Jesús recorrió toda Galilea enseñando en las sinagogas de los judíos, predicando el Evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y todo tipo de mal en las personas.
Marcos 1:39 - NT Traducción Contemporánea de la Biblia Y fue predicando en todas las sinagogas, por toda Galilea, y expulsando a los demonios. Tuilleadh leaganachaBiblia Reina Valera 1960 Y predicaba en las sinagogas de ellos en toda Galilea, y echaba fuera los demonios. Biblia Nueva Traducción Viviente Así que recorrió toda la región de Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios. Biblia Católica (Latinoamericana) Y Jesús empezó a visitar las Casas de oración de aquella gente, recorriendo toda Galilea. Predicaba y expulsaba a los demonios. La Biblia Textual 3a Edicion Y entró en las sinagogas de ellos por toda Galilea, predicando y echando fuera los demonios.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y se fue por toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y predicaba en las sinagogas de ellos por toda Galilea, y echaba fuera los demonios. |
Jesús recorrió toda Galilea enseñando en las sinagogas de los judíos, predicando el Evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y todo tipo de mal en las personas.
Jesús recorría todas las ciudades y aldeas enseñando en las sinagogas de los judíos, y predicando el Evangelio del reino, sanando toda enfermedad y todo tipo de dolencias.
Un sábado, Jesús entró en Cafarnaúm y se dirigió a la sinagoga, donde comenzó a enseñar.
Había en la sinagoga de Cafarnaúm un hombre con un espíritu maligno, que gritó:
Y Jesús les dijo: – Vayamos a otros pueblos vecinos para que yo anuncie el mensaje del Evangelio transformador, pues para eso he venido.
Jesús entró nuevamente en la sinagoga, allí había un hombre que tenía la mano paralizada.
Se sorprendió por la incredulidad de su gente. A pesar de ello, continuó enseñando y recorriendo los pueblos cercanos.
Cuando la mujer se fue a su casa, encontró a su hija acostada en su cama, y la aflicción demoniaca se había ido.
También expulsaba los demonios de muchas personas y ellos salían gritando: – Tú eres el Hijo de Dios. Pero Jesús no permitía que ellos hablaran, pues sabían que Él era el Mesías.