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Lucas 21 - Nueva Versión Internacional 2019 (simplificada - Nuevo Testamento)


La ofrenda de la viuda

1 Jesús se detuvo y vio a los ricos que echaban sus ofrendas en las alcancías del Templo.

2 También vio a una viuda pobre que echaba dos moneditas de muy poco valor.

3 ―Les aseguro —dijo— que esta viuda pobre ha echado más que todos los demás.

4 Pues todos ellos dieron sus ofrendas de lo que les sobraba. Pero ella, de su pobreza, echó todo lo que tenía para su sustento.


Las señales del fin del mundo

5 Algunos de sus discípulos comentaban acerca del Templo, de cómo estaba adornado con hermosas piedras y con ofrendas dedicadas a Dios. Pero Jesús dijo:

6 ―En cuanto a todo esto que ven ustedes, llegará el día en que no quedará piedra sobre piedra, pues todo será derribado.

7 ―Maestro —le preguntaron—, ¿cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de que está a punto de suceder?

8 ―Tengan cuidado; no se dejen engañar —les dijo Jesús—. Vendrán muchos que, usando mi nombre, dirán: “Yo soy el Cristo”, y dirán: “El tiempo está cerca”. No los sigan ustedes.

9 Cuando sepan de guerras y de revoluciones, no se asusten. Es necesario que eso suceda primero, pero el fin no vendrá en seguida.

10 »Se levantará nación contra nación, y reino contra reino —continuó—.

11 Habrá grandes terremotos, hambre y epidemias en diferentes lugares. Ocurrirán cosas espantosas y grandes señales del cielo.

12 »Pero, antes de todo esto, los perseguirán y los arrestarán. Los entregarán a las sinagogas y a las cárceles. Por causa de mi nombre los llevarán ante reyes y gobernadores.

13 Así tendrán ustedes la oportunidad de dar testimonio ante ellos.

14 Pero tengan en cuenta que no hay por qué preparar una defensa con anticipación.

15 Pues yo mismo les daré palabras adecuadas y sabiduría para responder. Ningún enemigo podrá resistirles ni contradecirles.

16 Ustedes serán traicionados aun por sus padres, hermanos, parientes y amigos, y a algunos de ustedes se les dará muerte.

17 Todo el mundo los odiará por causa de mi nombre.

18 Pero no se perderá ni un solo cabello de su cabeza.

19 Si se mantienen firmes, se salvarán.

20 »Ahora bien, cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan que su destrucción ya está cerca.

21 Entonces los que estén en Judea huyan a las montañas. Los que estén en la ciudad salgan de ella, y los que estén en el campo no entren en la ciudad.

22 Ese será el tiempo del juicio cuando se cumplirá todo lo que dicen las Escrituras.

23 ¡Ay de las que estén embarazadas o amamantando en aquellos días! Porque habrá gran aflicción en la tierra y castigo contra este pueblo.

24 Caerán a filo de espada y los llevarán presos a todas las naciones. Los que no son judíos pisotearán Jerusalén, hasta que se cumplan los tiempos señalados para ellos.

25 »Habrá señales en el sol, la luna y las estrellas. En la tierra, las naciones estarán angustiadas y perplejas por el bramido y la agitación del mar.

26 Se desmayarán de terror los hombres, temerosos por lo que va a sucederle al mundo, porque los cuerpos celestes serán sacudidos.

27 Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube con poder y gran gloria.

28 Cuando comiencen a suceder estas cosas, cobren ánimo. Levanten la cabeza, porque se acerca su liberación».

29 Jesús también les puso esta comparación: ―Fíjense en la higuera y en los demás árboles.

30 Cuando brotan las hojas, ustedes pueden ver por sí mismos y saber que el verano está cerca.

31 Igualmente, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que el reino de Dios está cerca.

32 Les aseguro que todas estas cosas sucederán antes de que muera la gente de este tiempo.

33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras jamás pasarán.

34 »Tengan cuidado, no sea que se les endurezca el corazón por el vicio, la borrachera y las preocupaciones de esta vida. Si no tienen cuidado, aquel día caerá de repente sobre ustedes.

35 Caerá como una trampa sobre todos los habitantes de la tierra.

36 Manténganse despiertos. Oren para que puedan escapar de todo lo que está por suceder y puedan presentarse delante del Hijo del hombre».

37 Jesús enseñaba en el Templo de día. Pero salía a pasar la noche en el monte llamado de los Olivos.

38 Y toda la gente madrugaba para ir al Templo a oírlo.

Nueva Versión Internacional Simplificada

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Reservados todos los derechos en todo el mundo.

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