de todo lo que está por suceder y puedan presentarse delante del Hijo del hombre».
«¿Por qué están durmiendo? —les dijo—. Levántense y oren para que no caigan en tentación».
Todos, en un mismo espíritu, se dedicaban a la oración. Se reunían con los hermanos de Jesús, María su madre y otras mujeres.
Él y toda su familia amaban y obedecían a Dios. Cornelio ayudaba a los judíos pobres y oraba a Dios constantemente.
Pero, mientras mantenían a Pedro en la cárcel, la iglesia oraba con mucha fuerza y en todo momento a Dios por él.
Así nosotros nos dedicaremos de lleno a la oración y al ministerio de la palabra».
Vivan alegres, pues ustedes tienen esperanza. Muestren paciencia cuando les toque sufrir y nunca dejen de orar.
Y el Espíritu, que Dios les ha dado, no los hace otra vez esclavos del miedo. Al contrario, el Espíritu los adopta como hijos y les permite decirle a Dios: «¡Abba! ¡Padre!».
Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, y por medio de él decimos: «¡Abba! ¡Padre!».
Gracias a Cristo también ustedes, los no judíos, forman parte de esa casa donde Dios vive por medio de su Espíritu.
Así podrán comprender, junto con todos los creyentes, cuán ancho y largo, alto y profundo es el amor de Cristo.
Yo soy el más insignificante de todos los creyentes. Sin embargo, recibí este privilegio inmerecido de predicar a las naciones acerca de las incontables bendiciones que Cristo nos puede dar.
Oren también por mí para que, cuando hable, Dios me dé las palabras para dar a conocer con valor la buena noticia que Dios tenía en secreto.
No se preocupen por nada. Más bien, oren y pidan a Dios por todo. Presenten sus peticiones a Dios y denle gracias.
Siempre que oramos por ustedes, damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Damos gracias porque hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todos los creyentes.
Así que recomiendo, ante todo, que se presenten ante Dios con peticiones, oraciones, súplicas y den gracias por todos.
Al recordarte de día y de noche en mis oraciones, siempre doy gracias a Dios. Mis antepasados y yo hemos servido a Dios con una conciencia tranquila.
porque tengo noticias de tu amor y tu fidelidad hacia el Señor Jesús y hacia todos los creyentes.
Cuando vivía aquí en la tierra, Jesús hizo oraciones rogando al que podía salvarlo de la muerte. Lo hizo con fuerte voz y lágrimas. Y fue escuchado porque fue humilde y obediente.
Ya se acerca el fin de todas las cosas. Así que, estén alerta y oren con seriedad.
Ustedes, en cambio, queridos hermanos en la fe, sigan confiando en el amor de Dios. Esfuércense en ser cada vez mejores, pues la fe que tienen es santa. Oren guiados por el Espíritu Santo, y esperen que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les dé la vida eterna.